Las 3.700 mujeres a las que salvó el doctor Martín

Miguel Martín atiende a este diario desde su casa. Está de baja. Se partió la tibia en la montaña. «La semana que viene ya vuelvo», explica. Tiene ganas, disfruta con su trabajo, salvando vidas, aunque «desde que soy jefe de servicio –2009– tengo menos tiempo para tratar con pacientes, me toca más labor burocrática». Ésa es la parte que menos le gusta porque él decidió especializarse en mama por el trato con las mujeres. Quería esa conexión, la relación humana. «Desde hace 25 años me dedico ''full time'' a ver a mujeres. No hago otra cosa. Cada año recibo 150 nuevos casos, aunque desde que soy jefe no me da tiempo a más de 50». Es lo que tiene ser bueno y que te lo reconozcan. Así, a lo largo de sus más de dos décadas dedicado a la lucha contra el cáncer ha podido atender a más de 3.700 mujeres. Todas ellas han confiado en él. Es más, «cada vez son más las que llegan a mí por recomendación, por referencias. Si pudiera tratar a todas...». Tras terminar la carrera, decidió especializarse en mama porque en ese momento «casi la mitad de las mujeres recaían». Es una enfermedad «que no atañe sólo a la paciente, sino que es toda una tragedia familiar porque afecta a la piedra angular del hogar, a mujeres de entorno a 50 años que, en países como el nuestro, son el principal sustento». No sólo fue esto lo que le llevo a luchar contra este tipo de tumor. Hay un factor más. «Me impresiona la energía que transmiten estas mujeres, los hombres no la tienen». La forma de percibir esta enfermedad ha cambiado mucho a lo largo de los últimos 25 años, gracias a «avances increíbles». Hoy podemos decir que «el 75 por ciento de las mujeres diagnosticadas nunca más recaen, pero aún queda un 25 que puede volver a desarrollar la enfermedad».

¿Veremos la curación de todas las mujeres, doctor? «El 100 por ciento dede curación no está en el horizonte inmediato, pero sí que en los próximos 25 años podremos llegar a tasas del 90 por ciento». Y hay un factor que este especialista tiene claro: «Sé que no hay un estudio científico que lo confirme, pero cada vez tenemos más claro que una mujer luchadora tiene muchas más probabilidades de salir adelante», sentencia.