Gastronomía
¿Dónde disfrutar del mejor lechazo de España?
Castilla y León es la primera productora de este manjar
Ya no hay que esperar a la Navidad para disfrutar de un manjar como es el lechazo asado. Cada vez son más los establecimientos hosteleros especializados en este producto, principalmente en Castilla y León. Muchos son los asadores que lo ofrecen como su principal atractivo.
En todos ellos se elabora el lechazo al horno “al estilo tradicional”, que según la zona será asado únicamente con agua, sal y, acaso, unas gotas de limón, y que en otras zonas se terminará con unas pinceladas de manteca para que la piel quede más churruscada.
El mejor “compañero de viaje”
Para disfrutar de este manjar todo el mundo coincide en que el mejor “compañero de viaje” son los vinos tintos, y que mejor que alguno de las fabulosas bodegas de la Ribera del Duero o de la Denominación de Origen (D.O.) de Toro.
Muchas de las bodegas de estas denominaciones de origen ofrecen en sus establecimientos ofrecen lechazo en sus menús o en algunas de sus elaboraciones culinarias.
Uno de esos ejemplos es el restaurante Refectorio de Abadía Retuerta, galardonado con una Estrella Michelin desde 2014, se apoya en los productos y productores de la zona para presentar una propuesta gastronómica que sigue las líneas creativas contemporáneas actuales. Además, cuenta con 2 Soles Guía Repsol.
Lechazo en Castilla y León
Castilla y León es la tierra del lechazo y la primera productora en el mundo. Por este motivo, es la Comunidad Autónoma en la que existe una mayor oferta, pero entre los numerosos establecimientos hosteleros destacan:
- Mannix, en Campaspero (Valladolid): Entre Peñafiel y Cuéllar, en plena Comarca de La Churrería, se encuentra uno de los grandes templos del lechazo, quizá el más señalado y elogiado por los “expertos” en asadores. En este pueblo famoso por su roca caliza, presente en multitud de edificios de la zona, llevan cinco generaciones asando lechazo de oveja, claro está, churra. Tienen tres hornos y lo asan a la manera tradicional, en leña de encina, con su “tela” primero boca arriba y luego boca abajo, consiguiendo cuartos bien churruscados por fuera y asombrosamente tiernos y sabrosos por dentro.
- Horno de Asar Maribel, en Sacramenia (Segovia): El horno de asar Maribel está situado en la plaza Mayor de Sacramenia, un pequeño pueblo segoviano que se alza sobre una llanura perteneciente al partido Judicial de Sepúlveda. De Madriddista unos 150 kilómetros, que se pueden convertir en una divertida excursión por las Hoces del Duratón o los auténticos pueblos de la meseta castellana.
Las propietarias son Mari García y Luisa Lázaro, cuyas familias adquirieron la carnicería a Maribel hace más de veinticinco años. Ellas han seguido explotando el negocio desde la vertiente de venta directa al público de los productos de la carnicería y también como horno de asar.
- Restaurante “Los Rastrojos”, en Aranda de Duero (Burgos): Ubicado en la localidad burgalesa de Aranda del Duero, este estaclecimiento, aúna todo lo que van buscando los clientes exigentes. Una cocina castellana cuidada, donde no puede faltar el lechazo al horno, y unas amplias y cómodas instalaciones donde poder celebrar una comida o cena con amigos, familiares, compañeros o donde celebrar los eventos sociales más importantes como bautizos, comuniones, bodas,....
En Los Rastrojos se podrá disfrutar de los mejores productos de la tierra, como el lechazo, que asan magistralmente en su horno de leña, o como las carnes rojas a la parrilla. Además, de otros platos de origen tradicional a los que han sabido darle el toque innovador y moderno. Todo acompañado de los mejroes vinos de D.O. Ribera del Duero, enseña de la Región y que cautivará sin duda a todos los amantes de la gastronomía de calidad.
- Asador “El Granero”, en Medinaceli (Soria): Este restaurante en Medinaceli el cliente disfrutará de la gastronomía con mayúsculas. Su lema “del bien comer, mejor beber y agradable estar”. Decanos de la restauración en este insigne municipio soriano, te invitan a volver al pasado a través de los sabores más tradicionales con un toque creativo e innovador.
- El Corralillo, en Peñafiel (Valladolid): Ubicado en la localidad vallisoletana de Peñafiel, ofrece el lechazo asado en horno de leña y parrilla de Sarmiento de vid. Su comedor es una antigua bodega subterránea en la cual podrá disfrutar del lechazo asado en horno de leña.
- Parrilla de San Lorenzo, en Valladolid: En este referente de la gastronomía vallisoletana se podrá degustar el auténtico lechazo con sello de garantía de calidad y origen, elaborado a fuego lento en su horno con leña de encina. Toda una experiencia para el paladar. El lechazo auténtico debe haber tenido como única alimentación la leche materna, lo que garantiza una carne tierna y jugosa. Cuenta con diversos distintivos que aseguran y certifican el uso de una materia prima excelente, una elaboración cuidada y un servicio de calidad.
“Pincho de Lechazo”
En la localidad vallisoletana de Traspinedo hay otra forma de disfrutar de este producto de primera calidad. Los comienzos de los pinchos de lechazo se remontan al siglo XIX ante la necesidad de los trabajadores, sobre todo los jornaleros del campo, de comer caliente y de una forma sencilla sin tener que llevar utensilios de cocina. Entonces las tajadas de lechazo, troceadas en un tamaño homogéneo y previamente sazonadas, se insertaban en una vara verde de mimbre o sarmiento (palo de la vid) y se ponían a asar -sobre unas piedras de apoyo- en las brasas que reposaban en la tierra. Los pinchos se giran cada poco tiempo para que la carne vaya tomando color y se haga igual por todos los lados.
Con el paso de los años vecinos y visitantes siguen disfrutando del exquisito sabor del plato típico de la localidad tradicionalmente en bodegas y merenderos particulares en distintas celebraciones y eventos, y en compañía de familiares y amigos, lo que da un carácter social y popular al manjar estrella de la villa. Fruto del ingenio de aquellas personas, ya en el último tercio del siglo XX, comenzaron a aflorar iniciativas para comercializar el delicioso plato culinario en negocios de hostelería que fueron surgiendo en la localidad, para ofrecer el afamado producto a vecinos y visitantes.
Son numerosos los restaurantes de la zona que ofrecen esta variedad culinaria, pero entre ellos destacan:
- Los Tres Olmos, en Santibañez de Valcorba (Valladolid): Su principal producto es el Lechazo y lo hacen en pinchos o barras, lo parten en trozos toda la canal, delantero/paletilla, costilla y trasero/pierna, excepto cabeza y sadura y ensartan en dichas barras de acero, con un peso aproximado de 550/600gr, añadimos sal fina y a la brasa unos 25/30 minutos de paciencia.
Solo usan sarmiento en sus brasas. Dicho Sarmiento, se lo proporciona la emblemática Bodega Vega Sicilia. Esta leña le proporciona al Lechazo un sabor exquisito. También el visitante puede degustar otras carnes que ofrecemos como Chuleta o Entrecot de Vaca Frisona Gallega de “Cárnicas Luismi” o Pescados Salvajes del Día.
- Mesón Asador Carlos, en Traspinedo (Valladolid): Hace 40 años, la familia Puertas, con Carlos Puertas a la cabeza como maestro asador, da un paso más en su apuesta por la sobresaliente gastronomía de su tierra liderando el Mesón Asador Carlos. Este exquisito producto, que ha dado nombre y fama a Traspinedo a nivel nacional, se convierte en un auténtico arte en manos de Carlos y su equipo. Degustar este manjar, las barras de lechazo al sarmiento, nos demuestra que el cordero lechal no sólo resulta delicioso cuando se prepara asado, sino también en formato pincho, acompañada por un buen vino de la tierra.
- Mesón Lo Rico de Castilla, en Traspinedo (Valladolid):Desde finales de la década de los años 70 del siglo XX el mesón Lo Rico de Castilla es uno de los establecimientos hosteleros de Traspinedo pioneros e históricos en elaborar y comercializar el pincho de lechazo asado a la brasa de sarmiento.
De generación en generación, este restaurante se ha convertido en un emblema gastronómico de la localidad al que acuden comensales de distintas zonas de la geografía nacional debido, en gran parte, a su variada y deliciosa carta de productos, y también por el trato agradable y cercano que hace que la visita se vuelva a repetir con asiduidad.
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