El impacto de los alimentos en la salud del cerebro protagoniza el discurso de algunas de las voces más relevantes del momento en el campo de la neurociencia. Todavía no se sabe todo acerca de por qué lo que comemos tiene un efecto profundo en nuestra función cerebral. La respuesta parece compleja, pero la relación está ahí, según los estudios científicos más relevantes.

La principal hipótesis es la existencia de un eje intestino-cerebro que actúa de formas que no terminamos de comprender. Lo que está claro es que todos los órganos dependen de una correcta alimentación: de la misma forma en que el corazón obtiene beneficios del omega-3 y el hígado se daña con el alcohol, hay alimentos que también pueden tener efectos perjudiciales o positivos para el cerebro.

Un cerebro bien alimentado, funciona mejor. "Lo que comes puede influir, y de hecho influye, en la salud de tu cerebro, incluida tu capacidad para evitar la enfermedad de Alzheimer. Hay ciertos alimentos, como las pipas de girasol y los cereales integrales, que aportan mayores beneficios", explican la Dra. Uma Naidoo, directora de Psiquiatría Nutricional en Harvard, y la Dra. Lisa Genova, neurocientífica formada en la misma universidad, en un artículo para el medio CNBC.

Ambas investigadoras subraya la importancia de ciertos nutrientes en la mejora de la concentración y memoria. Ácidos grasos omega-3, flavonoides, y vitaminas como B12, E y K, son vitales para la salud cerebral. Alimentos como las verduras de hoja, mariscos, judías y nueces, ricos en estos nutrientes, son particularmente beneficiosos.

Sin embargo, hay un alimento en particular que, según la nutricionista y la neurocientífica de Harvard, es la clave de un cerebro sano: las verduras de hoja verde. ¿El problema? Los españoles han eliminado de su cesta 2,5 kilos de frutas y verduras al mes en un año, según cifras del Ministerio en 2023. Y mientras, todos los expertos coinciden en que comer verduras de hoja verde es esencial para la salud en general, especialmente para el cerebro.

Tanto Naidoo como Genova aportan 3 razones fundamentales basadas en la ciencia para comer verduras de hoja verde:

1. Las verduras de hoja verde son ricas en vitamina B

A menudo, afecciones como la depresión y la demencia están asociadas a una carencia de vitamina B, según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Wayne. Y sucede que las verduras de hoja verde son una magnífica fuente de vitamina B9, apunta Naidoo.

Esta vitamina, también conocida como folato, es "clave para la salud cerebral y neurológica, la función óptima de los neurotransmisores y una salud psicológica equilibrada", añade. Por eso, las verduras de hoja verde son el primer tipo de alimento que Naidoo sugiere a sus pacientes que buscan mejorar su estado de ánimo.

2. Tienen un alto contenido en nutrientes que estimulan el cerebro

Las verduras de hoja verde también están llenas de lo que Genova denomina "nutrientes potenciadores del cerebro", como el folato, la luteína y el betacaroteno. La luteína se ha relacionado con una mejora de la función y la estructura cerebrales en personas mayores. Y una revisión sistemática encontró que tomar suplementos de beta-caroteno puede aumentar la "memoria verbal y cognitiva".

3. Están llenas de fibra 'para la depresión'

El aumento de la ingesta de fibra dietética también se asoció con una menor probabilidad de desarrollar depresión, según un estudio publicado en la revistaComplementary Therapies in Medicine, en 2021. Y resulta que las verduras de hoja verde son densas en fibra. Por eso, Naidoo prefiere recomienda obtener más fibra a través de la dieta, específicamente alimentos de origen vegetal.

Algunos ejemplos de verduras de hoja verde que puedes añadir a sus comidas son:

• Col rizada
• Espinacas
• Lechugas
• Berros
• Acelgas
• Col china
• Hojas de mostaza
• Canónigos
• Repollo
• Brócoli [La planta con mala fama que se postula como un tratamiento barato para la osteoporosis]