Informe

La cifra real de mortalidad materna en España es cuatro veces mayor a la oficial

Lo advierte un nuevo registro del Grupo Español de Seguridad Obstétrica (GESO), que la cifra en 13,76 por cada 100.000 partos en 2021, frente los 3,26 que señaló el INE en 2021

La mortalidad materna en España está infraestimada
La mortalidad materna en España está infraestimadalarazon

Un nuevo registro impulsado por el Grupo Español de Seguridad Obstétrica (GESO) ha desvelado que la mortalidad materna en España fue de 13,76 por cada 100.000 partos en 2021, una cifra que cuadruplica a la recogida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ese mismo año -3,26-.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la muerte materna como la defunción de una mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo, debida a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o su atención, pero no por causas accidentales. "La mortalidad materna es la clave más importante de la seguridad obstétrica", ha afirmado a Europa Press el presidente de GESO, Óscar Martínez.

Así, Martínez ha descrito las dos causas que explicarían el desfase entre ambas cifras en España en el año 2021: por un lado, hay una infraestimación en el dato oficial y, por el otro, las muertes por covid de las embarazadas durante la pandemia no rezaron como muertes maternas. "Sabíamos que la mortalidad materna estaba infraestimada, pero lo que no sabíamos era cuánto", ha manifestado el experto, que ejerce como ginecólogo en el Hospital de Formentera.

Este grupo multidisciplinar, compuesto por ginecólogos, anestesistas y matronas, recopiló los datos de partos de 2021 de 60 hospitales españoles de todos los tamaños. De este modo, el registro abarcó un total de 110.451 partos, lo que supone alrededor de un tercio de los 337.380 nacimientos ocurridos en España en ese año.

No hay un buen sistema de medición

Según ha explicado el ginecólogo, el Ministerio de Sanidad recoge los datos de estas muertes que le proporcionan las comunidades autónomas, que estas a su vez recogen de los hospitales, y es aquí donde se produce, en muchas ocasiones, la infraestimación. "Por ejemplo, si una mujer da a luz en un hospital pequeño, pero tiene una complicación e ingresa en la UCI de un hospital más grande y muere allí, esa muerte no se registra como muerte materna en el hospital grande porque ha parido en otro hospital, pero tampoco cuenta como muerte materna en el pequeño porque no ha llegado a fallecer allí. Al final, esa mortalidad materna no se encuentra ni en un hospital ni en el otro, pero es una mortalidad materna indirecta de libro", ha detallado, en declaraciones a Europa Press.

En cuanto a la pandemia, el presidente del GESO ha recordado que, en ese año, todos los países notificaron aumentos en la mortalidad materna, por lo que en España la cifra también subió. Tal y como ha recordado, la covid igual que la gripe y que otras infecciones, empeora su curso durante el embarazo. "En caso de muerte, es una mortalidad indirecta. En el resto de países se mide como muerte materna", ha insistido.

Martínez ha anunciado que el grupo multidisciplinar está recogiendo ahora los datos de 2022, durante el que la cifra fue menor, dado el menor impacto de la pandemia. "En el año 2022 veremos la mortalidad materna real en España sin Covid y calcularemos por la diferencia lo que hemos perdido en el Covid este país. Y pensamos que es mucho, porque este país tuvo una pandemia tremenda", ha apuntado.

Para el presidente de GESO, el problema reside en que "no hay una ley ni hay una instrucción del Ministerio de Sanidad que haga tremendamente obligatorio" el registro de este tipo de muertes. En este sentido, el ginecólogo ha lamentado que España es "un país muy difícil de medir porque "no hay una cultura del dato". "Eso hace que estemos a oscuras", ha zanjado.

Se duplica en EE.UU

La mortalidad materna se ha duplicado en Estados Unidos.Las tasas de muertes vinculadas con el embarazo se han disparado en los últimos 20 años, al contrario de lo que suele suceder en los países desarrollados. Así lo mostró un estudio publicado por la Revista de la Asociación Médica Estadouniderevista, Jama, hace unos días, que evidenció que dar a luz es particularmente peligroso para mujeres negras, hispanas o nativo americanas.

JAMA midió la proporción de mortalidad materna entre 1999 y 2019, ratificando que la inequidad social y, como aseguran algunas organizaciones civiles, el racismo, llegaron hasta el vientre de Estados Unidos. Las mujeres negras siguen liderando la lista de muertes con un aumento de 26,7 a 55,4 entre el período analizado. Por su parte, entre la población indígena americana y nativa de Alaska (otra población particularmente marginada) la tasa de fallecimientos aumentó de 14,0 a 49,2. De acuerdo con el doctor Gregory A. Roth, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington en Seattle y quien hace parte de la investigación, se trata de una «crisis de salud cuyos pocos estados han sabido abordar».

Las cifras evidencian que los bebés negros tienen más probabilidades de morir y también de nacer prematuramente, lo que los hace vulnerables a problemas de salud que podrían seguirlos a lo largo de su vida, en un sistema acusado de ofrecerles obstáculos desde su ya aparatoso nacimiento. Y esto es así porque, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (los CDC, por sus siglas en inglés) los negros tienen menos acceso a una atención médica a

Para atacar el problema, el presupuesto del presidente Joe Biden para el año fiscal 2024 incluye 471 millones de dólares en fondos para reducir las tasas de mortalidad y morbilidad maternas, expandir las iniciativas de salud materna en las comunidades rurales y la capacitación sobre prejuicios implícitos y otras iniciativas.