Alerta
La mortalidad materna se duplica en Estados Unidos
Un estudio revela quelas tasas de muertes vinculadas con el embarazo se han disparado en los últimos 20 años, al contrario de lo que sucede en los países desarrollados
En la primera economía del mundo lograr atravesar un embarazo seguro no está garantizado para nadie. Pero es particularmente peligroso para mujeres negras, hispanas o nativo americanas. Así lo revela el más reciente estudio de «JAMA», la Revista de la Asociación Médica Estadounidense.
Los investigadores aseguran que la tasa de mortalidad materna en el país del sueño americano es «inaceptablemente alta». Ese fenómeno se refiere a las muertes de mujeres durante o hasta un año después del embarazo por cada 100.000 nacidos vivos. Todas las administraciones estadounidenses han fallado en poder revertirlo durante los últimos 20 años. Los expertos temen incluso que se trate de una tendencia que solo siga aumentando.
JAMA midió la proporción de mortalidad materna entre 1999 y 2019, ratificando que la inequidad social y, como aseguran algunas organizaciones civiles, el racismo, llegaron hasta el vientre de Estados Unidos. Las mujeres negras siguen liderando la lista de muertes con un aumento de 26,7 a 55,4 entre el período analizado. Por su parte, entre la población indígena americana y nativa de Alaska (otra población particularmente marginada) la tasa de fallecimientos aumentó de 14,0 a 49,2.
De acuerdo con el doctor Gregory A. Roth, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington en Seattle y quien hace parte de la investigación, se trata de una «crisis de salud cuyos pocos estados han sabido abordar».
La sentencia, entonces, es que las mujeres negras en Estados Unidos tienen tres veces más probabilidades de morir durante el embarazo o el parto, en comparación a una blanca (aumento de 9,4 a 26,3). O dicho de otra manera, pero igual de aterrador: los bebés negros tienen más probabilidades de morir y también de nacer prematuramente, lo que los hace vulnerables a problemas de salud que podrían seguirlos a lo largo de su vida en un sistema acusado de ofrecerles obstáculos desde su ya aparatoso nacimiento. Y esto es así porque, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (los CDC, por sus siglas en inglés) los negros tienen menos acceso a una atención médica adecuada y su esperanza de vida es más corta en comparación a otros grupos poblacionales.
Se contaron 1.210 muertes maternas en 2019, frente a las 505 registradas en el año 1999
Distintas investigaciones han determinado que el poco acceso a la atención médica adecuada está ligado con estas muertes. Sobre el tema, a inicios de año la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, lamentó los datos y consideró que «el país más poderoso del mundo no debería aceptar eso como una realidad». Para atacar el problema, el presupuesto del presidente Joe Biden para el año fiscal 2024 incluye 471 millones de dólares en fondos para reducir las tasas de mortalidad y morbilidad maternas, expandir las iniciativas de salud materna en las comunidades rurales y la capacitación sobre prejuicios implícitos y otras iniciativas.
Las mujeres negras siguen liderando la lista de defunciones con una subida del 26 al 55 en dos décadas
También el gobierno federal busca que los estados brinden cobertura continua de Medicaid durante 12 meses después del parto, para eliminar las brechas en el seguro de salud. Además, incluye 1.900 millones de dólares en fondos para programas de salud para mujeres y niños. Según avanzó el secretario de Salud, Xavier Becerra, intentan «hacer más en todos los niveles del gobierno para erradicar el racismo y los prejuicios en la atención médica».
De esos prejuicios también son víctimas las mujeres nativas americanas y las indígenas de Alaska, como explicó el estudio. El doctor Roth aseguró a medios de comunicación que los datos son «especialmente preocupantes y mucho más altos de lo que esperábamos». En este grupo la tasa de fatalidad subió de 9,6 a 20,9 en los últimos veinte años.
Tras presentar el informe, la Dra. Allison Bryant, obstetra y directora médica senior de equidad en salud en Mass General Brigham, de Boston, dice que los médicos tendrían una mejor oportunidad de tratar estas afecciones de salud si más mujeres tuvieran acceso a atención médica después del parto. Hay que considerar que aproximadamente la mitad de los partos en Estados Unidos son pagados por Medicaid y «la mayoría de las muertes ocurren en el período inmediato posterior al parto», dice la coautora. «Si no tienes un fácil acceso a la atención médica en este periodo, tienes un riesgo muy alto».
Tendencia inversa
Para aquellos que obtienen su atención médica a través de Medicaid (el programa de salud público), la cobertura médica dura al menos dos meses después del nacimiento de un hijo. Desde 2021, los estados tienen la opción de extender esa cobertura durante un año. Hasta ahora, 35 estados y Washington D.C. lo han hecho.
Ahora, con este estudio, los investigadores esperan que los hacedores de políticas públicas entiendan desde que desde lo local también pueden tomarse medidas para evitar que la mortalidad materna en los Estados Unidos siga siendo mucho más alta que en otros países de altos ingresos. Eso es puede ser posible, dice Roth, porque «investigaciones anteriores han analizado un puñado de estados o a los Estados Unidos en su conjunto, mientras que este estudio examinó datos de cada estado».
Así, los nacimientos vivos se modelaron utilizando datos de nacimientos y las muertes empleando certificados de defunción de personas embarazadas o recientemente embarazadas hasta un año después del parto. Las muertes no relacionadas con el embarazo, como lesiones no intencionales, suicidios y homicidios, se excluyeron, ya que no cumplen con los criterios de muerte materna. En general, se contabilizaron 1.210 muertes maternas en 2019, frente a 505 en 1999.
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