Médicos
Detectar a tiempo el cáncer de recto, vital para su curación: 8 signos de los que sospechar
El cáncer de recto es una enfermedad curable, pero para ello es necesario un diagnóstico temprano. Suele ir de la mano del cáncer de colon, y se conoce como ‘cáncer colorrectal’ (CCR). Según datos de la Asociación Española de Gastroenterología (AEGASTRO), el cáncer colorrectal representa en España la segunda causa más frecuente de cáncer en hombres y en mujeres, sólo por detrás del cáncer de pulmón y del de mama, respectivamente.
¨Su incidencia se estima en 26.000 nuevos casos al año, y constituye la segunda causa de muerte por cáncer. La incidencia del CCR varía en función de la edad, incrementándose de forma notoria a partir de los 50 años. Existen numerosos factores dietéticos, así como del estilo de vida, y los hereditarios implicados en el desarrollo del mismo”, agrega.
“Su pronóstico de curación depende en gran medida del diágnóstico precoz del mismo. Por ello, hay que sospechar cuanto antes y vigilar los posibles síntomas”, según advierte Fernando Ruiz Marcuello, especialista en cirugía general en el Hospital Quirónsalud de Zaragoza, a la vez que remarca que “el cáncer rectal por su localización (últimos 20-15 centímetros del intestino grueso) tiene unos síntomas característicos, y por lo tanto un tratamiento específico que hace que la cirugía sea más compleja o tenga unas características especiales”.
Así, la doctora Sonia Gallego, especialista en aparato digestivo del mismo centro hospitalario, detalla los principales síntomas que suelen darse en el cáncer de recto:
A.- El cáncer de recto puede dar los mismos síntomas del cáncer de colon:
1.- Cambios del ritmo deposicional (40-45% de los casos). Estreñimiento o diarreas persistentes en el tiempo.
2.- Rectorragia (40% pacientes). Emisión de sangre roja por el ano o de sangre oscura con las heces.
3.- Anemia: Por sangrado del tumor.
4.- Cansancio y pérdida de peso inexplicable.
B.- Síntomas rectales característicos:
5) Tenesmo rectal. Sensación de necesidad de deposición incompleta.
6) Incontinencia fecal. Si el tumor afecta a los esfínteres anales puede provocar que no funcionen correctamente, y por lo tanto, una incontinencia de heces o de gases. Esto ocurre cuando el tumor es muy bajo, en los 4 últimos centímetros del recto, que se denominan ‘canal anal’.
7) Dolor anal y dolor abdominal o con la defecación. Se da entre un 40-45% de los casos.
8) Supuración anal. Emisión de pus por el ano o alrededores por infección del tumor.
El papel de la exploración clínica y tratamiento
Por su parte, el doctor Juan P. Marin Calahorrano, especialista también en cirugía general en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, recuerda en este sentido que en el cáncer de recto toma mucha importancia la exploración clínica por el especialista. “El tacto rectal da información sobre la distancia del tumor al margen anal, sobre la distancia a los esfínteres, sobre el tamaño del tumor, o la fijación a estructuras vecinas”, agrega.
A su vez, indica que en este tipo de situaciones suelen realizarse colonoscopias con biopsia para analizar zonas sospechosas; las resonancias pélvicas; o las ecografías endoanales o endorrectales; así como los TAC toracoabdominal para observar el interior del cuerpo y examinar las características del tumor y los alrededores.
En este punto, la experta en Aparato Digestivo, la doctora Gallego, señala que el cáncer de recto suele precisar de un tratamiento oncológico y quirúrgico en muchos casos, por lo que requiere de coordinación entre ambos. “Se ha demostrado que en tumores avanzados la quimiorradioterapia aumenta las posibilidades de curación, y mejora los resultados quirúrgicos”, aprecia la experta en Digestivo.
El especialista en Cirugía Ruíz Marcuello señala aquí también que la cirugía del cáncer de recto se realiza por laparoscopia, una cirugía “mínimamente invasiva por sus incisiones pequeñas”, así como “segura”, que se ha constatado que tiene beneficios , ya que “conlleva una recuperación rápida para el paciente con poca alteración de su calidad de vida”.
Sobre el postoperatorio, el doctor Juan P. Marin Calahorrano, cirujano general, destaca que los programas de rehabilitación multimodal y de recuperación rápida han demostrado que es beneficioso para el paciente reintroducir la ingesta oral y la deambulación de manera temprana.
“Gracias a la cirugía laparoscópica y a sus beneficios (menos dolor, menos paralización intestinal por menor manipulación), esa misma tarde o al día siguiente de la cirugía, el paciente comienza tolerando líquidos y levantándose. El alta del paciente se suele conceder a los 3-5 días de la operación. La ileostomía temporal o bolsa para heces que suele colocarse en ciertos casos se cierra (‘se quita la bolsa’) a partir del mes de la cirugía previa, con una intervención más sencilla, con 2 o 3 días de ingreso”, sentencia el especialista del Hospital Quirónsalud de Zaragoza.
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