Todos hemos soñado alguna vez con ver las estrellas por la noche desde un lugar que permita disfrutar del firmamento y donde no exista contaminación lumínica. Si eses lugar no cuesta nada, dispone de una equipación de lujo y está ubicado a 2.300 metros de altura en Los Picos de Europa ya poco más se puede pedir.

Pero es que encima se trata de un refugio muy singular, porque no es una cabaña tradicional, sino un portaviones que fue construido hace más de sesenta años a partir de una batería antiaérea estadounidense. Se trata, sin ningún lugar a dudas, de uno de los refugios de montaña más singulares del mundo.

Pasar la noche en este lugar, disfruta de una cena en mitad de los Picos de Europa, sin que nadie te moleste, escuchando los ruidos propios de la naturaleza más virgen y mirando las estrellas, es una de esas experiencias que está al alcance de todo el mundo y de todos los bolsillos pero que muchos desconocen.

El refugio, conocido como el refugio de la Verónica.

Se encuentra a dos horas de marcha del teleférico de Fuente Dé y en las cercanías se pueden acceder a varias cumbres como Peña Vieja, Horcados Rojos, Pico tesorero o Torre Blanca y tiene capacidad para seis personas.

El nombre de Verónica es un homenaje a una de las hijas de quién fue uno de los artífices de su construcción, el bilbaíno Conrado Sentíes. Este refugio se inauguró en el 1961. Su cúpula metálica y sus 9 m² proceden de la batería antiaérea del portaaviones estadounidense USS Palau, que se rescató del desgüace.

Pasar un noche en este enclave es una experiencia única que todo amante de la montaña y de la naturaleza debería de hacer, al menos, una vez en la vida.