Curiosidades
El curioso origen de la expresión “Tomar las de Villadiego”
En algunos de los clásicos de la literatura española como El Quijote o La Celestina se hace referencia a esta frase popular que ha pasado de generación en generación a lo largo de la historia
El español es un idioma que hablan cerca de 600 millones de personas en todo el mundo, y subiendo. Una lengua universal que no solo se habla en España o en los países de la América Hispana, sino en todos los continentes. Por ejemplo, en África se habla en Marruecos y Guinea Ecuatorial, mientras que en Asia es comúnmente hablado en Filipinas y, en Oceanía, se habla español en la Isla de Pascua.
El español o castellano, que como decía el Nobel de Literatura, Camilo José Cela, es el bello español que se habla en Castilla y León, puede presumir de contar con más de cien mil palabras en el Diccionario de la Lengua así como de algunas palabras singulares, como por ejemplo reconocer, que se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Una peculiaridad que tiene nombre: los palíndromos.
También hay otra palabra curiosa, como pedigüeñería. que es especial porque contiene los cuatro signos ortográficos que un término puede tener en nuestro idioma: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, la tilde del acento y el punto sobre la i.
Pero el español es también brillante por su rico refranero popular sustentado de generación en generación a lo largo de siglos de historia, así como por frases que se usan desde tiempos inmemoriales algunas de ellas para referirse a ciertos comportamientos o actuaciones.
Como por ejemplo, “Tomar las de Villadiego”, que es la forma coloquial de definir a aquella persona que huye apresuradamente de algún lugar o situación, porque siente miedo a que le ocurra algo y no se atreve a enfrentarse a esta circunstancia porque le resulta incómoda y decide huir de ella, tras la cual se adivina la intención de esa persona de no volver de ninguna manera.
O dicho de otra forma: cuando toma las de Villadiego es que se larga de improviso, con prisas y sin avisar ni dar explicación alguna.
¿Y de dónde procede esta expresión?
Son varias las teorías existentes. Entre ellas, hay una que se aplica a unas alforjas de viaje que se confeccionaban en este mismo municipio situado a casi 40 kilómetros de la capital, que fueron famosas y muy conocidas en Castilla, de suerte que «Tomar las de Villadiego» es coger las alforjas para ir de viaje.
Otra hace referencia a algunos pasajes literarios de nuestros clásicos, como en El Quijote de Miguel de Cervantes, que usa esta expresión al describir el momento en el que el barbero fue derribado de su asno por el ingenioso hidalgo: «puso los pies en polvorosa y cogió las de Villadiego». También en otra de sus grandes obras, como La Gran Sultana, Cervantes emplea otra variante: «pondré pies en polvorosa y tomaré las calzas de Villadiego».
También Ruiz de Alarcón en su comedia «Los pechos privilegiados» escribe: «Culpa a un bravo bigotudo rostriamargo y hombrituerto, que en sacando las de Juanes, toma las de Villadiego»
Y en La Celestina, la Tragicomedia de Calisto y Melibea escrita en el año 1499 y atribuida a Fernando de Rojas y debió de ser muy popular, ya que la encontramos frecuentemente en nuestros clásicos. En este libro en concreto se utiliza la frase “Tomar las calzas de Villadiego”.
Culpa a un bravo bigotudo
rostriamargo y hombrituerto,
que en sacando las de Juanes,
toma las de Villadiego»
Pero la explicación con más peso respecto al origen de esta frase, ya que se alude a las calzas, una especie de pantalones hasta la rodilla que se fabricaban en un pueblo de Burgos, llamado justamente Villadiego.
Según cuentan historiadores, el rey Fernando III el Santo (1199-1252) protegió a los judíos de Villadiego a través de un decreto en el que prohibió que se les persiguiera y apresara advirtiendo de penas a quienes les hicieran daño o sometieran a vejaciones y maltratos.
Y para garantizar su protección, hizo que los judíos llevaran unas calzas de color amarillo, maldito para ellos, para que de esta forma se les pudiera reconocer a la primera.
Se cuenta que los judíos entraban por la puerta de atrás de la iglesia de San Lorenzo de Villadiego y salían por la principal con las calzas cambiadas. De ahí que tomar las de Villadiego era ponerse otras calzas o, dicho de otro modo, cambiar a un estatus más seguro.
Así, cuando se iniciaron las persecuciones contra todos los judíos de Toledo y de Burgos, estos dejaban sus calzas o leotardos para “tomar las de Villadiego” e irse a este municipio burgalés al amparo del monarca castellano.
Qué ver en Villadiego
Un pueblo situado al oeste de la provincia de Burgos, en la comarca de Odra-Pisuerga, que se fundó en el siglo IX y se desarrolló como importante núcleo comercial en las rutas del cereal.
Un municipio de gran esplendor en la Edad Media, que presume de contar con algunos templos religiosos, museos y espacios culturales que invitan a una escapada.
El Centro de Recepción de Visitantes Geoparque de Las Loras es la puerta de entrada al conocimiento del territorio. Están los museos del Arco de la Cárcel entre los que se encuentran el Etnográfico, el de Pintura, con colecciones que van desde el siglo XVI hasta nuestros días, o el de la Radio.
También destaca el Centro de Interpretación del Cómic Fabulatis y el Museo Parroquial de Arte Sacro, con buena parte de la iconografía de arte religioso de la zona.
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