Hoteles sostenibles
La Casa del Presidente, una oda al patrimonio y el auténtico sabor de Ávila
El hotel apuesta por la recuperación de las tradiciones y las técnicas de las abuelas de Castilla y León, bajo la dirección del chef Diego Sanz en su recien inaugurado restaurante, Caleña
Una de las reglas para ser considerado ecológico es, evidentemente, ser respetuoso con los espacios e intervenir lo menos posible en el entorno que lo acoge. Combinar una oferta turística atractiva con estas exigencias puede significar un gran reto en hostelería, mucho mayor si se cuenta con un patrimonio histórico integrado. El hotel boutique La Casa del Presidente es uno de esos espacios privilegiados que cuenta, nada más y nada menos, con un trozo de la joya más preciada de Castilla y León: las Murallas de Ávila.
Formando parte de este monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad, tocar sus estructuras es casi imposible, aunque apenas ha sido necesario. La primera piedra se colocó en los años setenta para construir lo que sería la casa de veraneo de Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia española. A día de hoy, La Casa del Presidente se mantiene prácticamente intacta, conserva el despacho del alegórico político y cuenta con solo diez habitaciones disponibles para el público. La construcción le rinde homenaje a las texturas y paredes de piedra de Ávila, que además le da nombre a su recién inaugurado restaurante, Caleña.
La Casa del Presidente está diseñada para integrar la naturaleza y la arquitectura histórica con una eficiencia energética moderna. Al mantener su edificación original y optimizar el uso de las instalaciones, como el jardín y la piscina al aire libre, el hotel aprovecha la ventilación natural y la luz solar, lo que reduce el consumo energético en comparación con instalaciones totalmente nuevas. Este enfoque en la conservación no solo respeta el patrimonio histórico, sino que reduce significativamente el impacto ambiental de las nuevas construcciones. La estructura preserva materiales originales como las vigas y contraventanas de madera, el zaguán de piedra y los azulejos de Talavera en la cocina.
En La Casa del Presidente, los huéspedes pueden disfrutar de experiencias personalizadas, entre las cuales destaca un recorrido exclusivo por el universo de Maison Eight & Bob, la icónica marca francesa de perfumes. Fundada en los años 30 por el aristócrata parisino Albert Fouquet, esta marca invita a los visitantes a sumergirse en los procesos artesanales que preservan el legado de una de las fragancias favoritas de John F. Kennedy. A través de catas privadas, el hotel comparte la historia de la fascinación del presidente por sus aromas, mostrando cada etapa de elaboración, desde la selección cuidadosa de materias primas hasta la destilación de aceites esenciales. Estas esencias, que también se producen en España, representan la esencia de un lujo artesanal.
Caleña, un guiño a la tradición
Como en todo hotel moderno, la gastronomía es una pieza que no puede faltar en el rompecabezas, y así nace Caleña. El restaurante, que acaba de abrir su nuevo espacio encapsulado en el jardín del hotel, cuenta con una propuesta que busca recuperar la cocina tradicional, bajo la dirección del joven y destacado chef Diego Sanz. Tras pasar por cocinas de renombre mundial como el tres estrellas Michelin Noma de Copenhague, Sanz confía en que la clave de Caleña es recuperar las joyas culinarias de Castilla y León. Nadie mejor que un local para poner en la mesa las recetas de las abuelas, ya que creció con estos sabores. Para Diego, su cocina es «tradicional, para compartir y de temporada», potenciada con ingredientes frescos de productores locales.
Este otoño-invierno, los guisos de legumbres, verduras a la brasa, setas y trufas maridan las murallas que se observan desde los ventanales gigantes, componiendo así una mesa consistente, exigente y elegante. Aunque hay mucha historia en cada bocado y respeto por la oferta gastronómica, para el chef, la verdadera sostenibilidad está en «cuidar del equipo». Así, Caleña cierra de lunes a miércoles a fin de sacar lo mejor de cada ingrediente y del personal los días de su apertura. La autenticidad de Caleña también se traslada a los desayunos del hotel, en un espacio acogedor donde ofrecen un desayuno a la carta, preparado al momento con los mismos componentes de proximidad y a fuego lento matutino.
Aunque no tenemos el testimonio de Adolfo Suárez, La Casa del Presidente ofrece una experiencia cargada de tradición, similar a la que vivió esta figura, no obstante, su mérito más grande es la profunda conciencia por su historia y el entorno que lo rodea.
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