Alerta científica
Alerta científica: Mezclar ibuprofeno con estas pastillas duplica el riesgo de hemorragia interna
La probabilidad de padecer esta grave emergencia médica aumentó también con otros medicamentos de tipo AINE como el naproxeno o el diclofenaco
Si tenemos dolor de cabeza, tomamos ibuprofeno. Ante las molestias menstruales, ibuprofeno. Si nos duele la espalda, las lumbares, la artritis, la muela o la migraña, ibuprofeno. Si estamos de resaca o acatarrados, ibuprofeno. La lista de motivos -en ocasiones injustificados- por los que usamos ibuprofeno podría seguir hasta el final de estas líneas. A pesar de que muchas veces los usamos de manera incorrecta, el ibuprofeno es el medicamento de tipo antiinflamatorio no esteroideo (AINE) más consumido en España.
Se trata del fármaco AINE más recetado en nuestro país según los datos de consumo del Ministerio, y sin contar las cajas de ibuprofeno que se adquieren en la farmacia sin receta. Hay otras medicinas de tipo AINE de uso común, que también se encuentran en los botiquines de las casas españolas con frecuencia. Las conoceremos por nombres tan populares como diclofenaco o naproxeno. En definitiva, los AINE son muy populares, pero ¿significa eso que su uso sea seguro? Lo cierto es que no, si no atendemos al consejo médico.
Ningún medicamento, por extendido que se encuentre, es inocuo. Prueba de ello es el estudio científico que se publica hoy en la revista European Heart Journal, editada por la Sociedad Europea de Cardiología. En él se afirma que las personas que toman un medicamento anticoagulante duplican el riesgo de sufrir una hemorragia interna si toman un tipo de analgésico denominado antiinflamatorio no esteroideo (AINE), como ibuprofeno, diclofenaco o naproxeno.
Una hemorragia interna es una pérdida de sangre que se produce por la rotura de las venas o las arterias. La sangre se almacena en una cavidad o espacio corporal, como en el abdomen o en los músculos. Se trata de una emergencia médica grave y el grado de peligrosidad depende de la velocidad y la ubicación del sangrado, pero el desenlace puede llegar a ser mortal para el paciente. En personas que toman anticoagulantes, el riesgo de padecer una hemorragia interna es superior al de la media.
Cabe destacar que los anticoagulantes suelen recetarse a las personas que desarrollan un coágulo sanguíneo en las piernas o los pulmones (tromboembolia venosa). También se prescriben a otras personas con enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos, así como a pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular (ictus) para prevenir otro en el futuro, entre otras casuísticas. Debido a que cada vez más personas toman anticoagulantes y a que los AINE son un tipo de analgésico muy popular, el nuevo estudio tiene una gran relevancia.
Por qué no hay que mezclar ibuprofeno con anticoagulantes
Además, la nueva investigación es la mayor de su clase realizada hasta ahora, y muestra que hay un aumento del riesgo de hemorragias en el intestino, el cerebro, los pulmones y la vejiga. Fue realizada por un equipo del Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca). Para ello utilizaron datos de registros nacionales daneses sobre 51.794 personas a las que se administraron anticoagulantes para tratar un coágulo sanguíneo entre 2012 y 2022.
En Dinamarca, el diclofenaco y el naproxeno son medicamentos de venta con receta, y alrededor del 75% del ibuprofeno se prescribe en lugar de comprarse sin receta. Esto permitió a los investigadores comparar la proporción de personas que tomaban anticoagulantes y sufrieron una hemorragia interna mientras tomaban o no un AINE.
En general, los investigadores descubrieron que el riesgo de hemorragia era 2,09 veces mayor cuando las personas tomaban un AINE y un anticoagulante, en comparación con las que tomaban un anticoagulante y ningún AINE. El riesgo era 1,79 veces mayor en el caso del ibuprofeno, 3,3 veces mayor en el del diclofenaco y 4,1 veces mayor en el del naproxeno. Te puede interesar: Tres medicamentos de uso común aumentan el riesgo de sufrir una parada cardiaca súbita
En concreto, el riesgo de hemorragia intestinal (en los intestinos) con el uso de AINE fue 2,24 veces mayor. El riesgo de hemorragia cerebral era 3,22 veces mayor. En los pulmones, el riesgo de hemorragia era 1,36 veces mayor. En las vías urinarias, el riesgo de hemorragia era 1,57 veces mayor. También se triplicó prácticamente el riesgo de anemia causada por hemorragias. Los investigadores analizaron varios tipos de anticoagulantes: rivaroxabán, apixabán, dabigatrán, edoxabán y warfarina, hallando un patrón de riesgo similar.
El autor del estudio, Søren Riis Petersen, del Hospital Universitario de Aarhus, afirmó que «para las personas que toman anticoagulantes para los coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones, nuestra investigación pone de relieve la importancia de ser cautelosos al considerar los AINE para el dolor o la inflamación. Recomendamos a los pacientes que consulten a su médico antes de tomar AINE junto con un anticoagulante», advierte.
En el editorial que acompaña al artículo, el profesor Robert F. Storey, de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), señala lo siguiente: «Los anticoagulantes orales son fundamentales para el tratamiento y la prevención de una serie de afecciones trombóticas. Todos los disponibles actualmente aumentan el riesgo de hemorragia. Pueden variar desde episodios que suelen calificarse de triviales, por ejemplo hematomas superficiales o hemorragias de las encías, hasta hemorragias graves, asociadas a una discapacidad significativa o incluso la muerte», señala.
Por su parte, los AINE se utilizan con «mucha frecuencia por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias. Constituyen el 8% de las prescripciones en todo el mundo, pero también se pueden adquirir sin receta, por lo que se consumen en enormes cantidades cada año».
«Parece claro que evitar los AINE en combinación con anticoagulantes es la estrategia más segura para evitar un riesgo excesivo de hemorragia. Sin embargo, si esto no es posible, ¿qué medidas paliativas pueden ponerse en marcha? Obviamente, la prescripción de AINE debe ser a la dosis más baja y durante el menor tiempo posible, pero la elección del agente y la vía también pueden ser importantes», matiza.
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