Descubrimiento médico

Este test de sangre predice ataques al corazón 30 años antes de que aparezcan

Un estudio concluye que al medir tres factores sanguíneos se puede detectar el riesgo de infarto, ictus y muerte cardiovascular en mujeres tres décadas antes

El infarto de miocardio pone en riesgo la vida, predecirlo sería un gran avance médico
El infarto de miocardio pone en riesgo la vida, predecirlo sería un gran avance médicoFreepik

Un infarto o un ictus son dos patologías prácticamente repentinas. A pesar de que conocemos sus factores de riesgo y sus síntomas, son tan difíciles de predecir que son un motivo de preocupación habitual entre la población. Además, las enfermedades cardiovasculares causan el 31,2% de las muertes en España. Y las mujeres son mucho más propensas: cada 8 minutos, una ciudadana de nuestro país muere por este motivo.

Del total de muertes que se producen por enfermedad cardiovascular, la mitad son provocadas por el infarto de miocardio o un "ataque al corazón", según la Fundación Española del Corazón. Suceden al obstruirse las arterias coronarias, lo que provoca un riego sanguíneo insuficiente, y en pocos minutos, puede causar una muerte súbita. Si pudiéramos predecirlos con años de antelación, quizá podríamos evitar el desenlace fatal de los infartos, los ictus y demás cardiopatías. Una posibilidad fascinante que, ahora, abre un nuevo estudio científico.

En él, un equipo de investigadores del Brigham and Women's Hospital (un complejo hospitalario de referencia mundial, ubicado en Estados Unidos) afirma haber descubierto que un simple análisis de sangre predice el riesgo a 30 años de infarto, ictus y muerte cardiovascular en mujeres.

La clave ha sido realizar una medición de tres factores que, por lo general, se analizan por separado. Descubrieron que analizarlos de forma conjunta proporciona más información sobre el riesgo que medir uno solo. Además, han descubierto hechos muy interesantes de cara a la práctica clínica de la medicina, como que medir la inflamación es tan importante como el colesterol, «pero rara vez se mide», según el trabajo.

«Los médicos no pueden tratar lo que no miden», afirma el autor principal del estudio, el Dr. Paul Ridker, director del Centro de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Brigham and Women's, que presentó los resultados en el Congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología 2024. Bajo esta premisa, quiso diseñar un test revolucionario. Para ello, su equipo evaluó los datos de más de 27.000 participantes en el Women's Health Study a las que se realizó un seguimiento durante 30 años.

Para ello, realizaron una medición inicial única de tres marcadores biológicos: una Prueba de proteína C reactiva (PCR-as) de alta sensibilidad (marcador de la inflamación vascular), el colesterol LDL o "malo"y la lipoproteína(a) en sangre. Estos factores, unidos, predijeron «con rotundidad» el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves durante un periodo de seguimiento sin precedentes de tres décadas, afirma el trabajo.

Los resultados apoyan la detección universal de la inflamación y la lipoproteína(a), además del colesterol, así como el uso más temprano y agresivo de intervenciones específicas, sobre todo entre las mujeres, en las que las enfermedades cardiovasculares siguen estando infradiagnosticadas e infratratadas.

«Para ofrecer la mejor atención a nuestros pacientes necesitamos un cribado universal de la inflamación, el colesterol y la lipoproteína(a), y lo necesitamos ya. De este modo, podremos orientar nuestros tratamientos a las necesidades biológicas específicas de cada paciente, cumpliendo nuestro antiguo deseo de proporcionar una atención preventiva verdaderamente personalizada», señala Ridker.

Este ensayo histórico se inició en 1993 y desde entonces ha realizado un seguimiento de mujeres profesionales de la salud mayores de 45 años. Gracias a este estudio, sabemos que la medición de tres marcadores biológicos independientes en una muestra de sangre puede predecir mejor el riesgo de eventos cardiovasculares graves en las próximas tres décadas que la medición de uno solo.

Una llamada de atención para las mujeres

Para evaluar cada uno de los tres marcadores y el efecto combinado de tener niveles elevados de dos o los tres, el equipo de investigación dividió a las participantes en cinco grupos. Descubrieron que, en comparación con las mujeres con los niveles más bajos de los marcadores individuales:

  • Las mujeres con los niveles más altos de PCRas tenían un riesgo un 70% mayor de sufrir un accidente cardiovascular grave.
  • Las mujeres con los niveles más altos de LDL-C tenían un 36% más de riesgo.
  • Las mujeres con los niveles más altos de Lp(a) tenían un riesgo un 33% mayor.

Aunque la PCR-as era el más potente de los tres biomarcadores, todos tenían una gran importancia. Las mujeres con niveles elevados de los tres marcadores tenían 2,6 veces más probabilidades de sufrir un acontecimiento cardiovascular adverso grave. Esta asociación era aún mayor en el caso del ictus: las mujeres con los niveles más elevados tenían 3,7 veces más probabilidades de sufrir un ictus en los 30 años siguientes.

«Estos datos deberían ser una llamada de atención para las mujeres», dice la coautora Julie Buring, investigadora principal de la WHS y epidemióloga de la División de Medicina Preventiva del Brigham. «Esperar a que las mujeres tengan entre 60 y 70 años para iniciar la prevención del infarto de miocardio y el ictus es una receta para el fracaso».

Cómo reducir el riesgo de infarto e ictus

Cada uno de los tres factores de riesgo que se analizaron se puede modificar con cambios en el estilo de vida y tratamiento farmacológico. Múltiples ensayos aleatorizados han demostrado que tanto la reducción del colesterol como la disminución de la inflamación reducen significativamente el riesgo de infarto de miocardio e ictus. Además, se están probando varios fármacos nuevos que reducen notablemente la Lp(a), así como antiinflamatorios de segunda generación, para ver si también pueden reducir las tasas de eventos clínicos.

Los nuevos datos respaldan firmemente el uso más temprano y agresivo de intervenciones preventivas específicas, sobre todo entre las mujeres en las que las enfermedades cardiovasculares siguen estando infradiagnosticadas e infratratadas.

«Aunque todavía debemos centrarnos en aspectos esenciales del estilo de vida como la dieta, el ejercicio y el abandono del tabaco, el futuro de la prevención pasa claramente por terapias combinadas dirigidas a la inflamación y la Lp(a), además del colesterol», afirma Ridker.