Cáncer
Estos son los síntomas que pueden alertar de un cáncer en menores de 60 años
Oncólogos europeos confirman el aumento de la incidencia de tumores en general en los adultos jóvenes
La primera alarma saltó hace un año, cuando oncólogos de referencia en Estados Unidos advirtieron de que estaban observando un aumento de la incidencia de todos los tipos de cáncer en la población joven. En este amplio grupo, los que más preocupaban eran los adultos con edades comprendidas entre los 30 a los 39, donde el crecimiento del número de diagnósticos era más llamativo.
Tradicionalmente el cáncer se ha considerado una enfermedad que afectaba a personas mayores de 60 años, pero datos recientes sugieren un marcado aumento en la incidencia de cáncer de órganos entre pacientes menores de 50 años. En concreto, del 79% en los últimpos 30 años, según un estudio reciente publicado en la revista BMJ Oncology. Los jóvenes sufren hoy hasta el triple de casos que sus abuelos cuando tenían su edad.
Estos tumores afectan a una variedad de órganos, incluidos los mama, colon, páncreas, cabeza y cuello, riñón y órganos reproductivos.
Sobre las causas, se han referenciado que podrían ser diversas. Entre ellas, la contaminación, la obesidad y un estilo de vida poco saludable que incluye alcohol, tabaco, sedentarismo y pocas horas de sueño. Además, también podrían influir factores que se escapan al control humano, como la exposición a sustancias químicas cancerígenas.
Otras investigaciones apuntan a alteraciones genéticas y epigenéticas.
En el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica de 2023 (ESMO, por sus siglas en inglés) ya se presentaron datos sobre la relación entre la contaminación y el riesgo de cáncer. Por ahora, hay más preguntas que respuestas.
Sin embargo, los oncólogos presentes en la edición de este congreso de este año, que se celebra estos días en Barcelona, han mandado un mensaje claro a la población menor de 60 años: acudir al médico a consultar en caso de síntomas de cansancio, pérdida de peso o malestar.
Y es que los menores de esta edad, a menos que sean población de riesgo por otros condicionantes, suelen tardar más en ser diagnosticados, precisamente porque no creen que puedan tener un tumor, y porque los síntomas les suelen pasar desapercibidos.