Salud

La insuficiencia cardiaca puede dejar de ser una sentencia de muerte para los supervivientes de cáncer

El proyecto RESILIENCE está "rompiendo fronteras", destaca el profesor español Borja Ibáñez y coordinador de esta iniciativa financiada por la Unión Europea

Un algoritmo ha logrado predecir con gran precisión quién es proclive a sufrir un ataque al corazón
Un algoritmo ha logrado predecir con gran precisión quién es proclive a sufrir un ataque al corazónlarazon

Se calcula que cada año se diagnostica cáncer a cuatro millones de europeos. La quimioterapia con antraciclinas desempeña un papel destacado en el tratamiento de muchas formas de cáncer; por ejemplo, hasta el 70% de los pacientes con linfoma reciben un régimen de antraciclinas. Sin embargo, en la actualidad, no existe ningún tratamiento para prevenir la cardiotoxicidad de las antraciclinas.

Así, los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia con antraciclinas tienen más del doble de riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca que los que no padecen cáncer. Y la esperanza de vida de las personas con insuficiencia cardiaca no suele ser superior a 5 años, incluso en muchos casos es inferior al año de vida.

En este sentido, el innovador proyecto RESILIENCE, financiado por la UE y con alta presencia española, tiene como objetivo prevenir la insuficiencia cardíaca en pacientes que necesitan antraciclinas para tratar su cáncer. En esencia, este proyecto multinacional está probando un prometedor tratamiento preventivo, denominado acondicionamiento isquémico a distancia, en pacientes con linfoma con riesgo de cardiotoxicidad por antraciclinas.

Ayer se informó, durante una reunión que congregó al enorme equipo que trabaja en el proyecto, de que se trata del primer ensayo aleatorizado que evalúa la intervención en pacientes con cáncer que reciben quimioterapia con antraciclinas. "Si el estudio es positivo, la insuficiencia cardiaca podría reducirse masivamente en los supervivientes de cáncer", afirma el coordinador de la iniciativa, el profesor Borja Ibáñez.

Se incluirá a más de 600 pacientes conlinfoma no Hodgkin (un cáncer que cada vez se diagnostica más en España) sometidos a quimioterapia con antraciclinas procedentes de siete países de la UE. Ya se han inscrito unos 100 pacientes. Los participantes serán asignados aleatoriamente a un acondicionamiento isquémico a distancia o a una intervención simulada una vez a la semana, en su domicilio, durante cuatro meses de quimioterapia.

El acondicionamiento isquémico a distancia consiste en interrumpir repetidamente el riego sanguíneo de un brazo durante cinco minutos cada vez inflando un manguito de presión arterial. Las sustancias liberadas en el brazo viajan a los órganos, haciéndolos resistentes a las lesiones. Los estudios experimentales han demostrado que el tratamiento puede reducir la cardiotoxicidad inducida por las antraciclinas. Se utilizarán métodos de imagen de última generación para comparar la función cardiaca entre los dos brazos de tratamiento.

La reunión congregó a cardiólogos, hematólogos, oncólogos, especialistas en imagen cardiaca, la industria, los responsables políticos y, lo que es más importante, pacientes y asociaciones de pacientes. "La perspectiva de los pacientes es esencial en nuestros esfuerzos por reducir el daño cardiaco causado por el tratamiento del cáncer", afirmó la profesora Teresa López-Fernández, investigadora principal de RESILENCE y presidenta electa del Consejo de Cardiooncología de la ESC.

"Los pacientes han desempeñado un papel fundamental en el diseño del ensayo RESILIENCE y recopilaremos información sobre sus experiencias con el tratamiento durante el estudio", añadió. "La ESC es un socio clave en el proyecto", añadió el profesor Riccardo Asteggiano, investigador principal de RESILENCE y ex presidente del Consejo de Cardiooncología de la ESC.

"Además de acoger la reunión de octubre, la ESC ha contribuido al diseño del protocolo de investigación, desempeñará un papel clave en la difusión de los resultados y ayudará a formar a cardiólogos y especialistas en cáncer sobre cómo minimizar los efectos cardiacos del tratamiento del cáncer."

El Profesor Ibáñez concluyó: "El proyecto RESILIENCE está rompiendo fronteras entre las distintas partes interesadas en el campo de la cardiooncología, con el objetivo común de mejorar la calidad de vida de los pacientes".