Investigación
Un antidepresivo se muestra prometedor para el tratamiento de tumores cerebrales
Son sorprendentemente eficaces en cultivos celulares y en ratones, según una investigación, por lo que los investigadores están empezando a planificar los ensayos clínicos para tratar de confirmarlo
El glioblastoma es un tipo de tumor cerebral muy agresivo, sobre todo en hombres, ya que en ellos se produce una mayor necrosis, lo que genera una respuesta más masiva.
Los oncólogos pueden prolongar la esperanza de vida de los pacientes mediante operaciones, radioterapia, quimioterapia o intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, los pacientes mueren de media a los 12 meses del diagnóstico.
Es un tipo de cáncer cerebral que por el momento no tiene cura. Por eso, cada vez más estudios tratan de encontrar algún fármaco que pueda al menor ralentizar este tumor.
Es difícil encontrar medicamentos eficaces contra los tumores cerebrales, ya que muchos de ellos no consiguen atravesar la barrera hematoencefálica para llegar al cerebro, lo que limita la variedad de tratamientos posibles.
Por ello, los neurooncólogos llevan tiempo buscando intensamente medicamentos mejores que puedan llegar al cerebro y eliminar el tumor.
Pues bien en un análisis de medicamentos a gran escala, el antidepresivo vortioxetina surgió como uno de los agentes más eficaces contra este tipo de células cancerosas.
En concreto, los investigadores, dirigidos por el profesor de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, en Suiza, Berend Snijder, han descubierto que esta sustancia, al menos en el laboratorio, combate eficazmente los glioblastomas. Y han puesto en fase de planificación los ensayos clínicos en el Hospital Universitario de Zúrich.
Los científicos saben que este fármaco económico, que ya ha sido aprobado por organismos como la FDA estadounidense y Swissmedic, es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica. Los ensayos clínicos ya están en la fase de planificación en el Hospital Universitario de Zúrich, en Suiza.
El investigador postdoctoral de Snijder y autor principal del estudio, Sohyon Lee, lo descubrió mediante farmacoscopia, una plataforma de detección especial que los investigadores han desarrollado en la ETH de Zúrich en los últimos años.
Los resultados del estudio se publicaron recientemente en la revista "Nature Medicine". En este estudio, los investigadores de la ETH de Zúrich trabajaron en estrecha colaboración con colegas de varios hospitales, en particular con el grupo de los neurólogos Michael Weller y Tobias Weiss en el Hospital Universitario de Zúrich (USZ).
Gracias a la farmacoscopia, los investigadores de la ETH de Zúrich pueden probar simultáneamente cientos de sustancias activas en células vivas de tejido canceroso humano. Su estudio se centró principalmente en sustancias neuroactivas que atraviesan la barrera hematoencefálica, como antidepresivos, medicamentos para el párkinson y antipsicóticos. En total, el equipo de investigación probó hasta 130 agentes diferentes en tejido tumoral de 40 pacientes.
Para determinar qué sustancias actúan sobre las células cancerosas, los investigadores utilizaron técnicas de imagen y análisis informático.
Hasta ahora, Snijder y su equipo habían utilizado la plataforma farmacológica únicamente para analizar el cáncer de sangre y habían derivado de ello opciones de tratamiento.
Los glioblastomas son los primeros tumores sólidos que han estudiado sistemáticamente con este método con el objetivo de utilizar medicamentos existentes para nuevos fines.
Para la prueba, Lee analizó tejido canceroso fresco de pacientes que habían sido sometidos recientemente a una operación en el Hospital Universitario de Zúrich. Los investigadores de la ETH de Zúrich procesaron este tejido en el laboratorio y lo analizaron en la plataforma de farmacoscopia. Dos días después, los investigadores obtuvieron resultados que mostraban qué agentes funcionaban sobre las células cancerosas y cuáles no.
Los resultados demostraron que algunos de los antidepresivos estudiados, aunque no todos, resultaron inesperadamente eficaces contra las células tumorales. Estos fármacos funcionaron especialmente bien cuando desencadenaron rápidamente una cascada de señalización, que es importante para las células progenitoras neuronales, pero que también suprime la división celular. La vortioxetina resultó ser el antidepresivo más eficaz.
Los investigadores de la ETH de Zúrich también han probado con un modelo informático más de un millón de sustancias para comprobar su eficacia contra los glioblastomas.
Y han descubierto que la cascada de señalización conjunta de las neuronas y las células cancerosas desempeña un papel decisivo y explica por qué algunos fármacos neuroactivos funcionan y otros no.
En el último paso, los investigadores del Hospital Universitario de Zúrich probaron la vortioxetina en ratones con glioblastoma. El fármaco también demostró una buena eficacia en estos ensayos, especialmente en combinación con el tratamiento estándar actual.
El grupo de investigadores de la ETH de Zúrich y de la USZ está preparando dos ensayos clínicos. En uno de ellos, los pacientes con glioblastoma recibirán vortioxetina además del tratamiento estándar (cirugía, quimioterapia, radioterapia). En el otro, los pacientes recibirán una selección de fármacos personalizada, que los investigadores determinarán para cada individuo mediante la plataforma de farmacoscopia.
Medicamento económico
“La ventaja de la vortioxetina es que es segura y muy rentable”, afirma Michael Weller, catedrático del Hospital Universitario de Zúrich, director del Departamento de Neurología y coautor del estudio publicado en "Nature Medicine".
“Como el fármaco ya ha sido aprobado, no tiene que pasar por un procedimiento de aprobación complejo y pronto podría complementar la terapia estándar para este tumor cerebral mortal”, añade, por lo que los oncólogos podrán utilizarlo pronto, o eso espera este experto.
Sin embargo, advierte a los pacientes y a sus familiares que no deben adquirir vortioxetina por su cuenta y tomarla sin supervisión médica. “Todavía no sabemos si el fármaco funciona en humanos ni qué dosis es necesaria para combatir el tumor, por lo que son necesarios ensayos clínicos. La automedicación supondría un riesgo incalculable”.
Snijder también advierte contra la prisa en utilizar antidepresivos en glioblastomas: "Hasta ahora, sólo se ha demostrado su eficacia en cultivos celulares y en ratones".
No obstante, cree que este estudio ha dado un resultado ideal: "Hemos empezado con este terrible tumor y hemos encontrado fármacos que luchan contra él. Hemos demostrado cómo y por qué funcionan y pronto podremos probarlos en pacientes".
Si la vortioxetina resulta eficaz, será la primera vez en las últimas décadas que se descubre un principio activo que mejora el tratamiento del glioblastoma.
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