Entretenimiento
Esta es la razón psicológica que explica por qué nos gusta volver a ver series antiguas
Ya sea una serie de ciencia ficción, un thriller, una comedia o un drama, los espectadores tienen multitud de opciones para elegir en la pequeña pantalla. No obstante, pese a las recomendaciones de los servicios de streaming en base al contenido que ya hemos visualizado, según datos suministrados por “Nielsen”, millones de personas están viendo producciones antiguas
Durante el año confinamiento, cuando los gobiernos de la mayoría de los países del mundo ordenaron a sus habitantes quedarse en casa, tuvimos que buscar la forma de entretenernos. Afortunadamente, desde la aparición de los servicios de streaming, como Netflix, HBO Max, Amazon Prime Video o Disney+, la oferta de cine y series de televisión es más amplia que nunca, y la tarea de encontrar algo que ver en la televisión es relativamente sencilla. Ya sea una serie de ciencia ficción, un thriller criminal, una comedia o un drama, los espectadores tienen multitud de opciones para elegir en la pequeña pantalla. No obstante, pese al amplio catálogo que ofrecen las diferentes plataformas y las recomendaciones de estas en base al contenido que ya hemos visualizado, según datos suministrados por “Nielsen”, millones de personas están viendo producciones antiguas.
“La razón es que la tecnología se ha puesto al día con nuestros intereses y deseos”, explica a la “BBC” Daniel D’Addario, principal crítico de televisión de “Variety”. “Ya no tiene que esperar las reposiciones de TV ni invertir en colecciones de DVD, ahora estas cosas le están esperando online. Luego está el consuelo de la familiaridad. Las cosas que la gente está consumiendo no son profundamente experimentales, conocemos muy bien los ritmos de estos espectáculos. Se trata de saber lo que obtienes y dejar que te inunde”. Y Claire Zulkey, una escritora independiente con sede en Chicago, está de acuerdo. “Hay algo reconfortante en la familiaridad de estos programas”, dijo Zulkey a la web de cine “Decider”, en 2017. “Puedes quedarte dormido o ir a comer sin pensar que te perderás algo”. La forma en que observamos nuevamente este tipo de “shows” es diferente, más relajada. En el pasado simplemente nos deteníamos en un determinado programa mientras recorríamos los diferentes canales porque estaba allí, porque había un “clásico” en la televisión. Pero hoy nuestras decisiones son más activas y nuestros hábitos de visualización están dictados por el tiempo del que disponemos y nuestros deseos e impulsos.
“Me encantaba ver cosas nuevas, aunque ahora mi tiempo es limitado”, confesó a “Decider” Tom Monica, un suscriptor de Nueva Jersey. “Honestamente, pruebo series nuevas muy de vez en cuando. Parece que no puedo invertir en ellas. Prefiero simplemente ver una película, que son dos horas y listo”. Aunque el tiempo no es el único factor, en el mismo artículo, Marjorie, excrítica de televisión, reveló que los programas antiguos son menos “peligrosos” que los nuevos. Sabemos en lo que nos estamos metiendo, el riesgo de equivocarnos es muy bajo. “Supongo que se percibe como algo que no nos hará perder el tiempo, aunque también puede ser que simplemente quiera ver algo que sepa a dónde me llevará emocionalmente. Hay algo reconfortante en eso”, explica Marjorie.
“Una y otra vez, las personas dicen que se sienten atraídas por sus programas favoritos porque sienten que comenzar algo nuevo puede ser estresante”, dice el escritor David Renshaw de la “BBC”, a lo que añade: “¿Por qué comenzaría algo nuevo que podría ser estresante, complicado, diferente a lo que parecía en el tráiler, o simplemente desagradable, cuando sé que tengo una gran serie que ya conozco esperándome?. Además, conozco a los personajes de mis programas favoritos. Se sienten como extensiones de mí mismo, parte de mi familia”.
La parálisis
No obstante, existe otro factor que contribuye al fenómeno del “revisionado”, la parálisis de la elección. Debido a la gran cantidad de títulos disponibles, muchas veces nos sentimos desbordados y no sabemos por dónde empezar, así que seleccionamos cosas que ya conocemos. Y hay una razón psicológica para esto. “Según la ‘paradoja de la elección’, un concepto psicológico popularizado en 2004, una sobreabundancia de opciones obstaculiza la capacidad de los consumidores para elegir entre ellas”, relata John Jurgensen, del “Wall Street Journal”. “El problema con las opciones ilimitadas es que son abrumadoras”, agrega Derek Kompare, profesor de artes cinematográficas y mediáticas en la Universidad Metodista del Sur, en Estados Unidos, y autor de “Rerun Nation”.
Por último, cabe destacar que la razón por la que vemos programas antiguos no importa. Lo que importa es cómo nos sentimos al verlos. Si nos consuela lo familiar, si encontramos paz y tranquilidad en lo que nos es común y conocido, entonces debemos prepararnos un buen bol de palomitas y disfrutar de un agradable momento frente al televisor, aunque ya nos sepamos el final del chiste.
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