Coronavirus
Codogno: el Wuhan italiano que pone en vilo a Europa
Lombardía y Véneto son el epicentro del contagio después de que un hombre expandiera el virus tras dar negativo inicialmente
Los vecinos de los pueblos aislados se tomaron a rajatabla la recomendación de las autoridades de no salir de sus casas. En la zona cero del coronavirus en Italia no se dejaba ver ni un alma. Los comercios estaban cerrados, los bares habían bajado las persianas y los trabajadores evitaron incluso acudir a la oficina. Horas antes, las autoridades médicas recomendaban una especie de «cuarentena preventiva» para unas 50.000 personas repartidas entre diez pueblos. La alarma resultó absolutamente justificada, ya que en solo dos días se han registrado medio centenar de infectados. Italia ha entrado en pánico por la rapidez con la que se ha extendido el virus, que ya ha dejado además dos víctimas mortales. El municipio de Codogno, en la región de Lombardía, se ha rebautizado como el Wuhan italiano. Aquí vive Mattia, un hombre de 38 años que sería el «paciente uno» y el que ha transmitido la enfermedad a decenas de personas. El pasado 1 de febrero quedó para cenar con un amigo que acababa de regresar de China. Este hombre no había estado en Wuhan, el epicentro del coronavirus en el país asiático, sino en Shanghái. Compartieron unas horas en un restaurante y los siguientes días se verían otras dos veces más. Mientras tanto, Mattia siguió haciendo vida normal. Y esto significa que ha estado en contacto con muchísima gente.
Un día después de cenar con su amigo, acudió a una carrera en la que había 1.200 inscritos. Una semana más tarde volvió a competir en otra prueba. Mientras tanto, salió a correr con un amigo, con el que suele entrenar, y fue a jugar al fútbol en un equipo amateur. Además, trabajaba en una fábrica de la multinacional alimenticia Unilever junto a otras 160 personas, que ahora también están en cuarentena.
Mattia es deportista y no había sufrido ninguna enfermedad hasta el momento, aunque esto no impide que corra el riesgo de contagio. De hecho, los expertos identifican a los llamados «supercontagiadores» como individuos con un sistema inmunológico fuerte, pero con la capacidad de infectar a mucha gente. El último balance ofrecido por la región de Lombardía eleva a 40 el número de positivos y todos habrían estado en contacto con este «paciente uno». Él sufrió los primeros síntomas el pasado 15 de febrero, cuando un médico acudió a casa a examinarlo. Guardó reposo, pero dos días más tarde tuvo que ingresar en el hospital de madrugada con un cuadro clínico «grave». Le hicieron las pruebas del coronavirus y resultó positivo. Y en ese momento, su mujer recordó la cita con el amigo que había estado en China. Lo llamativo es que éste, al regresado de Shanghái, dio negativo en los exámenes. Tiene todas las probabilidades de ser el «paciente cero», pero hasta que unas pruebas más completas no revelen rastros de la enfermedad, no se puede asegurar con certeza.
Enfermo «invisible»
Los expertos señalan como hipótesis que ha podido desarrollar los anticuerpos contra el Covid-19 o que sus síntomas fueron tan leves que ha superado la enfermedad. Un cuñado de éste también ha dado positivo. Mientras tanto, Mattia ha contagiado a su mujer, embarazada de ocho meses, y a unas 40 personas que lo han rodeado, entre ellos, médicos y enfermeros. Los trabajadores de la planta y el personal que lo han atendido están bajo observación, así como decenas de personas que han tenido un contacto más estrecho con él, por lo que no se descarta que sigan apareciendo casos. Una mujer de 75 años, que también tenía otras patologías, falleció ayer después de haber pasado por el hospital de Codogno. Mattia, mientras tanto, ya ha sido trasladado a otro centro médico en la ciudad de Pavía, donde ha registrado una mejoría. Según los médicos, ahora se encuentra «estable».
Sin embargo, «no es una situación de pandemia, por ahora no hay motivos para que aplicar otras medidas de tipo sanitario en el resto de la región», afirmó ayer el asesor de Sanidad de la región de Lombardía, Giulio Gallera. Las autoridades destacan, como dato positivo, que todos estos casos se concentran en área muy concreta, por lo que es más fácil aislarlos. Más tarde anunciaron que se había producido otro contagio en Milán y otro más en la región de Piamonte, alejada de la zona aislada. No obstante, este último también guardaría relación con el denominado «paciente uno», ya que participó con él en una de las carreras.
Lombardía es la zona más afectada, pero al menos se tienen indicios de dónde puede proceder el virus. Los exámenes al «paciente cero» deberían determinar con mayor certeza el origen. Pero existe otro foco del que no se sabe apenas nada, en la región del Véneto. Esta zona también se encuentra en el norte del país, aunque la separan unos 200 kilómetros de Codogno y el resto de pueblos limítrofes. En Véneto, cerca de la ciudad de Padua, murió el viernes por la noche el primer italiano. Se trataba de un hombre de 78 años y un cuadro clínico previo bastante delicado, pero que dio positivo en las pruebas del Covid-19. Este señor no había estado nunca en China ni tuvo contacto con ninguna persona que hubiera estado allí, por lo que las autoridades médicas están completamente desconcertadas. Además, en Véneto hay otros 12 infectados.
«Medidas excepcionales»
Lo que parece claro es que se trata de dos puntos autonómos. «No existe ninguna relación entre el foco lombardo y el véneto», dijo el asesor de Sanidad de Lombardía. De modo que las autoridades italianas tienen que trabajar en paralelo sin tener certezas en ninguno de los puntos. Ayer, el primer ministro, Giuseppe Conte, anunció que habría nuevas «medidas excepcionales», aunque no precisó cuáles serían. Al cierre de esta edición, el Consejo de Ministros todavía estaba reunido con carácter urgente. Las recomendaciones de no salir de casa para la población aislada se mantendrán, al menos, durante una semana. Asimismo, las universidades del Véneto permanecerán también cerradas los próximos siete días. La situación de emergencia no cesó el habitual ruido político italiano, ya que el líder de la oposición, Matteo Salvini, aseguró que estaban «trabajando para que no se convierta todo en un desastre». Se da la casualidad de que las regiones del norte están gobernadas por la Liga, su partido, mientras que en Roma domina el Ejecutivo formado por el Movimiento 5 Estrellas y los socialdemócratas del Partido Democrático.
Las únicas buenas noticias llegaron desde la capital italiana, donde dos ciudadanos chinos que se habían convertido en los primeros positivos por coronavirus en Italia dieron ayer negativo en los últimos exámenes. Es decir, que han conseguido superar la enfermedad.
Mascarillas agotadas, estaciones cerradas y ataques xenófobos
Si hay un símbolo que ejemplifique el miedo por el coronavirus es la difusión de las mascarillas. Los expertos sanitarios insisten en que tienen una eficacia muy limitada, pero ahora mismo resulta muy complicado encontrarlas por toda Italia. En Milán, la gran urbe más cercana a la zona cero del contagio, estaban agotadas en casi todas partes. Pero también en Roma, a 600 kilómetros de la zona. Las estaciones ferroviarias de los pueblos de Lombardía más afectados han estado cerradas, aunque se puede acceder a ellos por carretera. Sin embargo, en las últimas horas también pararon sendos trenes –uno en Milán y otro en Lecce, al sur del país– ante la sospecha infundada de que hubiera en ellos posibles casos de coronavirus. También en Turín se repitieron escenas xenófobas contra una ciudadana china, que fue agredida por la calle, según recoge el diario turinés «La Stampa».
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