Periodismo
«Chaleco digital», la app que salva y honra vidas
Reporteros sin Fronteras recordó ayer a Beriain y Fraile
Reporteros sin Fronteras llevan 30 años viendo a compañeros caer, morir detrás de la verdad. La profesión del corresponsal de guerra o enviado especial a zonas de conflicto es mucho más que riesgo, es amor apasionado por la información y la realidad, una de las formas más radicales de ganarse la vida. David Beriain y Roberto Fraile llevaron su vocación hasta las últimas consecuencias, siendo siempre perfectamente conscientes de los riesgos.
Ahora la organización dedica a la memoria de ambos el lanzamiento de su nuevo proyecto, una herramienta con la que esperan salvar vidas, el «Chaleco digital». «Desgraciadamente esta aplicación no va a hacer que dejen de ser necesarios los chalecos antibalas o los cascos, pero esperamos que pueda ayudar a salvar vidas en deteminadas situaciones». Esta aplicación móvil permitirá a los reporteros en zonas de conflicto emitir un mensaje de SOS o rastrear su geolocalización. También tiene funciones para evitar el ciberacoso. De momento, esta primera versión requiere, imprescindiblemente, conexión a Internet para poder operar. Pero desde Talento Mobile, la empresa desarrolladora y que ha colaborado de manera altruista en este proyecto, aseguran que se intentará recaudar fondos para una segunda versión que sea capaz de funcionar de manera offline. El acto, acogido por La Casa Árabe, esperaba poder contar con la presencia de la Ministra de Asuntos Exteriores, que finalmente se ha ausentado debido a un Consejo de Ministros Extraordinario. Además, aunque esta presentación se haya utilizado también para homenajear a David Beriain y Roberto Fraile, la organización insiste en que el proyecto de esta aplicación ya se había puesto en marcha antes de que los asesinatos tuvieran lugar. «Esta app no impedirá que haya nuevas pérdidas, pero evitará la impunidad que permanece en muchas regiones».
La figura de David Beriain ya era todo un referente en el panorama del periodismo español. Sus compañeros, presentes en el acto de ayer, hablaban de él como «un superhéroe que tenía el don de haber nacido en un pueblo», porque para él el mundo era un pueblo grande, en el que te relacionas con todos sin importar la edad o cualquier otra condición. También recordaron su propósito de ejercitar el músculo del alma, la empatía. Tampoco se definía como un adicto a la adrelanina, sino como buscador de buenas historias. Aunque como él mismo reconocía, no es necesario irse lejos para encontrar grandes relatos, de hecho, a su productora la bautizó como «93 metros», la distancia que separa la casa de su abuela de la iglesia del pueblo. «Mi trabajo no es arriesgar mi vida, sino que a veces arriesgo mi vida por mi trabajo», decía.
De Roberto Fraile también aseguran que compartía con David el don de la mirada singular. Sobre ambos afirman que como a todos los intelectuales les obsesionaba la muerte y además ellós convivían con ella. Reporteros Sin Fronteras esperan volver a contar con la ayuda del Ministerio, aunque no renuncian a la crítica: «Desde las Comunidades se podría haber facilitado más la cobertura al inicio de la pandemia». Para ellos ha sido una de las mayores crisis mediáticas desde la persecución de periodistas por parte de ETA o el Procés. También la organización desea poder contar en algún momento con una institución académica que les apoye. «La universidad puede ser un adecuado espacio de desarrollo para esta aplicación. Facultades como la de Geografía podrían ayudar a desarrollar el sistema de geolocalización e incrementar la precisión en labores de rastreo».
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