Las cabalgatas de Andalucía se adaptan a menores con autismo y a personas con discapacidad

Varias cabalgatas de Andalucía se adaptan este año a menores con trastorno de espectro autista (TEA) y también habilitan espacios para personas con movilidad reducida.

En Granada, la Cabalgata de los Reyes Magos volverá a reservar, dentro de su recorrido de 5 kilómetros, tres zonas para personas con movilidad reducida.

Al igual que ocurrió el año pasado, se habilitará un tramo del recorrido para niños con trastorno de espectro autista (TEA), que estará libre de música y se situará entre la calle Gran Capitán y San Juan de Dios esquina con San Jerónimo con la calle Natalio Rivas.

En Málaga, el municipio de Alhaurín de la Torre acotará al principio del recorrido una zona para niños con autismo, donde la música bajará el volumen, se entregarán cascos a los menores a los que afecta especialmente el ruido y los caramelos de las carrozas se lanzarán desde abajo.

También en Vélez-Málaga se acondicionará una zona sin ruidos, orientada a mejorar el disfrute de los pequeños con autismo y trastornos similares, además de personas con movilidad reducida.

En Córdoba se reservan espacios de aparcamiento y para ver la cabalgata para personas con movilidad reducida. El espacio donde la Cartera Real recoge las cartas también es accesible. No hay nada especial para el entorno autista, como sí se produce en el espectáculo de luz y sonido, que tiene dos pases con el volumen reducido.

En la provincia de Sevilla, la localidad de Castilleja de la Cuesta ya estrenó el año pasado una nueva actividad de su cabalgata, que los Reyes reciben en la Casa de la Cultura y antes del inicio del cortejo a niños con TEA para que puedan disfrutar en un entorno adaptado y con una intensidad sonora regulada.

El Ayuntamiento de Arahal (Sevilla) pondrá a disposición de los niños con distintos problemas el balcón principal del edificio, desde donde podrán ver de forma segura la cabalgata de Reyes Magos de la localidad.

El Ayuntamiento de Arahal ha respondido así a la solicitud de la madre de una niña de dos años, Elena, que padece trisomía 13, una condición genética englobada dentro de enfermedades raras también conocida como síndrome de Patau, que le impide seguir el recorrido de la cabalgata en la calle como el resto de los niños. EFE