Entrevista

Víctor Pedrera (CESM): "Mónica García se ha jactado de ser la ministra que va a apoyar al médico. Y es falso"

Con las polémicas medidas introducidas en el borrador del Estatuto Marco, Sanidad se ha puesto en contra a la profesión médica "en bloque". "Nos sentimos engañados"

 Entrevista a Víctor Pradera, secretario general de CESM
Víctor Pedrera, secretario general de CESMDavid JarFotógrafos

No parece lógico que el marco regulatorio de una profesión sea su principal problema, o su peor enemigo. Pero es exactamente así para los médicos en España, con un Estatuto Marco que, en lugar de protegerles, les somete. La reforma prometida en el texto por el Ministerio de Sanidad de Mónica García ha resultado ser una solo una trampa más de un departamento que solo busca titulares. Hablamos con Víctor Pedrera, secretario general de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), organización que ayer pidió la implicación de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el proceso de negociación del documento para "impedir" que el colectivo médico y facultativo sea "discriminado" respecto a las mejoras laborales que ella y su partido "sí están defendiendo para todos los trabajadores".

Ayer solicitaron una reunión con todos los grupos parlamentarios en el Congreso. ¿Cuál es el objetivo?

Queremos que, en caso de que el borrador supere los trámites necesarios para llegar a su debate y votación, los responsables políticos cuenten con toda la información disponible para valorarlo. Hoy nos reunimos con el Grupo Parlamentario Popular.

También han convocado una huelga general en toda España para el 23 de mayo. ¿Qué les ha llevado a hacerlo?

Era un paso obligatorio porque, en el ámbito de la negociación del Ministerio de Sanidad, el colectivo médico está infrarrepresentado. Al ser un ámbito que engloba a todos los trabajadores de la sanidad pública, los médicos, que representamos solo el 12% de las plantillas, tenemos muy poca capacidad de negociación. Así que nos encontramos con que los sindicatos mayoritarios –CC OO, UGT y CSIF–, con implantación minoritaria en el colectivo médico, son los que están negociando las condiciones laborales de los médicos, y eso no tiene sentido. La convocatoria de la huelga y la constitución del Comité de la Huelga nos legitiman legalmente para negociar toda la tabla de reivindicaciones que hemos formulado; y queremos hacerlo fuera de la Mesa, directamente con el Ministerio de Sanidad.

¿Cuáles son sus principales reivindicaciones?

En primer lugar, estamos pidiendo un Estatuto Marco propio de la profesión médica, fundamentalmente porque los médicos queremos negociar nuestras condiciones laborales. Y, en segundo lugar, porque el Estatuto Marco que se nos ofrece apenas dista en casi nada del que está actualmente en vigor, y margina al colectivo médico respecto al resto de categorías profesionales.

¿Por qué lo margina?

Por varios motivos. El primero es porque se intenta hacer una agrupación de todos los profesionales que tienen formación universitaria en un único grupo, lo que es totalmente ilógico e injusto. No es lo mismo un profesional que tiene cuatro años de grado, como puede ser un enfermero o un fisioterapeuta, que un cirujano que tiene seis años de grado y cuatro o cinco de formación especializada. Es decir, que están equiparando formación de cuatro años con la de once años, el triple. Eso abre la puerta a que este tipo de profesionales, al estar en el mismo grupo clasificados, pueda ostentar jefaturas y cargos de responsabilidad por encima de un profesional con más formación y más nivel de responsabilidad. Nos encontraremos con la paradoja de que la persona que está acercándole las pinzas al cirujano pueda ser el gerente del hospital, tomando decisiones por encima del que asume más responsabilidad en el acto médico. Y la segunda parte es lo relativo a las condiciones laborales. Tenemos una ministra de Sanidad que se ha jactado de decir que las condiciones laborales están obsoletas. Cuando escuchamos esos mensajes teníamos la esperanza de que realmente fuera a cambiarlas, pero lo que ha propuesto no es más que una farsa.

¿Por qué es una farsa?

Su medida estrella, la que ha venido publicitando desde hace meses es la de la «reducción» de las guardias a 17 horas. Cosa que es absolutamente falsa. Las guardias, desde que se inventó el sistema, duran 17 horas entre semana y 24 horas los festivos. Lo que se propone ahora no es más que suprimir la jornada de mañana el día que tienes guardia. Es decir, que si antes entrabas a las 8:00 de la mañana y tu guardia empezaba a las 15:00 horas, hasta la 8:00 del día siguiente, pues tu jornada laboral directamente comience a las 15:00 horas. Todo esto para decir que solo se trabajan 17 horas ese día, independientemente del destrozo que eso pueda provocar en la actividad del resto del equipo. Además de que las horas previas a tu guardia las debes recuperar.

Sanidad asegura que no, que no se tienen que recuperar. ¿A qué se debe este error?

Porque es algo que va a dejar abierto a que lo decidan las autonomías, lo que, además, va a provocar agravios entre profesionales que trabajan en unas comunidades con respecto a otras. Lo que tendría que hacer el Ministerio es definir claramente que las horas de descanso obligatorias, previas a la guardia y posteriores, son horas que se contabilizan como trabajadas. Si no escriben exactamente eso, es porque no tienen intención clara de concederlo.

¿Y respecto a la jornada laboral?

Este tema es flagrante. En un contexto en el que el Gobierno, a iniciativa del partido de al que pertenece Mónica García, se jacta de haber conseguido una jornada laboral de 37,5 horas semanales, resulta que los médicos tenemos obligación de trabajar hasta 48 horas, 10 más que el resto de los trabajadores. Y, además, la trampa es que al médico se le puede obligar a hacer hasta 48 horas en cómputo cuatrimestral. Eso lo que quiere decir es que una semana puede tener hasta 70 y 80 horas en función de las necesidades que tenga su servicio de cubrir las guardias.

Curiosamente, estas jornadas inhumanas las están viviendo en este momento compañeros en Ceuta y Melilla, justo los únicos territorios que gestiona el Ministerio de Sanidad.

También demandan una mejora en las condiciones económicas para los médicos. Hace poco Mónica García señaló que cobraban "como un ministro", aunque después se retractó y dijo que había querido decir que "deberían cobrar más que un ministro"

Al margen de que esto ya resulta una broma de muy mal gusto, yo le digo que pregunte a la población si prefiere que haya más médicos o más ministros. La comparación fue totalmente desafortunada. Lo que reclamamos los médicos es un salario acorde con el nivel de formación y de responsabilidad que tenemos, y que no se usen las guardias como herramienta de despistaje, para esconder sueldos irrisorios. Si un médico cobra 4.500 euros al mes es porque está haciendo 70 horas a la semana; si cobra más es porque vive, literalmente, en el hospital. Además, las horas de guardia en el caso de los médicos, además de ser obligatorias, se pagan por debajo de la hora ordinaria, y ni siquiera computan para la jubilación, cuando un médico durante su vida laboral trabaja entre 4-5 años más en horas que un trabajador que no tiene obligación de hacerlas.

¿Por qué cree que Sanidad ha abierto este "melón" si, en el fondo, no quiere solucionar nada?

Vamos a ver, la ministra tiene un problema, que es que se ha jactado de que quiere arreglar una regulación que es obsoleta pero, realmente, no parece que tenga mucho interés en hacerlo, a pesar de que desde su nombramiento ha criticado el obsoleto modelo de atención continuada, las guardias, para que se me entienda. Nos sentimos engañados cuando dijo que la reforma cambiaría los aspectos que más nos preocupan y no, de lo importante no se va a cambiar nada. Yo he asistido durante dos años a las reuniones de la Mesa del Ámbito y allí apenas se avanzaba nada. A Sanidad solo le interesaban temas menores, pero lo importante lo demoraba continuamente.

¿Confía en que Sanidad acepte alguna de sus demandas?

Debería. Nosotros vamos a seguir reclamando con contundencia todo aquello que consideramos justo, el Ministerio verá lo que hace… Y lo haremos porque queremos dejar claro que en España no faltan médicos en general, sino que faltan médicos que quieran trabajar en la Sanidad pública. Siempre hemos sido la «fábrica de médicos» de Europa, y ahora lo vamos a ser también de la privada porque el Ministerio es incapaz de aprobar un estatuto que dignifique las condiciones laborales del médico. Así que, como el problema está mal diagnosticado, las soluciones que se han planteado (como crear más facultades de Medicina) están condenadas al fracaso. Están abriendo facultades de Medicina en todas las provincias; en algunas, varias. El problema de la falta de médicos en España no es otra cosa que el Estatuto.

¿A qué cree que responde decisión de algunos sindicatos médicos, como Amyts y Médicos de Cataluña, de emprender una cruzada independiente?

Supongo, siendo bien pensado, que solo es un problema de falta de protagonismo, pero no descarto que pueda haber otras razones menos nobles. Nosotros siempre hemos defendido actuar unidos, ya que el único objetivo que tenemos es defender los derechos de la profesión. Sin embargo, ellos han tomado la decisión de formar su propia agrupación en un momento en que exhibir unidad es fundamental para la profesión. El tiempo y las acciones que adopte cada uno servirán para que el médico vea quién le defiende y quién se dedica a otras cosas. CESM, junto a la Organización Médica Colegial, la Federación de Sindicatos Europeos y la gran mayoría de sociedades científicas, estaremos siempre con el médico.