Toros
Cuatro orejas y un «no hay billetes» en el homenaje a Fandiño en Orduña
El rejoneador Diego Ventura, los toreros Enrique Ponce, Curro Díaz, El Fandi, Iván Abasolo, y el novillero José Rojo componían un cartel lleno de emotividad y recuerdo
Novillos, por este orden, de José Luis Pereda, agarrado al piso; Garcigrande, inválido; Cayetano Muñoz, sin clase; Torrealba, manso; Jandilla, aplomado; y Mollalta, noblote.
El rejoneador Diego Ventura, oreja.
Enrique Ponce, ovación tras aviso.
Curro Díaz, oreja.
David Fandila «El Fandi», oreja.
Iván Abasolo, oreja tras aviso.
El novillero José Rojo, palmas en la despedida tras aviso.
La plaza registró lleno de «no hay billetes» en los tendidos.
Cuatro orejas fue el balance artístico del festival homenaje a Iván Fandiño celebrado hoy en su tierra, Orduña (Vizcaya), donde sus paisanos se encargaron de poner la emotividad de la tarde, con un sinfín de homenajes y, lo más importante, con el cartel de «no hay billetes» en la taquilla.
La memoria de Iván Fandiño volvió a hacerse presente en su Orduña (Vizcaya) natal, cuya plaza de toros sirvió para rendirle hoy un emotivo tributo justo ahora cuando queda poco más de un mes para que se cumpla un año de su trágica muerte, el 17 de junio, en la arena del coso francés de Aire Sur L’Adour, a cargo de las astas de «Provechito», de Baltasar Ibán.
Aquel toro sesgó de cuajo la vida del «León de Orduña», pero la gloria, el legado que dejó, perdurará por siempre en la memoria de quienes le vieron crecer y hacerse un hueco a golpe de independencia y libertad, en una profesión en la que llegó a mandar desde 2011 a 2014, cuando por fin abrió la Puerta Grande de Las Ventas, plaza que fue santo y seña en su carrera.
Hoy Orduña, por sus tradicionales fiestas de «Otxomaio», le ha vuelto a recordar con un festival homenaje en el que no han faltado toreros de primer nivel como el rejoneador Diego Ventura o el maestro Enrique Ponce; también amigos como Curro Díaz, El Fandi, su paisano Iván Abasolo, y el novillero José Rojo.
Como no podía ser de otra forma, la plaza se llenó hasta la bandera -con el cartel de «no hay billetes» en taquilla- su gente no quiso fallar al que ya es ídolo y héroe de este municipio vizcaíno, y por este motivo le tributaron un «aurresku» de honor que antecedió a un emotivo minuto de silencio y a la salida por chiqueros del primero de la tarde, de Perera, para el rejoneador Diego Ventura.
El hispanoluso anduvo a buen nivel ante un astado que se paró enseguida, y con el que destacó a lomos de «Universo» y «Bronce». Cortó una oreja tras un efectivo rejón de muerte.
Enrique Ponce se las vio con un inválido de Garcigrande, con el que apenas pudo pasar de los detalles a media altura. Falló con los aceros y recibió una ovación con saludos.
Curro Díaz se enfrentó a un utrero de Cayetano Muñoz al que le faltó clase y le sobraron malas ideas. El linarense anduvo firme y tesonero en una faena argumentada por el derecho y que, tras una eficaz estocada, le valió para cortar una oreja.
Otro apéndice logró El Fandi del novillo de Torrealba que le cupo en suerte, un animal manso y sin apenas empuje con el que el granadino tuvo que poner toda la carne en el asador. Cortó una oreja, que pudieron ser dos de haber andado más acertado con el descabello.
El local Iván Abasolo se mostró voluntarioso con un «jandilla» que llegó al último tercio muy aplomado, y al que cortó una oreja tras pinchazo y estocada.
Cerró la tarde el novillero extremeño José Rojo, que marró con la espada una labor muy entregada ante un novillo de Mollalta, que, la postre, fue el que más se dejó de los seis. EFE.