Neurociencias
¿Por qué somos adictos a los productos Apple?
La compañía ha creado un entorno muy estudiado para que nuestro cerebro se apasione con los iPhone, iPads y demás.
Las compañías que lo han conseguido a nivel global, se han asegurado el éxito. Estos grupos, Harley-Davidson, Hello Kitty y la propia Apple, por nombrar algunos, han creado una comunidad (algunos hablan de secta) que comparte la pasión por una marca determinada. Y la defienden a capa y espada, aunque sean minoría. O quizás precisamente por eso. El hecho es que la ciencia puede explicar esta pasión mucho más allá de estrategias de marketing.
"Creo que las personas tienen valores que persiguen, tienen objetivos fundamentales en su vida, y esto es diferente para cada persona, pero Apple ha hecho un buen trabajo al convertirse simbólicamente en parte de un tipo de estilo de vida, o de un tipo de concepto – explica Lynn Kahle, experta en psicología del consumidor en la Universidad de Oregon -. De este modo, la marca se convierte en algo más que un conjunto de atributos para llevarte a algún lugar, es una parte fundamental de quién eres”.
Como han descubierto varios estudios de investigación en el campo de la neurociencia, cuando las personas experimentan una experiencia elevada, sus cerebros liberan muchas sustancias químicas. Una en particular que ha atraído mucha atención es la dopamina, que produce sentimientos de euforia, autosatisfacción y bienestar, y que también puede conducir a la adicción.
Una marca también puede crear una conexión neurológica con sus clientes si estos sienten que pertenecen a una comunidad, que saben algo que el resto desconoce y/o si son una minoría reconocida que tiene acceso a bienes que son deseados, abierta o secretamente, por todos.
Sin embargo, la prueba suprema de la fortaleza de la conectividad neurológica de Apple es que logra satisfacer los seis principales cambios de valor del consumidor: demanda de experiencias, personalización, lujo asequible, flujos continuos de nuevos productos y servicios, estilos de vida instantáneos y más frecuentes, similares a los de una “comunidad” y tecnología incorporada en cada aspecto de nuestras vidas. Todo esto lo aporta Apple en sus productos.
Además, los fanáticos de Apple siempre tienen algo nuevo que mantiene su interés, un componente importante para alimentar cualquier fanatismo, dicen los investigadores. Y, como sucede con los fanáticos de cualquier marca, los objetos pueden convertirse en algo más que la suma de sus partes: pueden representar un estilo de vida y más. Algo que claramente no va con los productos Android que pierden fans por ser masivos.
Apple no solo trata de tecnología, de resolución de las cámaras, baterías, procesador… Su mayor ventaja es el valor aspiracional de la sofisticación. Del mismo modo que mucha gente ahorra durante años para comprarse cierto tipo de coche, consola o bolso, también lo hace con los productos Apple. La gran diferencia es que, mientras coches, consolas o bolsos tienen pocos accesorios, Apple ha creado un ecosistema en el que siempre puede faltarte algo para tenerlo todo de la marca.
Otro apartado es el diseño. Mientras que muchas empresas consideran la funcionalidad del producto como la base o punto de partida en el proceso de desarrollo, Apple destaca por entender la importancia del diseño. Por otro lado, a los usuarios de cualquier otro sistema operativo les resulta fácil cambiar a iOS. Y de ahí la adicción. Acciones sencillas como esforzarse en asegurarse de que los circuitos estén diseñados de forma bonita, aunque no sean visibles para el consumidor, asegurarse de que el ventilador sea silencioso y no haga ruido ni moleste, etc., hacen que la experiencia sea tan única. El precio que tienen que pagar no es nada comparado con lo que experimentan.
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