Ningún niño sin material escolar

La educación y formación de nuestros jóvenes puede ser una eficaz herramienta para combatir las desigualdades sociales y promover la igualdad de oportunidades, pero para que ello sea así no basta con garantizar el acceso a la educación, sino que también es necesario crear las condiciones y el entorno adecuado para que los niños puedan aprovechar y disfrutar de ese proceso de aprendizaje y de la escolarización.

Está demostrado que aquellos alumnos que viven en contextos frágiles, ya sea por lo que hace referencia a la salud, la organización familiar o la red social, por ejemplo, tienen más posibilidades de caer en el fracaso escolar. En este contexto, en el marco del programa CaixaProinfancia, el cual se dirige a hogares en situación de pobreza con menores de 0 a 18 años, la entidad lucha contra el círculo de la pobreza que se hereda de padres a hijos, apostando firmemente por la educación como motor de cambio. La llave que podrá conseguir que los niños y las niñas más desfavorecidos puedan optar a un futuro mejor. Para paliar este problema, la Fundación Bancaria «La Caixa» facilita al inicio del nuevo curso kits de material escolar a sus beneficiarios. Así pues, este año se repartirán un total de 84.955 lotes entre las más de 400 entidades sociales que desarrolla CaixaProinfancia sobre el territorio y que se encarga de distribuirlos entre quienes más los necesitan.

Estos kits, que se adaptan a cada ciclo educativo en función de su destinatario, ya sea alumno de preescolar, como de primaria o secundaria, incluyen una mochila; un estuche con bolígrafo multicolor, un lápiz, goma y sacapuntas; lápices de colores; una libreta A4; un juego de reglas; un compás y calculadora científica.

Además, durante el curso, el programa garantiza ayudas educativas a las familias atendidas para cubrir los gastos derivados de, por ejemplo, el refuerzo escolar, la atención logopédica o el apoyo psicomotor.

Y es que, la Fundación Bancaria «La Caixa», como señala su presidente Isidro Fainé, parte de la premisa de que «la educación es la mejor herramienta para posibilitar a los niños y las niñas un futuro enriquecedor y con oportunidades», una forma de dotarles de recursos e instrumentos para romper la línea de transmisión de la pobreza de padres a hijos. Por ello, la entidad considera que «facilitándoles el material, contribuimos a que vuelvan al colegio preparados y, sobre todo, con ilusión y ganas de aprender», concluye Fainé.

Con una inversión de más de 53 millones de euros, la iniciativa, que fue puesta en marcha en 2007, se ha traducido en la atención de un total de 303.900 menores y 176.277 familias en toda España.