Así son las matrículas opacas que la DGT no puede sancionar y dan impunidad

Según estimaciones de la DGT, en España hay más de 35 millones de vehículos matriculados. Todos ellos tienen una característica en común: que están identificados con una matrícula única que, a su vez, está asociada a una persona física que se hace responsable de lo que ocurra con el vehículo.

Sin embargo, y pese a que la matriculación de los vehículos lleva siendo obligatoria desde 1990, cuando se matriculó el primer vehículo en Palma de Mallorca, en la actualidad existen ciertos coches que escapan a la ley y que la DGT no puede ni rastrear ni sancionar, lo que brinda una impunidad total a sus conductores. Pero, ¿cuáles son estos vehículos con matrículas opacas?

Un vehículo inexistente para la DGT

Tal y como señala el medio digital 'elDebate', la DGT siempre se ha reservado determinadas matrículas por cuestiones oficiales o de seguridad. Así, a estas se les denomina 'matrículas opacas u ocultas', y su información está restringida y apenas se conocen detalles. Además, es importante señalar que estas matrículas fueron frecuentes durante la etapa más sangrienta de la banda terrorista ETA, en la que, por motivos de seguridad, se utilizaron este tipo de matrículas para tratar de preservar la identidad de los usuarios.

Por su parte, en la actualidad, los vehículos oficiales usan este tipo de matrículas que, por su parte, proporcionan a los chóferes una total impunidad frente a las infracciones que puedan llegar a cometer en el ejercicio de su trabajo. En este sentido, los conductores oficiales gozan de casi total impunidad frente a radares, semáforos y cualquier otro tipo de infracción, ya que el conductor no es identificado.

De igual manera pasa con los coches de la policía secreta, que también tienen este tipo de matrículas. Así, el citado medio recoge que, en este caso, las infracciones son muy numerosas, ya que habría que sumar las infracciones cometidas por los vehículos oficiales y por los de los cuerpos de seguridad. Por todo ello, el problema es que no existe ninguna forma de identificar quién ha cometido la infracción, por lo que no hay manera de sancionar.