Los dueños de perros tienen una relación agridulce con esta manía de sus mascotas. Por un lado, es bonito ver cómo nuestro perro se revuelca con la panza arriba, porque es una señal de que está muy feliz y de que tiene absoluta confianza en nosotros. Pero también tiene su contraparte: si se reboza en el barro o en algún charco, nos va a tocar limpiarlo al llegar a casa… con todo lo que eso implica.

En realidad este es uno de esos comportamientos caninos que consiguen desconcertarnos. Y no, no es simplemente una manía sin sentido… o el fruto de algún tipo de trastorno mental. Es un vestigio evolutivos que viene de muy lejos. Un hábito que fue tan importantes para su evolución… que quedó grabado a fuego en su código genético.

Los motivos detrás de este comportamiento

Cuando el animal se revuelca en el campo, en la playa o en el césped del parque suele ser porque se siente cómodo y está relajado. Los perros saben que sus órganos más importantes se encuentran en su vientre, por eso, instintivamente lo protegen cuando se sienten amenazados o inseguros. Entonces, cuando se da la vuelta está haciendo lo contrario.

Si tu perro te muestra la barriga a menudoes una señal de la seguridad que le aportas.Y si está acompañado de otros perros, estos lo recibirán como una señal de que tiene la energía adecuada para jugar. De hecho, los perros suelen revolcarse así como una forma de liberar y regular su energía antes de acercarse a jugar con otros perros.

También es posible que, con el tiempo, el perro haya aprendido que nos encanta verle en este estado de juego y diversión… y puede que haya comprendido que revolcándose en el césped o en la cama puede llamar tu atención y obtener tu cariño… y no se equivoca. La verdad es que a veces reforzamos comportamientos de los perros sin buscarlo… comportamientos que pueden ser buenos o que pueden ser malos. Por eso es tan importante que aprendamos cómo funciona el cerebro de nuestro perro.

Hay otro motivo por el que el animal podría estar revolcándose en el suelo: es posible que este tratando de ocultar su olor. Y, de nuevo, hay muchos motivos por los que podría estar haciendo esto. Uno de los comportamientos más comunes en los perros es que se restriegue en la hierba o en la tierra… justo después de haberlos bañado. Y lo hace para quitarse el olor a ese jabón que tanto nos gusta (a nosotros). No hay duda de que es uno de los hábitos más desagradables de los perros.

Ahora bien, hay otro motivo por el que nuestro perro estaría interesado en quitarse su olor: Es parte de su instinto cazador. Por eso suelen revolcarse en heces o en animales muertos. Son olores fuertes y que pueden adherirse a su pelaje, permitiéndoles camuflar su olor ante posibles presas. Y es un comportamiento que repetirá aun cuando no vaya a cazar. Es -como decíamos antes- un vestigio evolutivo que viene de muy lejos.