Precisamente hoy hablamos de un gama media muy interesante presentado en estos días por Oppo. Coincidentemente, también llegó en estos días un nuevo smartphone de realme (ya hemos hablado largo y tendido de este fabricante). Se trata del GT 6 y abre una categoría conocida como flagship killers: los gama media que buscan sacar de carrera a los gama alta o flagships. ¿Lo consigue este GT 6? Vamos paso a paso.

En el apartado de diseño muestra la discreción y elegancia tradicional de los gama alta, con un módulo de cámara enmarcado en un “espejo” que lo diferencia del resto del cuerpo. Quizás un tono mate le hubiera dado un valor de elegancia aún mayor, pero esto es juicio personal que se inclina hacia los mates en los móviles. Disponible en verde y gris, viste una pantalla de 6,78 pulgadas con panel AMOLED Full HD+, con una tasa de refresco de 120 Hz y capaz de llegar (la primera sorpresa) a los 6000 nits de brillo, algo que muy pocos teléfonos (sin importar el precio) consiguen.

Más allá de lo típico que resulta, lo cierto es que el realme GT 6 ofrece especificaciones de infarto a un precio muy ajustado. Un auténtica gama media, vestido de alta, por poco más de 500 euros. Aquí os dejamos con uno de los grandes aspirantes del año a una mejor relación móvil calidad-precio. Y todo esto con un consumo energético muy cuidado gracias a algunos detalles del software, de la batería y del uso de la IA… Porque sí, incluye inteligencia artificial en algunos de sus apartados.

Positivo: la pantalla lleva una de las protecciones más avanzadas del momento, un cristal Corning Gorilla Glass Victus 2. En el lado “qué pena” tiene certificación IP65, podría tener un poco más para aspirar a lo alto de la tabla.

Un factor en el que la mayoría de los móviles de gama media cojean es en el procesador. Obviamente, el precio condiciona y, dependiendo del móvil, puede llegar a constituir un 25% del valor del dispositivo y aquí la mayoría de los fabricantes se inclinan por precio. Sin embargo, oh grata sorpresa, realme se ha inclinado por un Snapdragon 8s Gen 3, el más avanzado de Qualcomm hasta la fecha y el mismo que llevan los topes de gama.

A eso le suma una memoria RAM de 16 GB y un almacenamiento de 512 GB. Toda esta potencia echa humo y realme le ha dado un sistema de refrigeración y cámara de vapor doble para lidiar con el calentamiento. Que apenas se nota en tareas exigentes. Y todo ello sin perder en precio para el usuario: hablamos de 549 euros.

¿Cámaras? Una frontal de 32 MP, dos de 50 MP (principal y tele) en la parte trasera que se suman a un gran angular de 8 MP. Lo positivo es que los sensores (Sony) son de los más avanzados del fabricante japonés. También buena señal el uso de IA en el procesamiento de imágenes. Pero (nada es perfecto) las lentes no acompañan siempre y en modo noche se nota. Retrato y paisaje, notable. Muy interesante la estabilización óptica, un paso adelante en este apartado.

En cuanto a la batería y la carga (uno de los campos en los que realme ha sido referencia siempre) cuenta con una batería de 5.500 mAh y la carga rápida (sí al cargador incluido) que permite pasar de 0 a 50 en menos de 10 minutos y la carga completa se consigue sin esperar siquiera media hora. La garantía de realme respecto a la batería es que tendremos hasta 1.600 ciclos de carga conservando sus cualidades.

Veredicto: Ahora mismo es EL gama media, sin duda. Así de sencillo.