
Memoria
Soy neurólogo y esta es la explicación de por qué olvidamos lo que íbamos a hacer
Esta es la razón científica del por qué olvidamos las cosas que queríamos hacer o lo que estábamos buscando

A todo el mundo nos ha ocurrido una vez en la vida que nos dirigimos a un sitio de nuestra casa con un fin común y de repente olvidamos a qué era a lo qué veníamos. Pues bien esto tiene una explicación que el neurólogo Saúl Martínez Horta ofrece a la sociedad para entender por qué sucede esto.
¿Por qué olvidamos lo que íbamos a hacer?
Según explica Horta, doctor en medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona y neuropsicólogo experto en psicología clínica, "estos olvido momentáneos están relacionados con los procesos neuronales y la forma en que gestionamos la información en la vida cotidiana".
Cuando se nos olvida lo que íbamos a hacer se debe a un proceso denominado memoria prospectiva. La memoria prospectiva hace referencia a la capacidad de recordar algo a futuro. Como cuando queremos ir a la cocina por algo y se nos olvida o cuando queremos bajar al coche por alguna herramienta y se nos olvida por qué era a lo que íbamos. Según explica el experto este tipo de olvidos son benignos y especialmente relacionados con la atención.
Los principales factores que provocan que se nos olviden las cosas momentáneas son las distracciones y la saturación del sistema cognitivo. En el primer caso, por ejemplo, se da cuando estamos realizando algo y nuestra mente se ve interrumpida por otro estímulo. En estos casos el cerebro pierde la información de lo que íbamos a hacer.
Es un fenómeno completamente natural y ocurre en más ocasiones de las que creemos, sobre todo cuando estamos cansados o cuando las demandas de nuestro entorno aumentan. Afirma Horta que aunque estos olvidos pueden ser molestos, no son indicios de problemas más graves, sino de una interrupción en el proceso de atención y la gestión de la memoria prospectiva.
Estos son algunos de los factores que pueden influir en la memoria prospectiva: irrupción de una nueva tarea, distracciones visuales o auditivas (como la televisión), sobrecarga de información, atención involuntaria, como un accidente o ruido que redirige nuestra mente hacia un acontecimiento externo.
¿Cómo distinguir un olvido normal de un problema más serio?
A medida que pasan los años, el cerebro envejece y se deteriora… como lo hace cualquier otra parte del cuerpo humano. Como resultado de este proceso natural, el cerebro va perdiendo parte de su tamaño y eficacia. Hay una zona que se ve especialmente afectada: el córtex prefrontal. Esta región del cerebro está relacionado con las funciones cognitivas superiores, es decir, con la atención, la orientación, la memoria, el lenguaje, la cognición social, etc.
En tanto que se produce este deterioro y se pierden capacidades cognitivas, el cerebro busca otros atajos que puedan ayudar a suplir estas insuficiencias a través de los circuitos neuronales. Un camino que puede resultar efectivo para algunas funciones cerebrales... pero que también puede afectar negativamente a otras, como a la concentración o a la agilidad mental.
El término clínico para referirse a esta pérdida de facultades cerebrales es “deterioro cognitivo leve”. Y está frecuentemente relacionado con la edad... aunque no exclusivamente. En esta pérdida de facultades también pueden estar implicados otros factores, como la diabetes, el tabaquismo, el colesterol elevado, etc
Alimentos que pueden ayudar a potenciar la memoria y combatir el Alzheimer
Por otro lado, existen alimentos que a largo plazo pueden ayudar a mantener el cerebro lúcido y potenciar la memoria. La neuróloga Lisa Genova graduada en la Universidad de Harvard explica en un artículo cuales son los 4 alimentos que pueden ayudarte a tener una memoria sana:
- Proteínas magras: como sustituto de las carnes rojas, que está comprobado que pueden afectar al deterioro cognitivo. Las proteínas magras como salmón, atún, huevos y tofú pueden ser grandes fuentes de vitaminas B y D y que pueden ayudar a combatir la demencia.
- Granos integrales: cereales integrales, arroces integrales o quinoa pueden ser beneficiosos para nuestra salud y ayudan a reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer.
- Verduras de hojas verdes: como la espinaca y la col rizada, cuentan con alto contenido de nutrientes que estimulan el cerebro.
- Frutos secos y semillas: excelente fuente de ácidos grasos que ayudan a mantener las células cerebrales sanas y a reducir la inflamación.
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