Picos de Europa
Descubre el pueblo de España al que no se puede acceder en coche
Se encuentra en pleno corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa y solo se puede acceder a él en pie o en funicular
En mitad de un paraje natural, como son los Picos de Europa, se encuentra el concejo asturiano de Cabrales al que pertenece la pequeña parroquia de Bulnes, el pueblo al que tan solo se puede acceder a pie o en funicular.
En Bulnes hay empadronadas 26 personas según recoge el Instituto Nacional de Estadística y por sus calles nunca ha pasado un coche. Pues los vehículos no tienen cabida en esta pequeña aldea que impresiona a todo aquel que va a visitarla.
Es cierto que en Asturias hay cientos de pueblos que se pierden entre las montañas, pero de una forma u otra, aunque sea a través de una carretera complicada, siempre se puede llegar. Sin embargo a Bulnes no, y esa es una de las muchas cualidades que aguarda este pueblo tan especial.
¿Dónde se encuentra Bulnes?
Para comprender bien su importancia y conocer sus orígenes, hay que saber dónde se encuentra Bulnes. Esta pequeña parroquia se sitúa en pleno corazón de los Picos de Europa.
Está rodeada por montañas de hasta 1.600 metros de altura y sus habitantes viven principalmente del turismo. En sus orígenes, fue una aldea fundada por pastores que buscaban un refugio mientras pastoreaban en mitad de las montañas.
En sus años más gloriosos, en Bulnes, llegaron a vivir más de 50 personas. Sin embargo, con el tiempo, la población ha ido descendiendo, hasta llegar a tan solo 26 personas que son hoy en día.
Formas de llegar a Bulnes
El hecho de ser uno de los pocos pueblos de toda Europa a los que no se puede acceder en coche, llama más la atención de todos los turistas que deciden ir a visitarlo. Además, Bulnes consiguió la denominación de 'Los pueblos más bonitos de España'.
Hay dos formas de llegar a Bulnes: a pie o en funicular. Ambas aportan al visitante puntos de vista diferentes, por lo que siempre se aconseja que se utilice una a la ida y otra a la vuelta.
A pie, tendrás que hacerlo por la ruta de 'la Canal del Texu'. Pero ojo, porque no es un camino adecuado para todo tipo de personas. Pues al contrario, es un camino complicado y de suelo empedrado. Aquello a lo que muchos llaman 'un camino de cabras'.
Tiene menos de cuatro kilómetros de largo que se pueden recorrer entre una hora y media o dos. El camino pasa por mitad de la naturaleza y cerca del río Tejo, lo que permite otro tipo de experiencia al turista que lo va a visitar.
La alternativa fácil es el funicular que funciona desde 2001. Sale de la localidad de Poncebos y tiene un coste de ida y vuelta para adulto de 22,16 euros. En este viaje de dos kilómetros se podrá ver desde las alturas el interior del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Por lo que, como se señalaba, las dos formas de llegar tienen sus virtudes, aunque el ir caminando por esa ruta no es una opción válida para todas las personas.
¿Qué visitar en Bulnes?
Bulnes está dividido en dos zonas: Bulnes de Arriba y Bulnes de Abajo. En la parte más alta se encuentran las casas de los habitantes de piedra caliza y puertas y ventanas de madera. En la parte de Abajo, están los principales servicios turísticos que ofrece el pueblo.
Una vez en Bulnes, además de conocer sus bonitas casas y calles empedradas, hay que disfrutar de la naturaleza. Pues no hay que olvidar que se está en pleno corazón de los Picos de Europa.
Desde el pueblo parten diferentes caminos y rutas que se pueden hacer para conocer más este paraje natural. Tales como la ruta a Amuesa o a Pandébano.
Además, para los montañistas más aventureros, y previamente equipados, podrán partir de Bulnes con el objetivo de llegar hasta el Picu Urriellu, más conocido como Naranjo de Bulnes, uno de los picos más reconocidos de este paraje.
¿Dónde comer y alojarse en Bulnes?
Bulnes es un remanso de paz para todos aquellos que vayan buscando la tranquilidad y el contacto directo con la naturaleza. Pero, aunque sea una parroquia pequeña rodeada de naturaleza, tiene restaurantes y pensiones y es que la aldea ha sabido renovarse y sacarle partido al turismo.
Tiene un total de cuatro restaurantes y dos pensiones. En los restaurantes, los turistas podrán degustar la típica gastronomía asturiana con platos tan conocidos como el cachopo, las patatas al cabrales, la sidra o el arroz con leche. Y además, hacerlo con vistas al Parque Nacional de los Picos de Europa.
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