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Raphael desvela en "El Hormiguero" como le dicen sus propios nietos: "Nunca me llaman así"

El cantante regresó al buque insignia de Antena 3 para presentar su disco número 86, "Ayer...aún"

Raphael en 'El Hormiguero'
Raphael en 'El Hormiguero'Atresmedia

"El Hormiguero" comenzó la última semana del año 2024 con uno de los cantantes más importantes de nuestro país y de todos los tiempos: el inigualable Raphael, quien regresó al programa de las hormigas más famosas de la televisión, presentado por Pablo Motos, para promocionar el disco número 86 de su carrera, titulado "Ayer... aún". A pesar de ser el más reciente, Raphael siente que este debería haber sido el primero de su discografía. Sin embargo, confesó que en los comienzos de su carrera tuvo que hacer cosas que en aquel momento no le apetecían demasiado. Ahora, el artista ha lanzado un álbum completo en francésen honor a Edith Piaf, una de las artistas que más idolatra. Gracias a la tecnología, ha grabado junto a ella una versión de su mítica canción "Non, je ne regrette rien".

Un artista único en su especie

Raphael despedirá su gira este próximo 20 y 21 de diciembre en el hasta ahora conocido WiZink Center, un recinto que ha llenado 30 veces y que volverá a disfrutar de las mejores canciones del artista jienense, incluidas las de este nuevo disco, estrenadas en Sevilla, así como temas navideños, uno de los sellos inconfundibles de su carrera. El WiZink Center, que hace apenas unas semanas recibió al ex-Beatle Paul McCartney, ofreció un concierto al que Raphael hubiese querido asistir, pero por problemas de agenda no pudo. Esta es una situación habitual para muchos artistas, especialmente para quienes tienen una agenda tan ocupada como él.

Fue entonces cuando Pablo Motos sacó a relucir una anécdota memorable: el día en que Raphael vio en directo en Las Vegas al rey del rock, Elvis Presley. Sin embargo, el estado personal del artista de Memphis dejó entristecido a Raphael: "Él no estaba en condiciones de dar conciertos, y es una pena porque lo había conseguido todo en el mundo de la música. No había nadie más que él. Ojalá no tenga que pasar por eso". En cuanto a sus próximos conciertos, Raphael fue preguntado por su canción preferida al momento de cantar. El artista confesó ser asiduo en estos últimos años a cambiar las letras de sus temas. "Alguna vez he cambiado las letras y el público me ha esperado fuera para decirme que me confundí", bromeó entre risas. Añadió que, como profesional, debe gustarle la canción que interpreta en cada momento: "Me tengo que volcar por completo; es mi obligación". No se decantó por ninguno de sus clásicos como "Mi gran noche", "La canción del tamborilero" o "Escándalo", aunque sí recordó un incidente divertido en su etapa de actor con una misteriosa “Dolly” en su primera película.

"Fue de mis primeros papeles, y veía en el guion que ponía Dolly todo el rato. Me preguntaba quién era esa persona que tenía más protagonismo que yo y trabajaba todos los días, hasta que me explicaron que Dolly era una cámara grúa pequeñita. Ahí lo entendí todo", contó Raphael, provocando las risas del público. Tras un momento distendido con las cámaras grúa del plató, Pablo Motos profundizó en los hábitos del artista antes de actuar. Raphael reveló que, cuando todos se marchan de su camerino, se sienta en una silla para relajarse, aunque antes visita el escenario por la parte trasera. "Accedo por detrás, no por donde el público, y así, cuando me lo encuentro de frente, visualizo de qué manera puedo atacarlo para sacar el máximo partido y dar un gran espectáculo". Además, dio un consejo importante: "No se debe perder la personalidad en el escenario ni copiar a otros artistas".

Por último, Raphael comentó su desconcierto con quienes graban constantemente los conciertos con el móvil: "Lo entiendo porque es razonable, pero dedícate a vivirlo". El cantante también reveló que ninguno de sus ocho nietos lo llama abuelo, pues desde pequeños han escuchado a todos llamarlo Raphael, y así se refieren a él en la familia. "No es que no me guste el concepto, pero no me llaman así", explicó.

Además, recordó cómo su vida cambió después del trasplante de hígado en 2002, provocado por un exceso de alcohol durante su carrera: "Ahora estoy fantástico, gracias a Dios". Antes de la llegada de Trancas y Barrancas, Raphael confirmó lo importante que es la Navidad en su vida. Admitió ser fan del marisco, recordó como su regalo más bonito un camión de juguete en Reyes y defendió incluso a los matasuegras: "Tienen su aquel". Sin embargo, confesó no cantar villancicos en estas fechas: "Sería como trabajar en vacaciones". Así quedó demostrado que Raphael es, sin duda, muy pero que muy navideño.