Entrevista

Clara Roquet: «Me interesa la temática de la adolescencia por su incomodidad»

La ganadora de un Goya acaba de estrenar la serie «Las largas sombras» en Disney plus+

La directora entre dos actrices
La directora entre dos actricesDisney Plus+

Su nombre ya ha sido leído junto a Premio Goya a mejor directora novel en 2021 por «Libertad». Ahora Clara Roquet acaba de estrenar en Disney+ la serie «Las largas sombras» donde Rita (Elena Anaya), se reúne con sus amigas cuando se cumplen 25 años de la desaparición de una compañera en un viaje de clase, y encuentran su cuerpo en la actualidad.

La protagonista es directora, la serie comienza con una cámara y acaba con otra. ¿Cuánta culpa tiene?

Eso ya estaba en el libro, pero sí que es cierto que lo hemos potenciado. Había un punto en el que me identifico mucho con el personaje de Rita. Y es muy gracioso porque a Elena Anaya a veces la veía mirándome. Y me decía «esto lo voy a coger de ti». Soy muy despistada, lo pierdo todo. Estoy todo el día perdiendo guiones en el set y decía «esto lo voy a hacer también». Hay una cosa con la que empatizo mucho y creo que lo puede transmitir Elena, que es este papel de alguien que siempre está de observador, que no participa tanto de la acción, pero que tiene una posición privilegiada. También un poco ese carácter un poco más neurótico. Hay cositas en las que sí empatizo con Rita y me parece una gran posición en un thriller, porque esta persona que ha ido grabando, que analiza, que ve cosas que los otros no ven, que llega de fuera, y cosas que nosotros damos por hechas, ella las ve de nuevo y las cuestiona.

¿Le gustó desde el principio lo de centrarse en el personaje de Rita?

Siempre hay que preguntarse cuál es el punto de vista más interesante para contar algo, y el más incómodo, y el que te hace descubrir más cosas. Como forma de entrar a esta historia, el mejor punto de vista es el de Rita, porque es una persona que llega, que observa, que se cuestiona. Es ese punto de vista más incómodo y con más conflicto al final. Es verdad que la serie después va cambiando y va incorporando muchos puntos de vista. Cada una de ellas lleva una máscara que se va fracturando, y entonces podemos abrir a otros puntos de vista más genuinos. Hay una referencia que me gustó mucho, «Carol» de Todd Haynes, porque me gusta mucho poner la cámara y observar a los personajes. Hay que observar el comportamiento de este posible catálogo de villanas y ver quién está mintiendo; qué hay debajo de la superficie.

La serie vuelve mucho al pasado con flashbacks.

Fue una estructura que hablamos mucho con los guionistas, para encontrar una forma de que lo pudiese hacer muy visual. Lo que no quería era: ‘pum, flashback, pum, volvemos’. Quería que pareciera que no hay división entre el pasado y el presente. Esta es una de las tesis: tú no dejas de ser la persona que eras. Lo que hiciste en ese momento te define. No quería que fuera una sensación de ahora pasado, ahora presente, sino que el presente estuviera trufado del pasado. Que este se colara en momentos casi de forma subconsciente, como si emergiese. Y por eso también necesitábamos que se pareciesen mucho las chicas del pasado y del presente para poder hacer estos cortes sin tener que explicar mucho.

¿Las jóvenes sabían en qué se iban a convertir?

Creo mucho en darles toda la información siempre a los a los actores, a no ser que sean actores no profesionales. Que lean los guiones enteros y que sean conscientes de toda la trama desde todos los puntos de vista. Tienen que ser conscientes de que forman parte de un relato coral donde están pasando muchas cosas distintas y conocer muy bien su lugar. Ellas tenían toda la información, lo que pasa es que se centraban mucho en sus secuencias y en el pasado. También hicimos que las jóvenes estuviesen presentes en los ensayos de las mayores y viceversa. Allí lo que hacíamos era construir un personaje en común, crear el espejo este de que ellas se imitaban; me parece maravilloso: Lucía Caravaggio haciendo de Belén Cuesta...

Con lo complicado que es hablar de la adolescencia, ¿cómo se atreve?

A mí me gusta por su incomodidad, justamente. Me pregunto, ¿por qué tanta obsesión con este tema?, porque siento que lo voy tocando una y otra vez... Me interesa mucho la identidad de por qué uno es quién es, y qué hace que uno sea quien es. Y qué cosas misteriosas has hecho y cómo te han determinado. Y la entrada se forja mucho en la adolescencia. Es cuando tú dejas atrás la identidad heredada de tus padres, el mandato, y te empiezas a forjar tu propia identidad. Lo que te pasa, las influencias que tienes en ese momento, lo que has hecho, todo esto es muy fundacional de quién vas a ser después. Creo que por eso me interesa tanto la adolescencia. Y me interesa mucho cómo eso se tematiza en esta serie, que claramente lo que pasó en ese momento termina siendo crucial y determina cómo han sido sus vidas futuras.

¿Qué tiene que contar con esta serie y a quién le va a importar?

Creo que lo más importante es que la amistad femenina puede ser sanadora y que puede ser un lugar, un refugio. Es lo más importante. Y, ¿a quién le va a importar? Espero que a todo el mundo y no solo a las mujeres, porque a veces hay este miedo a que haces una peli o una serie interpretada sobre todo por personajes femeninos y que eso se catalogue como cine o televisión solo para mujeres. Y hay que reivindicar que es para todo el mundo.