Infancia
El 53% de los menores llega a la pornografía antes de los 13 años
Asociaciones de pediatras piden reformas legales urgentes ante las cifras que aparecen en un informe de Save the Children
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El acceso a una edad cada vez más temprana de los niños y adolescentes a la pornografía, de la que se obtiene una visión equivocada de las relaciones sexuales, basadas en la violencia, la desigualdad y la falta de afectividad y consentimiento, ha llevado a un llamamiento urgente de varias organismos a las Instituciones Públicas para que impidan que los menores lleguen a estos contenidos a través de internet y las redes sociales.
Según un informe de Save the Children, el 53,8% de las personas encuestadas accedió por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un llamativo 8,7% lo hizo antes de los diez años. La edad media global de visionado de estos contenidos es de 12 años (en concreto, antes de los 12 años para los chicos y de los 12 para las chicas). La consecuencia más destacada de ello es que, según los resultados del estudio, las características de las relaciones íntimas de los jóvenes se han visto modificadas.
«La visualización de pornografía hace que los y las adolescentes consideren que estas prácticas, en ocasiones violentas, sin consentimiento, en grupo, insatisfactorias para las mujeres e incluso aberrantes, son lo habitual en la relación de pareja», explica al respecto Dolors Canadell, representante de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
El informe de Save the Children indica que, además del ejercicio explícito de la violencia, el aspecto más peligroso de la pornografía es no llegar ni tan siquiera a plantear la necesidad de dar el consentimiento previo a la relación íntima. Asimismo, el documento señala que la mayoría de las veces las mujeres no expresan su conformidad, e incluso aparecen experimentando desagrado o dolor, «sin que esto altere el desarrollo de la escena». En este sentido, el 47,4% de los adolescentes que visionan pornografía confiesa que alguna vez ha imitado lo que ha visto, aunque no siempre de mutuo acuerdo.
Por este motivo, la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria (Sepeap) y la ONG Save the Childrenhan pedido actualizar e implementar con celeridad la legislación para evitar el acceso de los menores a este tipo de contenidos. La Agencia Española de Protección de Datos ya trabaja en un sistema de verificación de la edad para restringir que los menores accedan a este tipo de material. Lo que se persigue es implantar un certificado digital del menor en el que solo aparezca reflejada la edad, sin estar vinculado al nombre y los apellidos. Se trata de un trabajo coordinado entre el Ministerio del Interior, la Fiscalía General del Estado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT).
Las sociedades de pediatría consideran que un punto vital para dar la vuelta a la actual situación es incidir en la educación afectivo-sexual. En esta línea las preocupaciones de los progenitores se centran en la edad temprana en su consumo, los cambios de roles y saber cómo llegan a visionar estos contenidos. Sobre este último aspecto, la revista Familia y Salud menciona que el origen es variado: páginas web de contenido explícito, videochats, redes sociales (como Tik Tok, Instagram, Youtube...), material que se comparte en WhastsApp o anuncios que llevan a esas páginas, entre otros.
«A pesar de las dificultades, los equipos de Pediatría debemos tener una actitud proactiva y, dentro de las actividades individuales y comunitarias propias de la pediatría de atención primaria, tratar de informar y ayudar tanto a los menores como a sus progenitores», afirma el doctor Gorrotxategui.
Aparte de la educación psico-afectiva tanto de las familias como en las escuelas, el informe señala que es necesario implantar urgentemente y de forma efectiva las normas referidas a los contenidos pornográficos en la Lopivi (Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia).
En cualquier caso, las asociaciones de pediatría recalcan que no se debe «perder tiempo y proteger cuanto antes a los menores de la pornografía para evitar la degradación en su forma de relacionarse».
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