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Alzhéimer
Los nuevos fármacos frente al alzhéimer pueden alargar la vida independiente de los pacientes entre 10 y 26 meses
Un estudio mide el efecto de lecanemab y donanemab en personas que comenzaron a usarlos y los compara con la evolución esperada de la enfermedad si no se trata
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El año 2024 vio la llegada a Europa de casi medio centenar de nuevos medicamentos disruptivos, bien por su grado de innovación o bien porque aportaron soluciones a condiciones que no la tenían. De entre ellos, destacó el nuevo fármaco dirigido para el tratamiento del alzhéimer temprano, lecanemab, finalmente aprobado el pasado noviembre después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo denegara en julio.
Tanto este como la molécula donanemab,aprobada hace dos años por la FDA, son terapias con anticuerpos que eliminan del cerebro las proteínas amiloides causantes de las placas que han mostrado ralentizar la progresión de la enfermedad. Ambas están indicadas para pacientes con deterioro cognitivo leve y demencia leve.
Sin embargo, aunque ambos han tenido una espectacular acogida por patre de la comunidad científica internacional, a muchos pacientes les resultaba difícil entender lo que los resultados de los ensayos clínicos significaban para sus propias vidas. Esto es lo que detectaron investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (EEUU), que pensaron en elaborar un estudio basado en datos de la vida real que hiciera accesible y comprensible para los pacientes y sus familias los efectos de tomar los nuevos medicamentos.
Para ello, a partir de información sobre la historia natural de la enfermedad y la magnitud de los efectos de los fármacos medidos en ensayos clínicos, los investigadores calcularon cuántos meses de vida independiente podía esperar ganar un paciente con alzhéimer al someterse al tratamiento. Los beneficios dependían del fármaco y de la gravedad de los síntomas del paciente en el momento de iniciar el tratamiento. Como ejemplo representativo, un paciente típico que iniciara el tratamiento con síntomas muy leves podría esperar vivir de forma independiente durante 10 meses más si se le tratara con lecanemab, u ocho meses con donanemab.
En este tipo de enfermedades neurodegenrativas se puede hablar, grosso modo, de dos momentos clave en la afectación de la vida de los pacientes. El primero sucede cuando ya no pueden vivir de forma independiente porque su capacidad para realizar tareas cotidianas como preparar comidas, conducir, pagar facturas o recordar citas se ha visto mermada y, el segundo, llega cuando una persona ya no puede cuidar de su propio cuerpo y necesita ayuda para bañarse, vestirse y asearse.
Para medir los efectos del tratamiento, los investigadores calcularon, en primer lugar, cuándo se podía esperar perder cada uno de los dos tipos de independencia si no se recibía tratamiento. Analizaron las experiencias de 282 personas que participaron en estudios de investigación del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer Charles F. y Joanne Knight de WashU Medicine. Todos los participantes cumplían los criterios para el tratamiento con los dos nuevos fármacos, pero no los habían recibido anteriormente. Los investigadores también calcularon la rapidez con la que progresaban los síntomas sin tratamiento.
A partir de estos datos sobre independencia y progresión, combinados con los efectos notificados de los dos fármacos, los investigadores midieron el tiempo que cabría esperar que una persona en cada fase de la enfermedad viviera o se cuidara a sí misma de forma independiente sin tratamiento, y cómo se compararía esta progresión con la de quienes recibieron tratamiento.
Así, una persona típica con síntomas muy leves podría esperar vivir de forma independiente otros 29 meses sin tratamiento, 39 meses con lecanemab y 37 meses con donanemab. En el caso de los pacientes con síntomas leves, los investigadores calcularon que una persona típica en esta fase de la enfermedad podría esperar gestionar su autocuidado de forma independiente durante 26 meses más si se trataba con lecanemab, y 19 meses con donanemab.
Según los autores, esta forma de entender los efectos de los fármacos podría ayudar a los pacientes y sus familias a tomar decisiones sobre sus cuidados.
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