Entrevista

Marisol Menéndez: «El #SeAcabó es solo el principio»

Su proyecto pionero supone la creación de un ecosistema de liderazgo femenino, «más humano y conectado»

Marisol Menéndez
Marisol MenéndezLa Razón

Marisol Menéndez aboga por una nueva forma de conectar, pensar y hacer. Promueve un modelo de liderazgo que trasciende la cuestión de género. Y para ello ha tejido en «WITH» un ecosistema de mujeres ejecutivas de Europa e Iberoamérica; de corporaciones como Naciones Unidas o empresas globales como Telefónica. Reivindica que las redes entre personas sean entre seres «más humanos».

Usted defiende un modelo de liderazgo más diverso, humano y más conectado. ¿Un ejercicio de lírica o épica?

Ambas cosas. Es un ejercicio de humanismo que defiendo con pasión y sin perderle la cara a la lucha. Vivimos el tránsito de la era industrial, donde mandaba la jerarquía y la producción en serie, a un mundo complejo e hiperconectado. De la fuerza, al paradigma de lo sensible. Donde el «ser» tiene que reivindicarse como más «humano».

Hemos improvisado demasiado, vivimos muy a prisa.

A veces volver atrás no es involucionar. Necesitamos una vuelta a la raíz para que todo tome sentido. Hay que recuperar el reposo, el diálogo, la parte humana. Reencontrarnos a nosotros mismos como primera piedra del compromiso colectivo. Frente a la inmediatez, darles a las cosas su tiempo. La confianza y la credibilidad no es cacao soluble, instantáneo.

Por eso, propone «pararse a pensar» antes de actuar. «Connect-Think-Do».

Si en tu círculo o fuera de tu zona de confort conoces a más personas, os tomáis tiempo, compartimos valores y capacidades, incluso se ponen a prueban… conseguiremos que de esa conexión nazca algo en base a intereses comunes. Lo siguiente es que las ideas se materialicen en proyectos y de ahí a ponerlas en marcha.

¿Y funciona?

En nuestra red WITH hemos conseguidos conectar 35 negocios entre mujeres que antes no se conocían, dos de ellos con una inversión de más de medio millón de euros. No es mala referencia.

Aboga por un desafío común, un nuevo liderazgo femenino que trascienda la cuestión de género. Un reto de hombres y mujeres.

Necesariamente tiene que haber más mujeres en puestos de dirección, al igual que más proyectos de emprendedoras. Pero de nada sirve si no tienen más decisión y no se apuesta en términos que vayan más allá de la rentabilidad económica. Si queremos un nuevo mundo, lo tenemos que hacer entre todos y todas.

¿Cómo debe ser esa líder que dirija a la empresa y la sociedad en los nuevos tiempos?

No hay una respuesta única porque más que un patrón donde compararse la clave está en dar todo lo mejor que tiene una persona. Es decir, ser auténticas. Y que se respete esa diversidad que nos hace en vez de iguales a todas diferentes. Dispuesto a dar lo mejor. Escalando y trepando sobre tus propias capacidades y habilidades. Afilando talento para ponerlo a disposición de los demás.

Pero parece que a la mujer siempre le cuesta más liderar ese carro. Mire las jugadoras de fútbol femenino. Han ganado un Mundial y vaya calvario están pasando.

Crecer duele, cambiar cuesta trabajo. Quien tiene el poder y la última palabra en la decisión, no lo va a querer soltar. Es parte de la naturaleza humana. Pero deben saber que no vamos a parar, que el #SeAcabó es el principio.

De…

Un paradigma más diverso sobre la base innegociable del respeto. El cambio es imparable y está sucediendo. Hay actitudes, modos y reglas que no vamos a tolerar. El acuerdo social se nota y se siente. Y achanta a los retrógrados.

Con una sociedad convencida aumentan las posibilidades de vencer.

El ecosistema social es un organismo vivo que presenta sus patologías. El liderazgo es un buen antibiótico. Hay una rebeldía colectiva, en común con los hombres, para una sociedad que no excluya.

Deme esperanza, quiero que mi hija lo tenga más fácil que mi hermana. ¿Es posible?

Absolutamente convencida. Tanto como que nosotras vivimos mucho mejor que nuestras madres.