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El gadget del sábado: realme 10, un sabor agridulce

Razones de peso y peros del último smartphone lanzado por realme

realme 10, un apuesta en un sector muy competitivo de los móviles J.S.J.S.

Desde hace unos años, el fabricante realme se ha hecho un hueco, sobre todo en el sector de gama media. Una de sus bazas principales es la carga, pero también gracias a su muy buena relación calidad/precio. Ahora llega con el realme 10, un teléfono con notas muy dulces y otras algo más amargas. Y esta es la nota de cata.

Convengamos que es muy fácil hacer un teléfono de alta gama si el presupuesto (del fabricante y del comprador) no está limitado. Pero a la hora de desarrollar un smartphone que se ajuste a la gama media y esté por debajo de los 250 euros, las opciones son mucho más complejas. Hay que decidir entre pantalla, carga, memoria, procesador y evaluar cuáles son las prioridades y a qué aspectos estamos dispuestos a renunciar.

En este sentido realme ha hecho las elecciones que ha considerado más acertadas y en algunos aspectos se luce. Por ejemplo en diseño: tiene lineas sobrias, es ergonómicamente agradable y los bordes están cuidados. Su parte trasera es azul, pero dependiendo de cómo le de la luz lleva su gradiente de colores hasta un casi blanco que le favorece mucho y le da juego. Tiene un jack para auriculares y su pantalla, de 6,4 pulgadas y Full HD, tiene una tasa de refresco de 90 Hz. No es la máxima pero, excepto en ciertas aplicaciones que precisan condiciones específicas, no se echan en falta los 30 Hz extras de móviles de mayor alcurnia.

Es cierto que en el apartado de “cerebro” da un pequeño paso atrás en cuanto a la generación anterior, pero también tiene cierta honestidad (por así decirlo) y lo reconoce bajando el precio respecto al realme 9, algo raro en 2023 cuando todos los móviles son más caros que la generación anterior, independientemente de las prestaciones.

¿Qué le ocurre al cerebro del realme 10? Es un procesador de gama media (el MediaTek Helio G99) y si le sumamos una memoria RAM de 8 GB, en algunas tareas se queda con hambre de más…el usuario, no el móvil. El almacenamiento es ampliable gracias a la posibilidad de la tarjeta micro SD. Pero esto ocurre en, por ejemplo, videojuegos de alta demanda o en modos multitareas, con muchas aplicaciones abiertas. Algunos reprochan que llegue con Android 12 en lugar de la última versión. Excepto por ciertos aspectos de seguridad muy específicos, la realidad es que no se nota tanto. Y otros reprochan que no incluya conectividad 5G, una de las elecciones de presupuesto que más puede penalizar a este móvil.

En el otro lado su autonomía, una batería de 5000 mAh y carga rápida de 33 W, le da mucha “vidilla" y permite respaldarse en ello para llegar sobrado al final del día. Es cierto que no es la carga rápida que lucen sus hermanos mayores, pero teniendo en cuenta que le bastan 10 minutos para cargar la batería un cuarto de su capacidad y en 20 minutos pasa del 40%, no hay de qué preocuparse. Menos aún cuando la caja incluye el cargador y el cable, punto extra en este aspecto. Y de regalo, también va una funda. Bien en este apartado.

En lo fotográfico no podemos tirar cohetes. Estamos ante un móvil de 249 euros con una lente principal de 50 MP, una lente extra de 2 MP y una frontal de 16 MP. La realidad es que realme nunca ha destacado por estar en el podio de las mejores cámaras, su aspiración es la mejor calidad/precio. No es un móvil para publicar en redes sociales y para aspirar a concursos fotográficos, pero sí es para el álbum familiar y más, principalmente gracia s aun sensor Samsung que le da algo de alas. Bien en fotos de paisaje, en nocturnas interesante y muy digno en los retratos. Falla algo en las imágenes que requieren más velocidad de procesamiento, como las de deporte por ejemplo.

Cuenta con desbloqueo facial y lector de huellas en el botón de encendido. Teniendo en cuenta que hace años que convivimos con esta tecnología, el realme 10 no destaca en este apartado y es lento (ay el procesador!) pero es cuestión de milésimas de segundos y, nuevamente, realme ha elegido ciertas prestaciones por encima de otras. Y eso incide en el público destinatario.

Veredicto: Quienes quieran un móvil con un diseño atractivo a la vista, una cámara digna, gran autonomía y capacidad de carga y les interese mucho el precio, el realme 10 es una muy buena opción. Eso sí, la próxima generación deberá ofrecer más (o bajar más aún el precio) ya que la competencia en los móviles por debajo de los 250 euros se está tornando muy dura.