El ruido excesivo al que estamos sometidos en nuestra vida cotidiana tiene un impacto negativo en nuestra salud auditiva. Según los expertos, cada vez se adelanta más la edad en la que se empieza a perder la capacidad de oír.

Antes, la sordera se manifestaba a los 70 u 80 años, pero ahora los afectados son 10 años más jóvenes. Se prevé que en 2050 ya seaN una de cada cuatro personas la que sufra problemas auditivos, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La música con auriculares, el ruido en las discotecas, en los cines o en la calle son algunos de los factores que contribuyen a este problema.

Para prevenir la pérdida de audición, es importante cuidar nuestros oídos y hacer revisiones periódicas.Igual que las personas se hacen análisis de sangre o revisiones generales periódicas en el centro sanitario, también es importante acudir cada cierto tiempo al otorrinolaringólogo.

En ocasiones las personas que comienzan a presentar déficits en su audición no son verdaderamente conscientes de las dificultades que tienen de escuchar algunos sonidos, como alarmas o canciones. Se presenta inicialmente en sonidos o tonos, antes que en conversaciones por teléfono o en persona por lo que no se relaciona en las primeras fases con un problema de comunicación.

Muchas personas usan dispositivos como cascos o auriculares para escuchar música, pero no siempre lo hacen de forma adecuada. Es importante hacer caso y tomar en cuenta las advertencias de los dispositivos en las que se piden bajar el volumen. Estos accesorios pueden dañar el oído si se abusa de ellos o si se combinan con el ruido ambiental cada vez mayor que generan sobre todo las grandes urbes.