Vancouver
El petróleo contamina más en Canadá tras su salida de Kioto
Tras la retirada de Canadá del Protocolo de Kioto en 2012, el sector petrolífero canadiense se ha convertido en la mayor fuente de gases invernadero del país, lo que confirma los temores de los ecologistas sobre las razones y consecuencias de la controvertida medida.
Un informe oficial conocido en los últimos días y que abarca el periodo de entre 1990 y 2012 señala que las emisiones de gases con efecto invernadero del sector petrolífero y del gas en Canadá superaron por primera vez las del sector del transporte en 2012.
El informe del Ministerio de Medio Ambiente de Canadá señala que las emisiones del sector petrolífero y del gas sumaron 173 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente, un 25 % del total de las emisiones del país.
Por su parte, el sector del transporte tuvo unas emisiones de 165 millones de toneladas de CO2 equivalente, un 24 % del total del país.
El informe, que fue colgado en la página web del Ministerio de Medio Ambiente sin aviso público y a última hora del viernes, en una táctica elegida por el Gobierno del primer ministro Stephen Harper para minimizar informaciones dañinas, constata que las emisiones del sector petrolífero son las que más están aumentando.
En 2010, las emisiones de CO2 del sector fueron 163 millones de toneladas. Por contra, las del sector eléctrico se redujeron en ese periodo de 99 a 86 millones de toneladas, las del transporte de 167 a 165 millones de toneladas.
Además, el informe, que Canadá tiene que elaborar cada año como parte de sus obligaciones ante la ONU, anticipa que las emisiones de dióxido de carbono del país seguirán aumentando en los próximos años y no podrá cumplir los limitados objetivos que el propio Gobierno canadiense se ha impuesto.
Este aumento de las emisiones del sector petrolífero canadiense se está produciendo de forma paralela a la controvertida salida de Canadá del Protocolo de Kioto, el acuerdo multinacional negociado por los países industrializados para reducir sus emisiones, y la inactividad de Harper para regular el sector.
En diciembre de 2011, el Gobierno Harper anunció de forma inesperada que se retiraba del Protocolo de Kioto, un acuerdo internacional que el país ayudó a negociar en la década de los años noventa, para poder desarrollar sin limitaciones sus reservas petrolíferas.
Y un año después, en diciembre de 2012, la retirada se hizo efectiva, convirtiendo a Canadá en el único país del mundo que ha abandonado Kioto tras su ratificación y la primera vez en la historia del país norteamericano que da la espalda a un convenio internacional.
Entonces, el Gobierno Harper afirmó que Canadá abandonaba el acuerdo para evitar tener que pagar alrededor de 14.000 millones de dólares por su incapacidad de reducir un 6 % sus emisiones de gases con efecto invernadero con respecto a las emisiones de 1990, tal y como había acordado el país.
Las autoridades canadienses también admitieron que la salida de Kioto permitirá al país desarrollar sin límites las arenas bituminosas de la provincia de Alberta, consideradas entre las tres mayores reservas de petróleo del mundo, junto las de Arabia Saudí y Venezuela.
El primer ministro canadiense, que procede de la provincia de Alberta como es la base de su Partido Conservador, ha declarado que el desarrollo de las arenas bituminosas es un «objetivo estratégico» del país a pesar del negativo impacto medioambiental de su explotación masiva.
Desde 1990, la producción de las arenas bituminosas canadienses se ha quintuplicado lo que ha producido una explosión de emisiones del sector, especialmente porque el Gobierno canadiense se ha negado hasta el momento a regular las emisiones del sector petrolífero como lo ha hecho con el sector del transporte.
El Gobierno Harper ha declarado en numerosas ocasiones que está preparando normas para regular las emisiones del sector petrolífero pero tras casi ocho años en el poder todavía no ha aprobado ninguna.
Paradójicamente, la postura de Ottawa le puede costar cara al sector petrolífero.
Estados Unidos está bloqueando la construcción de Keystone XL, un oleoducto considerado vital para el desarrollo de las arenas bituminosas, y muchos consideran que en gran parte es debido a la negativa de Harper de implementar medidas sobre emisiones al sector.
La semana pasada, el expresidente estadounidense Jimmy Carter, añadió su nombre a una carta dirigida a Barack Obama y firmada por varios premios Nobel, en la que solicitan al presidente estadounidense que rechace la construcción de Keystone XL.
«El proyecto Keystone XL es el eje de la expansión de las arenas bituminosas y el subsiguiente aumento de la contaminación, originando más agitación climática con impactos que se sentirán en todo el mundo», dijeron los premios Nobel.
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