Inclusión

Unas 8.000 personas con discapacidad encuentran trabajo gracias al programa Incorpora

“Me llena mucho tener trabajo”, asegura Rubén, quien, junto a su amigo Dani, ambos de 22 años y con discapacidad intelectual, tienen un empleo en el sector del comercio gracias a esta iniciativa

Dani (izq.) y Rubén (dcha.) han encontrado trabajo con esta iniciativa
Dani (izq.) y Rubén (dcha.) han encontrado trabajo con esta iniciativa José Antonio Albornoz

Cada día, Rubén acude a trabajar a un centro comercial en Armilla, Granada; a veces lo hace en transporte público y otras le acompaña su madre. Desde hace un año, es empleado en una tienda Primark, donde desempeña diversas tareas, muchas de ellas de cara al público, y aunque en una semana expira su contrato laboral, confía en que se lo renueven por un año más.

Dani, su amigo desde los 15 años, a quien conoció en el equipo de fútbol de su localidad, Gójar, trabaja en el mismo centro comercial, en este caso con un contrato indefinido en una tienda Zara, donde hace de reponedor, mozo de almacén... Cuando los horarios les coinciden, comparten trayecto hacia su puesto de trabajo.

Ésta podría ser la historia de cualquier pareja de amigos de 22 años; sin embargo, en el caso de Dani y Rubén tiene una especial trascendencia, puesto que ambos son personas con discapacidad intelectual, un colectivo que a menudo ha de hacer frente a numerosos obstáculos para logar una inserción laboral plena.

De hecho, en España hay 4 millones de personas con discapacidad y, según datos del SEPE, entre este colectivo la tasa de actividad es menos de la mitad que la de la población general. En el caso de Dani y Rubén, el apoyo del programa Incorpora, de la Fundación “la Caixa” y de la entidad social Plena Inclusión Andalucia, que colabora con esta iniciativa, ha sido clave en su proceso de inserción laboral.

Y es que tras realizar prácticas como mozo de almacén y carpintero, Rubén empezó a trabajar como jardinero para el Ayuntamiento de Bójar, y a la conclusión de esa experiencia laboral, fue el propio alcalde de la localidad quien le derivó a Plena Inclusión para seguir labrándose un futuro profesional.

Casualmente, en ese momento, Incorpora abrió una formación como auxiliar de comercio y desde la entidad, a través del técnico del programa, Alejandro García, le derivaron al punto formativo. Tras tres meses de formación teórica, Rubén empezó prácticas en Mango, pero a la conclusión de las mismas, no se le presentó la oportunidad de continuar en esa empresa y desde la entidad se le buscó una nueva oportunidad laboral.

Y es que en el marco del programa Incorpora no solo se forma a las personas en riesgo de exclusión social, en este caso en concreto con discapacidad, sino que se lleva a cabo también una labor de sensibilización entre el tejido empresarial para fomentar la contratación de estas personas y, una vez eso se produce, se mantiene un seguimiento en el puesto de trabajo.

Así, al poco tiempo, Rubén empezaba a trabajar en Primark, donde dice estar “muy contento”. “Me llena mucho tener trabajo”, asegura, para a continuación revelar que su objetivo es que le renueven el contrato y, a la larga, ahorrar suficiente dinero como para poder independizarse e irse a vivir con su novia.

Al respecto Alejandro García señala que “el tener un empleo supone ser libre”. “Un trabajo nos empodera, nos ofrece unas rutinas, nos permite tener un salario propio...”, recuerda el técnico del programa Incorpora en Plena Incorporación, quien además indica que “trabajar es un derecho humano y nosotros protegemos ese derecho”.

Tal es el grado de satisfacción de Rubén con su experiencia en el marco de este programa que animó a su amigo Dani a seguir sus propios pasos. Pese a que en este caso, no existía en ese momento ninguna formación promovida desde Incorpora, se buscaron otros recursos de la comunidad y Dani pudo finalmente completar un curso de auxiliar de comercio y logística, que le ofrecía la posibilidad de trabajar en un comercio.

“Normalmente, a las personas con discapacidad intelectual siempre se les ofrecen trabajos en el sector de la limpieza o como mozos de almacén”, comenta el técnico, quien al respecto señala que “en el marco de Incorpora también queremos ofrecerles la posibilidad de trabajar de cara al público”.

Así, tras concluir su formación, Dani hizo tres meses de prácticas en Carrefour Express y, a su conclusión, le contrató Zara. Esta pareja de amigos son solo dos de las 22.785 personas con discapacidad intelectual que han sido atendidas este 2024 por el programa Incorpora de la

Fundación “la Caixa” y las entidades sociales que participan en esta iniciativa, de las cuales 7.835 han encontrado trabajo gracias a las 13.584 empresas que han colaborado con el programa, de las cuales el 29,3% han contratado al menos a una persona con discapacidad.

Sin embargo, aún hay mucho camino que recorrer y mucha pedagogía que hacer a nivel social y entre las empresas en la línea de promover la contratación de las personas con discapacidad intelectual, un colectivo que, pese a tener algunas limitaciones, tiene otras muchas capacidades, como la concentración o la atención al detalle, algunas de las cuales enriquecen además el entorno laboral, promoviendo la empatía y la capacidad de trabajar en equipo.

Por ello, en el marco del Día Mundial de la Discapacidad, la Fundación “la Caixa” a través el programa Incorpora, reivindica la igualdad de oportunidades y la no discriminación.