A estas alturas de la negociación todos los invitados se han levantado de la mesa sin acuerdo para hacerse con la compañía Waystar Royco. Frente a frente Shiv, Tom y Connor, Kendall, Roman y Greg. En la cabecera el todopoderoso Logan Roy; cabeza de familia, impetuoso, falaz. Con esta alineación cualquier cosa puede salir mal. La serie «Succession» acaba de estrenar su última temporada en HBO Max y Brian Cox, el actor que interpreta al alfa de la compañía pasó por Madrid para fotografiarse con el cuadro de Goya «Saturno» y explicó en la Academia de Cine si el hambre le llevará a comerse a sus hijos o serán estos los que le apuñalen de nuevo. «Toda la serie es una especie de increíble montaña rusa», dijo el actor que adelantó que nunca hay que bajar la guardia: «Cuando se espera lo esperado, sucede lo inesperado. Y cuando se espera lo inesperado, sucede lo esperado». Cox detalló que el sistema de trabajo está enfocado a crear una comedia, exabruptos y tacos mediante, y «te dan un montón de líneas alternativas para conseguir un gag y una carcajada. Kieran Culkin (Roman Roy) empezó con pánico y dos líneas alternativas y acabó en la cuarta temporada con cinco páginas de alternativas».

Incomprendido

Para interpretar al personaje Cox relata cómo se reunió desde Londres por videoconferencia con los creadores, Jesse Armstrong, desde italia, y Adam McKay desde Los Angeles: «Dije, ‘así que mi personaje solo aparecerá en una parte de la serie’, y me contestaron, «en absoluto». Logan Roy es el personaje más largo del actor, que bromea con que «he estado en este negocio 173 años», y que «hay un par de programas en los que pensé que habría estado bien durar más, pero nunca me encariño». Incapaz de spoilear sobre la trama, sí califica la cuarta temporada como aquella «elevada a la máxima potencia» y rompe una lanza a favor del tiránico Logan: «Es extremadamente incomprendido, porque todos tenemos esta imagen colectiva del ‘hombre del saco’. Decimos ‘oh, es así’ y lo proyectamos. Y tienes que matar es que el publico quiere proyectar en ti; estar en el momento y hacer lo que quieras».

Calificó a su personaje de «extremadamente complicado, muy solitario, que lo da todo por su negocio, e incapaz de mantener cualquier tipo de naturaleza sexual con cualquier miembro del sexo opuesto» y, además «esta no es una historia de héroes o villanos; es sobre la gente y sus estupideces. Son verdaderamente y jodidamente estúpidos». Destaca de Logan «su misterio» y realmente , y a pesar de que «siempre está activo», disfrutó durante el rodaje de la serie «no de la fanfarronería y todo eso, si no de cuando está en segundo plano y verlo en paz». No comparte en absoluto la deriva vital del multimillonario, porque, en su opinión, «los extremadamente ricos están tan fuera de contacto. Su sentido de la realidad es muy fino, como el papel. Viven en una especie de ilusión real, que está respaldada por el hecho de que tienen el capital para apoyar la ilusión y no realmente en el mundo.

Cuando el estúpido Richard Branson sube al cielo y dice, necesitamos más naves espaciales, a la mierda. Francamente, no necesitamos más naves espaciales. Necesitamos resolver lo que nos pasa a un nivel más profundo» y matizó que se trata de unos pocos ricos, no una masa. Y por encima de todo puso en valor la labor de los guionistas, «un conjunto de fenómenos que crean y nosotros solo suministramos carne y huesos a un esqueleto increíblemente bien hecho. Mi trabajo es llevar la escritura al mejor punto posible».

Volviendo al tema de la última temporada, hubo un último intento de sonsacar a Cox por el destino de Logan Roy y sus hijos. Así que le preguntaron directamente que cuál era su hijo favorito intentando desentrañar la respuesta: «No sé, nadie lo sabe. ¿Ves? este es el jodido problema: él ama a sus hijos. Los recuerda como niños y niñas. Eso es lo que él recuerda».