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Estilos de vida

Juntos y enamorados, pero en habitaciones o camas separadas

En Estados Unidos se extiende el «sleep divorce» para mejorar la calidad del sueño

La actriz Cameron Diaz larazon

El «sleep divorce» es ya toda una tendencia entre las nuevas generaciones en Estados Unidos. Básicamente consiste en renunciar a dormir con su pareja en la misma cama para conseguir un mejor descanso. Incluso celebrities como la actriz Cameron Díaz abrazan esta costumbre en alza, asegurando que «debemos normalizar los dormitorios separados». Aunque lo correcto sería decir «volver a normalizar» porque la cama de matrimonio compartida es un concepto relativamente moderno. Su uso llega con la revolución industrial, cuando muchas personas se fueron a vivir a ciudades más pobladas donde la falta de espacio les obligó a dormir juntos.

Antes de la era victoriana las parejas dormían en habitaciones diferentes, de hecho, era algo habitual entre las familias con un alto estatus económico. Sin saberlo, nuestros antepasados llegaron a la misma conclusión que un estudio realizado a finales de 2023 por la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño que reveló que más de un tercio de los encuestados duermen en camas separadas para mejorar la calidad de su sueño. Uno de cada tres estadounidenses no comparte sus sábanas, lo que se correlaciona con la conclusión a la que llegan los estudios de los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) que apunta a a que gran cantidad de estadounidenses no duermen suficiente.

«Dormir mal puede empeorar el estado de ánimo y quienes tienen falta de sueño tienen mayores probabilidades de discutir con su pareja», ha señalado Seema Khosla, neumóloga y portavoz de la Academia. «Dormir bien por las noches es importante tanto para la salud como para la felicidad, por lo que no sorprende que algunas parejas opten por dormir separadas por su bienestar general», añadió.

La pregunta es si realmente esto es una práctica que crece, y si por el contrario siempre ha sido habitual pero no se hablaba de ella abiertamente por el estigma que todavía genera la idea en algunas generaciones. De hecho, el fenómeno es cada vez más habitual entre los llamados millenials, nacidos entre 1982 y 1994, con menos perjuicios en este sentido. «Si puedo dormir mejor, ¿por qué no? «, aseguraban muchos de los entrevistados para el estudio. A la lista de mayores usuarios de este modelo, le sigue la generación X (nacidos entre 1965 y 1980) con un 33%, con un 28% la Z (nacidos entre 1997 y 2012) y por último los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) con un 22%.

El secretismo acerca de esta solución para mejorar el sueño también ha hecho que se convierta en un tabú, aunque cada vez son más las personas que lo hacen público, como la escritora Marcella Hill, que cuando tomó la decisión pensó que el siguiente paso en su relación iba a ser el divorcio, pero nada más lejos de la realidad. «No sabía que muchos de ustedes estaban ahí fuera felizmente teniendo su propia habitación y que eso estaba salvando su matrimonio y haciéndolo incluso mejor», dijo en un vídeo de Tik Tok.

Los motivos del «divorcio de sueño» pueden ser varios. Desde un ruidoso ronquido que altera el sueño de la pareja hasta diferentes horarios para dormir por cuestiones laborales o personales, o incluso porque uno de los dos se levanta frecuentemente durante la noche o bien tiene el «síndrome de las piernas inquietas» que provoca una incontrolable necesidad de mover las piernas constantemente y que sufre alrededor de un 7% de la población adulta y entre el 2% y 4% de los niños y adolescentes europeos.