Sociedad
¿Por qué el primer kiki de España (probablemente) fue en Cádiz?
La influencia anglosajona y americana está muy marcada en el Campo de Gibraltar y Rota, además de Morón (Sevilla), siendo germen también del rock andaluz
Las palabras tienen diferentes procedencias. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge el sustantivo "kiki" o "quiqui" con varias acepciones. La primera: "coleta pequeña que se hace en la parte superior de la cabeza". La segunda: "vulg. coito. Echar un kiki". La RAE también recoge como posible origen de la expresión "quizá con influencia del inglés quickie 'coito rápido'". Quickie significa «rapidito" y es un término que emplean los anglosajones para las relaciones sexuales espontáneas que se consuman en pocos minutos. Fonéticamente, de quicly se llega intuitivamente a quiqui y de ahí a su derivada "kiki". Sin embargo, «have a kiki», en inglés, no significa lo mismo, sino que se refiere a una reunión para contar cotilleos y tomarse algo. El crisol de culturas que conforma Andalucía provoca una evolución social y cultural en muchos aspectos.
Conocido el origen de la palabra, todo indica a que "el primer kiki" llamado así en territorio español habría tenido lugar en Cádiz. La influencia anglosajona en el Campo de Gibraltar, con el Peñón como foco de atracción y la base americana de Rota son dos grandes polos de la lengua británica que interactúan en dichas zonas. Además, el gaditano se caracteriza, entre otras cosas, por la musicalidad de su oído, con un andaluz casi cantado al hablar. La base de Morón de la Frontera, en Sevilla, también influyó en la zona pero más culturalmente que, posiblemente, en el lenguaje, aunque es otra posibilidad abierta.
Bajo la dictadura de Franco, en septiembre de 1953, tuvieron lugar los Pactos de Madrid, por los que España permitía a Estados Unidos la instalación de cuatro bases norteamericanas, una de cuales sería la naval de Rota, a cambio de ayuda económica y militar. La base de Rota, aunque pertenece al Ejército español, tiene muchas instalaciones compartidas, según el Convenio firmado entre España y Estados Unidos. "La extensión del recinto es de 6100 acres aproximadamente y posee una población estadounidense de unas 8000 personas, entre militares, familiares y población civil. El uso de la base es conjunto permaneciendo bajo bandera española y bajo mando de un vicealmirante español", señala la web del Ayuntamiento roteño.
Además de en el lengua, la Base de Rota y de Morón fueron clave en la cultura andaluza y española a partir de los años 70, principalmente. El rock entró por Rota y Morón y la influencia de las bases americanas fue determinante en la aparición posterior de grupos históricos como Triana, germen del rock andaluz.
«Hay que tener roll hasta para llevar un paso. Es la única manera de que no te pese nada», decía Silvio Fernández Melgarejo, un rockero «a la diestra del cielo». En la Facultad de Comunicación de Sevilla se llegó a impartir un curso sobre la historia del rock, a cargo de Juan Carlos Rodríguez Centeno, onubense afincando en Sevilla, más rockero que carabanchelero, quien incluyó la música en el plan oficial, con la evolución pop-rock. «Se supone que un rockanrrollero se mueve un poco mejor que un nazareno. Se supone», decía también Silvio, visionario del caos.
No tanto en el lenguaje, como pasó en Cádiz, pero sí en la música Sevilla ha sido cuna de música de culto. Ésa de la que Wilco es un paradigma, «pero nadie compra sus discos». «Hay un nuevo cambio de tendencia, un retorno a ir a taquilla, como antes. También en los directos». Y luego está Spotify, «el rock del reloj», que le da la vuelta al minutero. El rock fue una revolución en los 50, «en el vestir y el bailar». Llegó el escándalo y la censura, la transgresión. Representaba «algo lascivo y sexual, e irrumpe en los grandes medios».
Un antes y un después. «Ahora pasa de padres a hijos, ya no hay bares de música», lamentó entonces Centeno. El rock proviene del rhythm and blues unido al «márketing en un contexto de segregación racial». Rosa Park en autobús. «Unos cuantos se interesan por esa música y la piden». Surge Elvis Presley, con canciones adaptadas. «Elvis no deja de ser un buen chico, aunque baile y se mueva raro». Con los Beatles ocurre otro tanto, «el mercado los adapta». Los años 60, en la piel de toro entre Francia y África, hay una dictadura. El rock, en todo el mundo, «primero llega a las élites universitarias». «Andalucía es pionera como vía de entrada». Las bases americanas en pequeñas ciudades. Zaragoza, Morón, Rota. Surgen «muchos grupos en Sevilla, Sanlúcar de Barrameda, Zaragoza, Madrid y los puertos de Barcelona y Valencia».
Sobresalen Los Mustang, los Beatles de España, que incluso «venden más que ellos». También están Los salvajes, con los Rollings. Miguel Ríos es «de los primeros con canciones propias». También están Los Bravos y Los Brincos. Y llegan adaptaciones de Italia: Adriano Celentano. Los 60 son años de más apertura, los Estudiantes. «Después se envicia» la música. En Andalucía pega el rock andaluz. Y Silvio, «el único punk de España, un ácrata que no se puede explicar», en palabras de Centeno. «Los Ángeles en Granada y 091»; más fenómeno fan, con Los Pecos y Pedro Marín. La música «se convierte en un fenómeno de masas». Aparte, está la copla, con Valderrama, la Piquer o Joselito. «La movida es una cosa de unos cuantos, una avanzadilla de gente de dinero, ‘niñosbien’ que pueden permitirse ir a Londres», unida a «una cultura mediática». El rock urbano, Burning. En Barcelona, Loquillo, Los Rebeldes. El tecnopop, en Valencia. Sevilla y Granada, como cunas musicales. De los Pony Bravo, Los News, Los Buenas Noches, Sacramento, Luzbel a los DJ. «A mí me dejan frío», explicaba Centeno. «La música es el silencio bien cortao», resumía Silvio.
La Universidad de Sevilla ha abordado la influencia anglosajona en el rock andaluz y español y la de Valladolid estudiael arraigo británico en el lenguaje en la provincia gaditana. Un equipo de investigación ha estudiado el contacto de ambas lenguas en Gibraltar, un territorio de 6,8 kilómetros cuadrados y 34.000 habitantes pero cuya influencia escapa a "la Reja". Los habitantes de Gibraltar emplean dos lenguas indistintamente de forma cotidiana: el inglés, idioma oficial, y el castellano o español. A veces lo mezclan, conformando el llamado idioma "llanito": «Shiquilla, ¿can you do me a favour?». “La alternancia de códigos es la capacidad que un bilingüe tiene para emplear de manera simultánea los idiomas que conoce. Es un recurso tan fácil de usar para esta persona como una sola lengua, puesto que es una habilidad intrínseca a ser bilingüe. Su cerebro está entrenado para ello”, señala Raquel Fernández Fuertes, directora del grupo de investigación UVALAL (University of Valladolid Language Adquisition Lab). El proceso se da espontáneamente con el tiempo y se adquiere relativamente rápidamente -"quickly"- en el cerebro.
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