Polémica
Ana Rosa no duda en tirarle una pulla a Mediaset
Una cuestión horaria con su programa desencadenó el desencanto de la maestra de ceremonias vespertina de Telecinco
La llegada de Jorge Javier Vázquez a las tardes de Telecinco ha alterado notablemente los planes de Ana Rosa Quintana, quien ha sido la encargada de la franja vespertina del canal de Mediaset desde 2023. Esta situación no ha sido del agrado de la veterana presentadora, que ayer dejó clara su insatisfacción de manera indirecta, expresando su malestar con la cadena por su nuevo horario, que ahora se sitúa de 17:30 a 19:50.
Molesta con la cadena
El comentario de Quintana tuvo lugar durante el homenaje que "TardeAR", su programa, realizó a Jimmy Giménez-Arnau, quien falleció a los 80 años. En el inicio del programa, Ana Rosa mostró sus condolencias hacia Giménez-Arnau, recordando su trayectoria profesional, pero también aprovechó para lanzar un mensaje implícito de descontento hacia la dirección de la cadena y, en particular, hacia el programa de Jorge Javier.
La presentadora expresó: "Tengo que decirlo, porque de verdad, nos hemos enterado a las 16:45; nosotros empezamos el programa bueno a las 17:30, a las 17:40 todos los días. Lo digo para aquellos que nos están buscando a las cinco; que no, que empezamos a las seis menos veinte". A través de estas palabras, no solo rindió homenaje a su compañero, sino que también dejó patente su molestia con el cambio de horario y la falta de puntualidad del programa de Jorge Javier, que se extiende hasta diez minutos más de lo previsto.
Una distancia que no para de aumentar
Este cambio de horario no solo ha supuesto que "TardeAR" se retrase media hora, sino que también ha generado un malestar evidente en Quintana, quien ha visto cómo su espacio pierde terreno en la franja vespertina. Esto afecta especialmente a su competencia directa, pues mientras su programa sufre retrasos, la distancia con otros espacios televisivos de la tarde aumenta, dificultando que pueda mantener el liderazgo que durante años sostuvo en las mañanas de Telecinco. El descontento de Ana Rosa refleja una tensión palpable entre los rostros más icónicos de la cadena, poniendo de manifiesto los desafíos internos que enfrenta Mediaset en su reorganización de la programación.
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