Salud
Estos son los lugares donde las mujeres tienen más probabilidad de sufrir cáncer de mama
Son los resultados del primer estudio que tiene en cuenta los efectos de la exposición a la contaminación atmosférica en las zonas donde se vive o se trabaja
Los factores de riesgo del cáncer de mama son variados. En la aparición de tumores mamarios influye la edad (la probabilidad aumenta al cumplir los 50), la herencia genética, la densidad de las mamas y hasta la edad con la que se tuvo la primera regla. Pero poco se ha contado sobre los factores ambientales y cómo influye el barrio o la zona en la que vivimos en nuestras posibilidades de desarrollar un cáncer de mama u otros.
Las investigaciones sobre los factores externos son en cierto modo, recientes. Y, cada vez, más determinantes. De manera reciente un estudio llevado a cabo por la Universidad de Columbia confirmó que el tipo de barrio en el que vivimos (y si es favorable para el peatón) influye en el riesgo de que las mujeres desarrollen cánceres relacionados con la obesidad, incluido el de mama.
Ahora, una nueva investigación aporta nuevas pruebas sobre la relación entre el lugar donde vivimos y trabajamos con las probabilidades de sufrir un cáncer de mama. ¿Sus resultados? Las mujeres que viven y trabajan en lugares con niveles más altos de contaminación atmosférica por partículas finas tienen más probabilidades de padecerlo que las que viven y trabajan en zonas menos contaminadas.
Son los resultados del primer estudio que tiene en cuenta los efectos de la exposición residencial y laboral a la contaminación atmosférica sobre el riesgo de cáncer de mama. Los hallazgos se presentarán con mayor profundidad en el Congreso ESMO 2023 en Ifema Madrid, la plataforma oncológica más influyente para médicos, investigadores, defensores de los pacientes, periodistas y representantes de la industria sanitaria de todo el mundo.
"Nuestros datos mostraron una asociación estadísticamente significativa entre la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica por partículas finas, en el hogar y en el trabajo, y el riesgo de cáncer de mama. Esto contrasta con investigaciones anteriores que sólo tenían en cuenta la exposición a partículas finas en el lugar de residencia de las mujeres y mostraban efectos pequeños o nulos sobre el riesgo de cáncer de mama", afirma la profesora Béatrice Fervers, Jefa del Departamento de Prevención del Cáncer y Medio Ambiente del Centro Oncológico Integral Léon Bérard (Francia).
En el estudio se comparó la exposición a la contaminación en el hogar y el lugar de trabajo de 2.419 mujeres con cáncer de mama con la de 2.984 mujeres sin cáncer de mama durante el periodo 1990-2011. Los resultados mostraron que el riesgo de cáncer de mama aumentaba en un 28% cuando la exposición a la contaminación atmosférica por partículas finas (PM2,5) se incrementaba en 10 µg/m3.
Esta diferencia es casi equivalente a la diferencia en la concentración de partículas PM2,5 que suele observarse en las zonas rurales frente a las urbanas de Europa. También se registraron aumentos menores del riesgo de cáncer de mama en mujeres expuestas a niveles elevados de contaminación atmosférica por partículas más grandes (PM10 y dióxido de nitrógeno).
Fervers y sus colegas planean ahora investigar los efectos de la exposición a la contaminación durante los desplazamientos al trabajo para obtener una imagen completa de los efectos sobre el riesgo de cáncer de mama.
El profesor Charles Swanton, del Instituto Francis Crick de Londres (Reino Unido), cuya investigación más importante sugiere que las partículas PM2,5 pueden desencadenar cáncer de pulmón en no fumadores, subrayó la importancia de los nuevos hallazgos con el cáncer de mama.
"Estas partículas muy pequeñas pueden penetrar profundamente en el pulmón y llegar al torrente sanguíneo, desde donde son absorbidas por la mama y otros tejidos. Ya hay pruebas de que los contaminantes atmosféricos pueden modificar la arquitectura de la mama. Será importante comprobar si los contaminantes permiten que las células del tejido mamario con mutaciones preexistentes se expandan e impulsen la promoción de tumores, posiblemente a través de procesos inflamatorios, de forma similar a nuestras observaciones en no fumadores con cáncer de pulmón", afirmó.
"Es muy preocupante que las pequeñas partículas lleguen al medio ambiente cuando aún no conocemos su potencial para promover el cáncer. Es urgente poner en marcha estudios de laboratorio para investigar los efectos de estas pequeñas partículas contaminantes del aire en la latencia, el grado, la agresividad y la progresión de los tumores de mama", añadió.
¿Y qué hace la Unión Europea ante las pruebas de que la contaminación produce cáncer?
Por su parte, el profesor Jean-Yves Blay, Director de Políticas Públicas de la ESMO, afirma que "existen ahora sólidas pruebas epidemiológicas y biológicas de la relación entre la exposición a partículas PM2,5 y el cáncer, y hay buenas razones clínicas y económicas para reducir la contaminación con el fin de prevenir los cánceres".
A raíz de una propuesta de la Comisión Europea en octubre de 2022 para reducir el límite de partículas PM2,5 en el aire de los 25 µg/m3 actuales a 10 µg/m3 para 2030, la ESMO instó a reducir aún más el límite de PM2,5 a 5 µg/m3, en consonancia con la guía de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud.
"Reducir las partículas PM2,5 en el aire al nivel recomendado por la OMS es fundamental por su asociación con diversos tipos de tumores, incluido el cáncer de mama", añade Blay. "Tenemos la responsabilidad de impulsar este cambio, no sólo para los habitantes de Europa, sino de todo el mundo, donde hay grandes variaciones en el panorama de la contaminación".
De manera reciente, en septiembre de 2023, el Parlamento Europeo adoptó en sesión plenaria un informe sobre la revisión en curso de las Directivas de la UE sobre calidad del aire ambiente, que refleja las recomendaciones de la ESMO de fijar el valor límite anual de partículas finas (PM2,5) en 5 µg/m³. Esta adopción abre las negociaciones interinstitucionales entre los colegisladores (Parlamento Europeo, Comisión Europea y Consejo de la UE) para acordar el texto final de la directiva.
"Al respaldar nuestras peticiones con pruebas científicas sólidas, estamos ofreciendo una nueva dimensión a las políticas públicas de salud. El trabajo no ha terminado, y el cambio no se producirá de la noche a la mañana, pero estamos avanzando en la dirección correcta", concluye el Director de Política Pública de la ESMO.
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