Ya lo dijimos en esta casa: los pueblos de Granada nunca pierden en el 'Grand Prix'. Sus 6 participaciones a lo largo de la historia del concurso se cuentan por 6 victorias.

Anoche, el municipio de Alfacar, que salió campeón, además de con la pasión nazarí (ya lo dijo Carlos Cano sobre Granada: "la que parece de nieve y por dentro es fuego") contó con la estadística de su lado, y esta pesa más que la suerte, por mucho que la azarosa no quiera alistarse en tu bando.

Su digno rival en la final de anoche, Aguilar de Campoo (Palencia), que nunca entregaron la cuchara y, a punto estuvieron, con 27 a 19 en contra en la prueba del diccionario de darle la vuelta a un marcador tan adverso al llegar a levantar hasta tres matchpoints.

En definitiva, mucha emoción y nervios in crescendo, en un programa que ha regresado a la tele 20 años después por la puerta grande para hacernos más liviano el calor y sopor veraniego. Un triunfo, el del 'Grand Prix', que se corona en audiencias gracias a haber sabido coger a tiempo la ola de la nostalgia millenial: un fenómeno digno de estudio sociológico.

La última noche de verano

Los granadinos de Alfacar y los palentinos de Aguilar de Campoo disputaron anoche la gran final del 'Grand Prix' del verano en su exitoso regreso veinte años después a TVE, con Ramón García a la cabeza.

El actor y director Eduardo Casanova apadrinó a los andaluces (de azul) y el dúo musical Camela hizo lo propio con los castellanoleoneses (de amarillo). Un programa decisivo del que saldría de la competición más intensa y divertida del verano.

Abrió la noche la prueba de las gaviotas malotas en la que se impusieron los aguilarenses pasar más bocadillos a la otra orilla. En el segundo juego, las mariquitas trepadoras, los de amarillo contaron con el apoyo de la vaquilla Marisa al hacer uso su alcaldesa del comodín. Ambos treparon como buenamente pudieron, mas se impusieron para poner el empate los alfacareños.

Y de las mariquitas a los perritos... pilotos: seguía abriéndose paso en la velada la fauna del 'Grand Prix'. La ventolera sopló a favor de los palentinos, que volvieron a llevarse los 4 puntos.

Impase para que hiciera su aparición el dinosaurio Niko, uno de los protagonistas de un juego que no ha faltado en ninguno de los 7 programas de esta edición 'Jurasic Prix'. Exhibición física de los granaínos que recortaron distancias en el marcador poniéndole emoción a la final: 11 a 13 a favor de los amarillos.

Y le llegó la vez a su majestad la patata caliente. Prueba reina, con el permiso de los troncos locos, en la que brilló Eduardo Casanova, haciendo que los dos tubérculos explotaran en manos de los palentinos. La alcaldesa granadina, por cierto, acabó por los suelos literalmente.

Tras las emociones del tubérculo candente vino el juego de baloncesto en pañales, otro 'clásico' del remake que terminó con sequía anotado: tablas a cero que habrían de dirimir los pingüinos matemáticos. Y lo hicieron en favor de los castellanoleoneses, más rápidos en el cálculo.

Le tomó el testigo otro clasicazo del programa del abuelo y el niño: los troncos locos. "Yo empecé a presentar este programa hace 28 años, y nunca había visto pasar así los troncos locos", aseveró Ramón García en relación a la accidentada y heroica participación de Alfacar.

Y, a falta de dos pruebas: los súper bolos y el diccionario, Alfacar y Aguilar llegaron empatados a 22 puntos. Emoción. "¡Tira para atrás, maricón, que me tienes ahogado!", fue la indicación de Eduardo Casanova al lanzador granaíno que quedará para el recuerdo.

Dos puntitos arriba llegaron los andaluces respecto a los castellanoleoneses a la prueba postrera y definitiva; ¿les valdría esta exigua ventaja? El diccionario, que es la tanda de penaltis del Grand Prix, decidiría... A puntito estuvo de remontar Aguilar de Campoo, con dos matchpoints en contra, pero finalmente ¡ganaron los granadinos!