Aunque en España la mayoría se considera de "clase media" hay quienes, sin saberlo, forman parte de la clase baja. Estas personas a menudo se cuestionan si el salario que reciben es suficiente para cubrir sus necesidades básicas o si podrán mejorar su situación económica en el futuro. En este contexto, establecer un umbral claro puede ayudar a definir mejor quién puede considerarse parte de la clase baja.

Y aunque marcar un límite es complejo porque entran en juego diversos factores, un informe de L'Observatoire des Inégalités establece el dinero que, para que alguien sea 'pobre' en España, tendría que ingresar al mes y al año.

¿Cómo sé si formo parte de la clase baja?

Según la información que proporciona la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2022, el valor del umbral de riesgo de pobreza de un hogar en España de una sola persona (calculado con los datos de ingresos de 2021) se situó en 10.088 euros anuales. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, dicho umbral fue de 21.185 euros anuales.

Por otro lado, el informe de L'Observatoire des Inégalités estableció que aquellas personas que forman parte de la clase baja cobran un máximo de 1. 343 euros mensuales. Es decir, no ingresan más de 11. 395€ al año. Esto está muy cerca del umbral de la pobreza marcado por el INE, que lo dejaba en 10.088 euros anuales. Esto quiere decir que ‘clase baja’ y ser pobre vienen a ser casi sinónimos.

¿Qué clase social eres según tu salario?

• Clase baja: hasta 11.395 euros anuales / menos de 1.343 euros mensuales
• Clase media: desde 11.395 a 30.386 euros al año / entre 1.343 y 3.581 euros mensuales
• Clase alta: a partir de 30.386 euros al año / más de 3.581 euros al mes

¿Puedo llegar a ser rico cobrando el SMI?

El objetivo de convertirse en 'rico' queda aún más lejos si se compara con el salario mínimo interprofesional (SMI), que actualmente se sitúa en los 1.134€. En este caso, la cantidad requerida equivaldría a algo menos de cuatro SMI.

¿Cuáles el porcentaje de clase 'baja' en España?

El último barómetro del CIS señalaba que la mayoría de la población (un 41,6%) se consideraba clase media-media. Asimismo, un 15,1% se considera clase media-baja. Por el contrario, sólo el 0,4% se considera clase alta, un 14,6% clase baja y un 3,3% clase pobre.

Al margen de la autopercepción y según datos del INE en 2021, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó al 27,8%, desde el 27,0% de 2020. El 8,3% de la población se encontraba en situación de carencia material y social severa, frente al 8,5% del año anterior.

Las características que deben cumplir las personas de clase baja en España según el INE

Una persona se considera en situación de carencia material y social severa si carece de al menos siete de los 13 elementos de la siguiente lista, que se preguntan en la encuesta del INE (siete definidos a nivel de hogar y seis a nivel de persona):

A nivel de hogar:

1. No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año.

2. No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días.

3. No puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada.

4. No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos de 700 euros.

5. Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca, alquiler, recibos de gas, comunidad) o en compras a plazos en los últimos 12 meses.

6. No puede permitirse tener un automóvil.

7. No puede sustituir muebles estropeados o viejos.

A nivel de persona:

8. No puede reemplazar ropa estropeada por otra nueva.

9. No puede tener dos pares de zapatos en buenas condiciones.

10. No puede reunirse con amigos o familiares para comer o tomar algo al menos una vez al mes.

11. No puede participar regularmente en actividades de ocio.

12. No puede gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismo.

13. No puede tener conexión a internet.

En 2021, el 8,3% de la población se encontraba en situación de carencia material y social severa. Entre los elementos definidos a nivel de hogar, los que más empeoraron en 2021 fueron: la incapacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada (14,3%, frente al 10,9% en 2020) y los retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos en los últimos 12 meses (14,4%, frente al 13,5% en 2020).