Nuevo estudio
Estos son los barrios en los que las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un cáncer
Un estudio que siguió a más de 14.000 mujeres durante 24 años demuestra que la zona en la que residieron influyó en la probabilidad de padecer varios cánceres relacionados con la obesidad
La obesidad se ha relacionado con un mayor riesgo de 13 tipos de cáncer en las mujeres. Esto tiene mucho que ver con que la actividad física, por su parte, haya probado ser efectiva en la reducción del riesgo de algunos de estos cánceres. Pero además, esta bajada en la probabilidad de sufrirlos sucede de forma independiente con respecto al tamaño corporal de la persona que practica ejercicio. Es decir, que en este sentido no importa que sea obesa, tenga sobrepeso o esté en su peso ideal: sus posibilidades de padecer un cáncer siempre se reducirán al permanecer activa.
En esto tiene mucho que decir el tipo de barrio en el que vivimos y si es transitable o no, según un nuevo estudio llevado a cabo por la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia y la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos).
Sus resultados son fascinantes, pues demuestran que las mujeres que residen en cierto tipo de barrios presentan tasas más bajas en varios cánceres, todos ellos relacionados con la obesidad. Los analizados en el trabajo incluyen, por ejemplo, el cáncer de mama, el cáncer de ovario o el mieloma múltiple.
Pero ¿qué barrios son los más favorables y por qué? Para ello, los investigadores idearon el concepto "transitabilidad de los barrios" para medir si eran amables con el peatón. Así, estudiaron el conjunto de características de diseño urbano que fomentan el movimiento peatonal, favorecen la actividad física en general y se asocian a un menor índice de masa corporal.
¿El resultado? Las mujeres que residían en barrios con mayores niveles de accesibilidad a pie, medida por la accesibilidad media al destino y la densidad de población durante aproximadamente 24 años de seguimiento, presentaban un menor riesgo de cánceres relacionados con la obesidad, en particular el cáncer de mama posmenopáusico.
Sin embargo, también se encontraron asociaciones protectoras moderadas para el cáncer de endometrio, el cáncer de ovario y el mieloma múltiple. Las mujeres que habían vivido en zonas con los niveles más altos de accesibilidad a pie tenían un riesgo un 26% menor de cánceres relacionados con la obesidad en comparación con las que vivían en barrios situados en el 25% más bajo de accesibilidad a pie.
"Estos resultados contribuyen a la creciente evidencia de cómo el diseño urbano afecta a la salud y el bienestar de las poblaciones que envejecen", explica Andrew Rundle, profesor de epidemiología en la Escuela Mailman de Columbia.
Según Rundle y sus colegas, las intervenciones a nivel individual para aumentar la actividad física y reducir la obesidad son costosas y a menudo sólo tienen efectos a corto plazo. "Sin embargo, el diseño urbano puede crear un contexto que promueva los desplazamientos a pie, aumente la actividad física en general y reduzca la dependencia del coche, lo que podría conducir a mejoras posteriores en la prevención de enfermedades atribuidas a un peso poco saludable", asegura.
Relación aún mayor en los barrios pobres
"Observamos además que la asociación entre la alta transitabilidad del vecindario y el menor riesgo de cánceres relacionados con la obesidad en general era más fuerte para las mujeres que vivían en vecindarios con mayores niveles de pobreza", apunta Sandra India-Aldana, doctora de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, y autora principal.
"Estos hallazgos sugieren que los entornos sociales y económicos del vecindario también son relevantes para el riesgo de desarrollar cánceres relacionados con la obesidad", añade.
Los investigadores estudiaron a 14.274 mujeres de entre 34 y 65 años reclutadas en un centro de mamografía de Nueva York entre 1985 y 1991 y las siguieron durante casi tres décadas. Midieron la transitabilidad del vecindario en la zona censal residencial de la participante a lo largo del seguimiento.
Del total de mujeres estudiadas, el 18% tenía un primer cáncer relacionado con la obesidad a finales de 2016. El cáncer más común fue el cáncer de mama posmenopáusico, con un 53%, seguido del cáncer colorrectal, con un 14%, y el cáncer de endometrio, con un 12%.
"Nuestro estudio es único en el sentido de que el seguimiento a largo plazo nos permitió estudiar los efectos de la transitabilidad con posibles largos períodos de latencia del cáncer y pudimos medir la transitabilidad del vecindario, ya que las participantes se mudaron de residencia en todo el país durante el seguimiento", explica el coautor Yu Chen, de la NYU Grossman School of Medicine.
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