Para finalizar este capítulo dedicado a la pérdida de masa muscular con el envejecimiento (sarcopenia), uno de los consejos más importante es que intente caminar a paso ligero para potenciar sus músculos.

En ocasiones, puede tropezar con las baldosas, pero no se caerá porque es lo suficientemente rápido como para mover el pie hacia adelante y lo suficientemente fuerte como para soportar el peso de su propio cuerpo. Si pierde una de estas dos ventajas, caerá.

La pérdida muscular es una causa común de caídas y lesiones graves que pueden resultar en discapacidades físicas en mayores.

La escasa musculatura puede afectar la capacidad de las personas para afrontar tratamientos contra el cáncer, intervenciones quirúrgicas, problemas cardíacos y pulmonares.

Por eso, es importante comprender que se puede revertir esta situación manteniendo una actividad regular a medida que cumplimos años.

El tamaño muscular no lo es todo; lo más importante es mejorar las conexiones del sistema nervioso con el músculo. Centrarse en fortalecer esas conexiones es más relevante que el tamaño muscular. La base es esencial para mejorar las funciones físicas básicas que las personas necesitan para cuidar de sí mismas de forma independiente.

Incluso si un adulto mayor que ha entrenado no experimenta un aumento en la masa muscular, pero es capaz de caminar más rápido, subir escaleras con mayor agilidad, entrar y salir del coche con facilidad, o disfrutar de paseos con sus nietos, experimentará una mejora en la calidad de vida. Recuerde que es fundamental para un envejecimiento saludable mantener una actividad física constante y ejercitar los músculos.