Negociaciones
La CUP presiona a ERC: pide poner fin a la mesa de diálogo con el Gobierno y volver a la desobediencia
Reclama a republicanos y también a Junts «salir de la zona de confort» en plenas negociaciones para formar Govern y apostar por un foro paralelo en Cataluña solo con independentistas
La CUP ha levantado la voz en plenas negociaciones para conformar Govern y a justo una semana del pleno de investidura que debe celebrarse en el Parlament con Pere Aragonès (ERC) como principal candidato el día 26. Cinco años después de haber mandado a Artur Mas a la «papelera de la Historia», los antisistema vuelven a ser claves y presionan a Esquerra y Junts, instan a poner fin a la mesa de diálogo con el Gobierno y trasladar en paralelo el foro a Cataluña únicamente con independentistas e iniciar un nuevo «embate» contra el Estado basado en la desobediencia, en concreto en transgredir «los marcos jurídicos y políticos actuales». Su objetivo es avanzar hacia la amnistía y la autodeterminación –su reto es un referéndum antes de 2025– con el objetivo final de la «ruptura».
Así se ha expresado este miércoles la formación en una conferencia política para fijar los pasos a seguir y la actitud a adoptar en la presente legislatura, que justo arrancó el viernes en el Parlament. Y comenzó con un importante movimiento: la CUP, por primera vez en su historia, está en la Mesa de la cámara con una secretaría que ocupa su diputado Pau Juvilà. Ahora, el siguiene reto es las negociaciones para conformar Govern, aunque sea para apoyarlo «desde fuera» y facilitar la investidura de Aragonès, quien ha asistido desde primera fila a la conferencia que pronunciaron Carles Riera, Dolors Sabater y Laia Estrada, los principales líderes de la formación en esta nueva etapa. También estuvo Junts y no los comunes, el partido que cobija a Podemos en Cataluña.
Y los tres dirigentes antisistema han esbozado un discurso en el que han desgranado con esmero su plan «de rescate social» –basado en medidas como la creación de una banca pública, frenar los desahucios o aplicar la renta de ciudadanía universal, además del papel de los Mossos– para detenerse de nuevo en el «procés». Y aquí han remarcado una nueva idea: el único diálogo que vale es entre el independentismo – «la mesa no está en Madrid»– y ERC debe poner fin a la mano tendida y abrir un nuevo espacio en Cataluña. O, en palabras de Riera, «la mesa que en nuestra casa pueda construir lo más pronto posible los grandes consensos nacionales por los derechos sociales, civiles y políticos, por la amnistía y la autodeterminación. Un gran consenso para alcanzar un nuevo embate con el Estado y hacerlo pronto. Y esta vez ganarlo».
Críticas a Junts y ERC
La CUP también ha reclamado a Junts y ERC salir de su «zona de confort» para que el nuevo programa del Govern se base en la desobediencia y en la confrontación contra el Estado y se ha referido explícitamente a ambos: ha reprochado a postconvergentes dificultar las negociaciones y no contestar a su propuesta y a los republicanos hacerlo de una forma muy «abstracta». «Tenemos prisa», advierten.
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