Hay alimentos como que gozan de 'mala fama'; creemos que el arroz o la patata engordan. Las miradas se dirigen al almidón como el responsable, pues se trata de un carbohidrato. Es habitual que, cuando decidimos ponernos a dieta para adelgazar, los hidratos de carbono se conviertan en nuestros mayores enemigos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que no todos son iguales.

El almidón resistente que contiene la patata y otros alimentos, lejos de engordar, puede ayudarnos en nuestro plan de adelgazamiento. En esta línea, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Metabolism, ha descubierto que una dieta rica en almidón resistente puede ayudar a perder peso y aumentar la sensibilidad a la insulina. De hecho, las personas que añadieron almidón resistente a sus comidas perdieron casi 3 kilos de peso en ocho semanas.

Con sus hallazgos, los investigadores han desvelado una posible nueva estrategia para tratar la obesidad y las enfermedades metabólicas mediante la intervención dietética. Al incorporar almidón resistente a la dieta de individuos con sobrepeso, los científicos observaron una pérdida de peso lo suficientemente significativa como para poner de relieve el influyente papel del microbioma intestinal en la salud general.

Y es que esta investigación no sólo subraya la urgencia mundial de abordar la obesidad, sino que también sugiere que la modulación del microbioma intestinal con componentes dietéticos específicos podría ofrecer una vía prometedora para las medidas preventivas y terapéuticas contra los trastornos metabólicos, como la diabetes. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Qué alimentos podemos incorporar a una dieta para que sea rica en almidón resistente y probar sus beneficios en la pérdida de peso?

Qué es el almidón resistente y cómo ayuda a adelgazar

La obesidad se considera actualmente una crisis sanitaria mundial, que contribuye a la mortalidad global. Ante este problema, perder peso con dieta y ejercicio es una medida importante. En este contexto, investigaciones como la mencionada demuestran cada vez más la relación de la microbiota intestinal con la forma en que el organismo gestiona la glucosa y las grasas, y también cómo afecta a la inflamación.

El almidón resistente es una sustancia que tiene la capacidad de no ser digerible por las enzimas amilasa producidas por el ser humano y actúa como una forma de fibra alimentaria. Esto significa que atraviesa el estómago y el intestino delgado sin ser digerido y llega al intestino grueso o al colon, donde es fermentado por la microbiota intestinal.

Estudios en roedores han demostrado que las dietas ricas en almidón resistente pueden reducir la grasa corporal y mejorar la salud metabólica. En el nuevo trabajo, los investigadores modificaron la microbiota intestinal de participantes humanos aumentando la fibra dietética para investigar cómo podría ayudar a controlar la resistencia a la insulina y, al mismo tiempo, reducir el peso.

Los investigadores llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado y cruzado para evaluar el impacto del almidón resistente, procedente del maíz con alto contenido en amilosa, sobre la obesidad y la salud metabólica. Los participantes, que no tomaban probióticos, antibióticos ni tratamientos que afectaran al metabolismo de la glucosa, se dividieron en un grupo de tratamiento que recibía almidón resistente y un grupo que recibía un placebo.

El ensayo consistió en consumir el almidón asignado en polvo dos veces al día antes de las comidas durante dos fases de ocho semanas, lo que permitió comparar directamente los efectos del almidón resistente con los del control. También se investigó cómo la microbiota intestinal, modificada por la suplementación con almidón resistente, afecta al metabolismo de la glucosa y la acumulación de grasa.

Los resultados indicaron que la adición de almidón resistente a la dieta produjo una reducción media de peso de aproximadamente 2,8 kilogramos y mejoró la sensibilidad a la insulina entre los individuos con sobrepeso.

Los efectos positivos del almidón resistente sobre la salud se debían principalmente a alteraciones en la composición de la microbiota intestinal. En concreto, la presencia de la bacteria Bifidobacterium adolescentisse relacionó significativamente con la ingesta de almidón resistente en humanos, y la introducción de esta bacteria por sí sola en ratones los salvaguardó de la obesidad causada por su dieta.

Alimentos con almidón resistente

Está claro que hay muchos componentes que tener en cuenta al elaborar un plan de pérdida de peso saludable. La genética, el estilo de vida, el ejercicio y una microbiota intestinal sana desempeñan un papel, pero la mayor parte de la pérdida de peso se debe al cambio en la dieta.

Afortunadamente podemos aplicar fácilmente los hallazgos de este estudio al incluir alimentos ricos en almidón resistente en nuestra dieta. Y así, debemos saber que el almidón resistente se encuentra de forma natural en muchos alimentos como la avena, el arroz cocido y enfriado, granos como el sorgo y la cebada, legumbres como frijoles negros, guisantes, alubias pintas, almidón de patata cruda o patatas cocidas y enfriadas, plátanos verdes, y más.

También es posible suplementar con almidón resistente, pero la mayoría de voces expertas animan a intentar obtener almidón resistente a través de alimentos integrales para obtener beneficios para la salud de los otros aspectos de estos alimentos: vitaminas, minerales, proteínas, prebióticos y otras fibras.

En general, los hallazgos refuerzan el argumento a favor de un cambio dietético hacia una nutrición basada en plantas, destacando los beneficios inherentes para la salud y el papel del almidón resistente en el fomento de un microbioma intestinal más saludable y la promoción de una salud metabólica óptima.