Defensa
El nuevo portaaviones nuclear francés, de 310 metros de eslora, tendrá tres catapultas electromagnéticas y permitirá 60 salidas aéreas diarias
Será la gran joya de la Marina francesa: estará listo para reemplazar en 2038 al único portaaviones que tiene en la actualidad nuestro país vecino, el "Charles de Gaulle".
El Parlamento francés está examinando actualmente el proyecto de ley de finanzas por el que el Ministerio de Defensa oficializará la petición del nuevo portaaviones para la Marina Nacional gala, por lo que los estudios conceptuales relacionados con este futuro buque están prácticamente completos. Según los últimos detalles revelados por "Cols Bleus", la revista oficial de la Armada francesa, el nuevo portaaviones tendrá un desplazamiento de 80.000 toneladas, 5.000 más de lo previsto inicialmente, y 310 metros.de eslora.
Sin embargo, esta masa adicional no debería tener ningún impacto en la potencia que habrán de desarrollar las dos salas de calderas nucleares K22 de su sistema de propulsión. Esto debe ser suficiente para permitirle navegar a una velocidad máxima de 30 nudos y desplegar armas de energía dirigida, bloqueadores de alto poder y, sobre todo, catapultas electromagnéticas [EMALS] asociadas al AAG [Advanced Arresting Gear], es decir, dice el dispositivo de recuperación de aeronaves.
A priori, según las últimas imágenes difundidas por la Dirección General de Armamento (DGA) y las empresas que construirán el buque, con motivo de la edición 2024 del salón Euronaval, el PA NG debería estar equipado con tres catapultas EMALS. Esta opción, sugerida hace dos años, aún no ha sido confirmada formalmente.
En diciembre de 2021, la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa (DSCA por sus siglas en inglés), responsable de las exportaciones de material militar estadounidense, dio luz verde a la venta de dos EMALS y un dispositivo AAG a Francia por un importe estimado de 1.200 millones de euros.
Un año después, el Pentágono anunció que había adjudicado a General Atomics un contrato de nueve millones de dólares para desarrollar un "subsistema compuesto por dos o tres motores de lanzamiento y un dispositivo AAG" para el futuro avión de la Armada francesa. Lo que por tanto dejaba la puerta abierta a una posible configuración con tres catapultas electromagnéticas.
El portaaviones francés actual, el Charles de Gaulle, que será sustituido por el nuevo buque, con sus dos catapultas de vapor, teóricamente tiene capacidad para lanzar una oleada de hasta 20 Rafale M armados en un apenas 15 minutos y luego recuperarla y relanzarla cuatro horas más tarde. Sin embargo, como explica "Cols Bleus", el nuevo portaaviones "debe ser capaz de ofrecer un poder aéreo ofensivo sin precedentes, gracias a una duplicación del número de salidas aéreas y a una mejora de la letalidad de las armas que portará”. Estaríamos hablando, por tanto, de 60 salidas aéreas por día en un “escenario de alta intensidad”. Así, además de aumentar significativamente el ritmo de las operaciones aéreas, un tercer EMALS proporcionaría más flexibilidad y, al mismo tiempo, podría superar una deficiencia técnica en una de las otras dos catapultas.
Una catapulta tipo EMALS utiliza un motor de inducción electromagnética lineal (LIM), cuya alimentación depende de la masa del dispositivo a catapultar. El campo magnético generado a ambos lados de un carril de catapulta pone en movimiento un carro móvil sobre el que se fija el avión que se va a lanzar. Dada la gran cantidad de energía que debe liberarse en pocos segundos, utiliza volantes que pueden almacenar hasta 100 megajulios y recargarse en menos de un minuto. En comparación con las catapultas de vapor, una EMALS ofrece varias ventajas: se reducen las limitaciones mecánicas de las células de la aeronave, se optimiza la eficiencia energética y el mantenimiento es más sencillo.
En lo que se refiere al conjunto del portaaviones, será la gran joya de la corona: una auténtica catedral del mar como la han definido los propios mandatarios galos, que estará listo para reemplazar en 2038 al único que tiene en la actualidad nuestro país vecino, el Charles de Gaulle. Se tratará también, como éste, de un buque de propulsión nuclear de próxima generación.
Como no podía ser de otra manera, el futuro barco será mucho mayor que el actual y desplazará unas 80.000 toneladas, más, por ejemplo, que el Shandong chino o que cualquier otro portaaviones europeo. Tendrá unas dimensiones de 310 metros de eslora, frente a los 261,5 del actual, y 85 metros de manga en el punto más ancho de la cubierta del portaaviones, frente a los 64,3 del Charles de Gaulle. Se tratará, por tanto, de un salto cualitativo que colocará a Francia con un gigante sobre los mares solo comparable, en este caso, a los grandes portaaviones de Estados Unidos o China, pues Rusia carece de este tipo de barcos, mientras el Almirante Kuznetsov siga en el dique seco y sin capacidad de navegar.
Solo por poner un ejemplo, Reino Unido, el gran rival en cuanto a capacidad militar de Francia en Europa más allá de Rusia, tiene dos portaaviones y ninguno de ellos es de propulsión nuclear. También son más pequeños (son prácticamente gemelos), pues desplazan 70.000 toneladas y tienen unos 280 metros de eslora.
Conocido como Porte-avions de nouvelle génération (PA-NG), cuenta con un sistema de despegue asistido por catapulta, pero recuperación mediante detención (en inglés, Catapult Assisted Take-Off Barrier Arrested Recovery, CATOBAR), con una plataforma en ángulo y una isla relativamente pequeña en la parte trasera.
Podrá embarcar 32 aviones de combate Rafale navalizados, también de fabricación francesa frente a los F-35 por los que ha apostado buena parte de los países europeos, y tres aviones de alerta aérea E-2 Advanced Hawkeyes, además de helicópteros y drones. También podría incorporar el futuro avión de combate europeo en el que ya trabaja Francia junto con Alemania y España. El futuro buque será construido en los astilleros de Lorient.
El coste estimado es de 7.000 millones de euros. En diciembre de 2020, el presidente francés, Emmanuele Macron, en el transcurso de una visita al grupo francés Framatome, anunció que este buque estará propulsado por dos reactores nucleares K22 TechnicAtome, una evolución de los reactores K15 que propulsan el “Charles de Gaulle”. Cada uno de estos reactores podrá generar una potencia de 220 MW, 70 MW más que los actuales K15, y le permitirán alcanzar velocidades de hasta 30 nudos además de proporcionar toda la energía eléctrica para los diversos sistemas del barco. Estos reactores harán que el portaaviones solo necesite ser reabastecido una vez cada 10 años..
Todavía quedan muchos detalles por ajustar, como los sistemas defensivos y las armas que incorporará, aunque es probable que monte cuatro grandes antenas en su isla para detectar objetivos aéreos a gran distancia y contará con cañones y misiles para garantizar su supervivencia ante cualquier ataque. En sus flancos se aprecian varias estructuras con domos de antenas que podrían albergar sofisticados equipos de guerra electrónica para su autodefensa frente a amenazas como los misiles hipersónicos.
El diseño final no estará terminado hasta 2025, pero quedará abierto a posibles cambios. “Se diseñará de tal manera que pueda modernizarse gradualmente y el sistema de combate pueda evolucionar. No sabemos hoy qué tipo de tecnología estará disponible dentro de 15 años, por lo que debemos permitir que la nueva tecnología se pueda instalar fácilmente”, ha dicho Olivier de Saint Julien, uno de los responsables del proyecto.
En medios militares aseguran que se asemeja a los nuevos portaaviones de la clase Ford de Estados Unidos. Según Breaking Defense, algunas decisiones del diseño se tomaron para asegurar que los portaaviones estadounidenses y franceses podrán ser interoperables. Francia y Estados Unidos son “las dos únicas armadas del mundo que operan portaaviones nucleares con catapultas y pararrayos”, por lo que es vital que sean interoperables, según afirmó el director del programa PANG de la agencia de adquisiciones DGA citado por el medio militar.
La embarcación será construida por la empresa estatal Naval Group y Chantiers de l’Atlantique en los astilleros de Chantiers de l’Atlantique en la ciudad bretona de Saint-Nazaire, en la costa oeste de Francia. Posteriormente, será trasladado a Toulon para el ensamblaje final. Las primeras pruebas en el mar están programadas para 2036 aunque no tendrá capacidad operativa plena hasta 2038.
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