Informe
Aumenta el riesgo de trastornos psiquiátricos asociados al consumo de cannabis
La causa es que la potencia de esta sustancia se ha duplicado en las dos últimas décadas, según análisis de muestras incautadas por las autoridades estadounidenses
El cannabis es una de las sustancias psicoactivas más consumidas a nivel mundial, sólo superada por la cafeína, el alcohol y el tabaco. Se estima que en todo el mundo 209 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron cannabis en 2020, lo que representa aproximadamente el 4% de la población mundial en ese grupo de edad. En Estados Unidos, se estima que 52,4 millones de personas de 12 años o más consumieron cannabis en 2021, lo que representa el 18,7 % de la población.
España es el país de la Unión Europea con mayor prevalencia de consumo entre la población de 15 a 64 años, habiendo sido consumida alguna vez en la vida por el 41%, durante el último año por el 11 %, en el último mes por el 9% y a diario por el 3%, segun los datos de la Encuesta sobre Alcohol y drogas en población general en España (EDADES) 2022. Respecto a las drogas ilegales, el cannabis es la sustancia que empieza a consumirse a una edad más prematura (18,3 años), disminuyendo notablemente según aumenta la edad.
La planta de cannabis contiene más de 500 sustancias químicas identificadas. El THC se considera el principal compuesto psicoactivo del cannabis, responsable de muchos de sus efectos psicológicos y fisiológicos. El CBD también es psicoactivo (ansiolítico, analgésico y posiblemente antipsicótico), pero no causa eufória.
Según análisis de muestras incautadas por las autoridades estadounidenses, la potencia del cannabis se ha duplicado en las dos últimas décadas, lo que puede contribuir al mayor riesgo de trastorno por consumo de cannabis y psicosis inducida por cannabis. Un estudio publicado esta semana en The New England Journal of Medicine (NEMJ) analiza los efectos tóxicos relacionados con esta sustancia que se relaciona con siete trastornos mentales, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR).
El trastorno por consumo de cannabis, es una afección crónica y recurrente que se produce, principalmente, en adultos jóvenes. La mediana de edad de inicio es 22 años y suele aparecer junto con otras afecciones psiquiátricas. De hecho, casi la mitad de las personas con un diagnóstico de trastorno por consumo de cannabis tienen un trastorno psiquiátrico de base, como depresión mayor, trastorno de estrés postraumático o trastorno de ansiedad generalizada. Esto hace que el cuadro clínico sea más grave y que el afectado tenga una peor respuesta al tratamiento.
Por su parte, el delirio inducido por cannabis, que los investigadores describen como un síndrome "poco comprendido" por los pocos datos que hay sobre el, se manifiesta más como delirio hiperactivo (que se caracteriza por hiperactividad, agitación, inestabilidad autonómica, desorientación y alucinaciones) que como delirio hipoactivo (estado de somnolencia, cansancio o "bajón"). Entre el 5 y el 50% de los adultos informan síntomas psicóticos transitorios durante la intoxicación por cannabis, dependiendo de cómo se describen los síntomas en las preguntas. La incidencia anual de adultos con psicosis inducida por cannabis que acuden a atención médica es de 3 a 6 por 100.000 (según los registros nacionales de atención sanitaria de Escandinavia).
Por otro lado, el estudio detalla que el consumo de cannabis se asocia con cuatro síndromes psiquiátricos subagudos (trastorno de ansiedad, del sueño, psicótico y delirio) que persisten después de las 24 horas iniciales de intoxicación aguda o involucran síntomas lo suficientemente graves como para justificar atención clínica. El tratamiento hospitalario está justificado si hay síntomas graves del estado de ánimo o psicóticos (como, por ejemplo, tendencias suicidas). En los niños que ingieren cannabis se puede desarrollar coma, convulsiones o inestabilidad cardiopulmonar.
Efectos graves en la salud física
Aunque los signos y síntomas físicos son menos comunes que los psicológicos, también son frecuentes y pueden aparecer o bien ligados al propio consumo el THC o bien como una manifestación común de la abstinencia a esta sustancia. Incluyen calambres abdominales, dolores musculares, temblores, dolor de cabeza, sudoración, escalofríos y pérdida de peso. Este cuadro clínico generalmente comienza entre 1 y 2 días, alcanza su punto máximo entre 2 y 6 días y dura varias semanas. Además, la prevalencia de cualquier síntoma de abstinencia es casi del 50% en personas que consumían cannabis a diario.
Tal y como muestra el análisis, el consumo de cannabis, independientemente de la vía de administración, puede estar asociado, además, con arritmias cardíacas agudas transitorias, incluyendo fibrilación auricular, taquicardia supraventricular, contracciones ventriculares prematuras y taquicardia ventricular no sostenida.
A modo de conclusión, el estudio señala que se necesita más investigación sobre el sistema endocannabinoide para dilucidar mejor la fisiopatología de estos efectos y desarrollar mejores tratamientos. Actualmente, los métodos psicosociales (terapia psicológica cognitivo- conductual, mayormente) son la base de la terapia del trastorno por consumo de cannabis, ya que ningún medicamento ha demostrado ser ampliamente eficaz.