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Salud

Los siete secretos de "la eterna juventud": estos son los hábitos que debes seguir para retrasar el envejecimiento

Vivir más y que nuestro cuerpo se mantenga joven es uno de los objetivos que más perseguimos pero que no es una tarea sencilla

Mantenerse joven y retrasar el envejecimiento es posible si se siguen algunos hábitos Dreamstime

El envejecimiento se caracteriza por una disminución gradual de la capacidad del organismo para reparar y renovar sus células, tejidos o sistemas corporales. Formación de arrugas, pérdida de masa muscular o densidad ósea, reducción de agudeza sensorial y demás son algunas de sus consecuencias. Retrasar el envejecimiento o "la eterna juventud" es uno de los deseos más anhelados por las personas, y conseguirlo no es una tarea sencilla.

El envejecimiento es un proceso altamente individual y puede variar significativamente de una persona a otra. Los factores genéticos, el estilo de vida, la salud general y otros aspectos pueden influir en cómo una persona envejece y experimenta los cambios relacionados con la edad.

Una de las claves para vivir más es comer menos, según explican los expertos. Una investigación apunta que con un 12% los resultados ya son significativos. Así, según explica la revista Nature Aging, los investigadores encontraron que una dieta con restricción de calorías tenía unos beneficios sustanciales para la salud, lo que incluía un retraso del envejecimiento. Según el doctor Dan Belsky, profesor asistente de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, "es posible ralentizar el ritmo del envejecimiento biológico". "Tal vez sea posible lograr esta ralentización mediante una modificación del estilo de vida y la conducta", explicó a NBC.

Asimismo, existen "superalimentos" (llamados así por su cantidad de nutrientes), que ayudan a revertir el envejecimiento. Por ejemplo, las semillas de sandía. Esto se debe a que son ricas en zinc, que ayuda a fortalecer el sistema inmune y aporta antioxidantes que retrasan los riesgos del envejecimiento. Además, son una fuente considerable de nutrientes en la dieta y ofrecen beneficios para la salud debido a su alto contenido en fibras.

¿Cómo retrasar el envejecimiento?

Beber abundante agua. Se recomienda beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día, como mínimo, ya que repercute de forma positiva en nuestra salud.

Cuidar la higiene del sueño y descansar adecuadamente. Estudios recientes encuentran que, mientras dormimos, se desencadena un proceso restaurativo fundamental para garantizar la salud biológica y reducir la vulnerabilidad a las enfermedades. Por ello, se recomienda dormir entre siete y ocho horas diarias.

Dieta equilibrada. Como bien hemos mencionado antes, comer menos puede ayudar a vivir más. Pero la nutrición debe ser saludable para que podamos prevenir el desarrollo de enfermedades, aumentar la longevidad, mejorar el bienestar o promover el envejecimiento saludable. Así, se debe eliminar alcohol, tabaco o alimentos con azúcar.

Hacer ejercicio. Una mezcla de entrenamiento de fuerza con actividad cardiovascular ralentiza, en gran medida, los procesos degenerativos de la salud. El levantamiento de pesas aumenta la densidad ósea, masa muscular y fortalece ligamentos y tendones. Mientras, el ejercicio de resistencia estimula el metabolismo.

Mentalidad positiva y disposición. Nuestra forma de pensar, sentir y actuar, así como cuidar nuestros pensamientos, sentimientos y autoestima, puede ayudarnos a conseguir un mayor bienestar, de manera que podamos retrasar el envejecimiento.

Reducir el estrés. El estrés crónico es un catalizador de varias complicaciones en la salud y desencadena procesos inflamatorios, que se relacionan con el riesgo de hipertensión o diabetes. Asimismo, estrategias para reducir ansiedad o estrés ayuda a retrasar el envejecimiento.

Relaciones sociales. Establecer relaciones sociales sanas y positivas ayuda a hacer frente a la soledad, lo cual es un factor de riesgo para la ansiedad y depresión y, por ende, provocaría un adelanto del envejecimiento. En sí, lo que cuenta no es el número de relaciones, sino la calidad.